Ella le tapó la boca y acerco su cara a la de él.

Suhaila: - ¿Te cuento un secreto?

Christopher, que todavía tenia la mano de la pequeña aprisionando su boca, asintió con la cabeza; ella bajo aún más el tono de voz.

Suhaila: - Tn me dijo que te quería mucho y yo creo que le gustaría que fueras su novio –y sin dejarle decir nada, añadió: - Ella una vez nos contó a mi hermano y a mí que en su cama solo duermen las personas a las que quiere hasta el infinito y más allá, y a ti te ha dejado dormir en su cama, por lo que tiene que quererte hasta el infinito y más allá. Además, a mí me gustaría que fueras su novio porque eres bueno, me escuchas y eres muy guapo, pero no le digas lo que te he contado porque es un secreto, ¿ok?

Conmocionado por lo que acababa de oír, carraspeo y, tras mirar como Tn saltaba y reía como una loca, le respondió:

Chris: - Tranquila, cielo, te guardare el secreto.

Durante más de una hora, la niña y el futbolista observaron como Tn bailaba al ritmo de la música. Cuando el ensayo acabo, llegaron al coche mientras Suhaila se despedíade la gente.

Chris: - Pero ¿cómo no me habías dicho que bailabas así?

Se encogió de hombros mientras se comía un plátano.

Tn: - Pues no lo sé; ¿te ha gustado?

Chris: - ¿Qué si me ha gustado? –rio encantado. - ¡Eres alucinante! Me encanta como bailas; ¿quién te enseño?

Tn: - Mi padre –rio divertida. – El Gran Jefe es el mejor bailarín de rock and roll que he conocido en mi vida; ¿no lo viste el día del cumpleaños de Suhaila?

Al recordarlo, asintió.

Chris: - Estoy seguro de que ganaran en Monza, lo hacen todos muy bien.

Tn: - ¡Gracias, hombre! –se burló al escucharlo mientras la niña corría hacia ellos. – Ya veremos.

Aquel fin de semana, Christopher fue con su equipo al estadio, jugaban en casa. Tuvo que ver el partido desde el banquillo, su pierna no estaba todavía preparada para jugar, pero agradeció al entrenador que lo convocara y le permitiera disfrutar de volver a sentirse uno más. Tn se marchó con su grupo de baile a Monza, donde lo paso en grande aunque lo extraño cada segundo. No consiguieron quedar primeros pero su escuela causo muy buena impresión y se ganó el respeto del público y del resto de los grupos rivales.

Christopher cada día se sentía más dependiente de Tn y su entorno; con ella había descubierto lo maravilloso que era despertar abrazado a alguien especial, el sabor de un helado compartido, el sonido de la risa de unos niños felices, la diversión en casa cuando ella le enseñaba a bailar rock and roll o el placer de estar tirado en el salón, viendo una película y comiendo palomitas con Suhaila e Israel.

Cuando Christopher propuso ir los cuatro a la Toscana, con la perra, los niños aplaudieron encantados. Todo aquello era nuevo para ellos y, aunque aquel fin de semana no fue como el que había pasado con Tn a solas, lo disfruto mucho. Compartir charlas con Israel, jugar al parchís con Suhaila y gozar por la noche de los besos ardientes de Tn, ya en la intimidad, era lo mejor que le había ocurrido nunca.

Su vida había dado un cambio radical sin proponérselo. Había pasado de ser un hombre independiente que compartía cada noche con una mujer diferente a ser alguien comprometido con una mujer y unos niños. Algo de lo que Jandro se burlaba.

En ese tiempo, en varias ocasiones Christopher apareció en el entrenamiento con Israel, cuando no tenía clases. La buena onda entre ambos era evidente y todos veían lo beneficioso que era para Israel la figura de Christopher. John Norton abrazaba al muchacho cuando lo veía aparecer por la ciudad deportiva. Adoraba a Israel, pero seguía mirando a su jugador con desconfianza; tenía claro que lo mataría si hacía daño a su hija y a esos niños. Christopher aprendió a convivir con aquellas miradas llenas de rencor. Tn y los niños le importaban, y lo que pensara o dijera el entrenador no era algo de lo que él tuviera que preocuparse ni hacerle cambiar su comportamiento.

¡Ni lo sueñes! Where stories live. Discover now