Capitulo 10

Mulai dari awal
                                    

Niño 4: - ¡Nonna... Nonna, es el delantero del Inter! –dijo emocionado otro niño. – Es Christopher Velez.

La mujer, al escuchar aquello, lo miro y lo reconoció. Era difícil no hacerlo. La cara de Christopher estaba en un montón de publicidades y, además, salía constantemente en la televisión anunciando artículos deportivos.

Emocionada por aquella visita, lo invito a entrar en el hogar. Rodeado por los niños, Christopher llego a la cocina, donde se encontraba la nonna, que hizo salir a los muchachos al jardín para poder quedarse a solas:

Nonna: - Quiero que sepa que es muy grata su visita, joven...

Chris: - Por favor, señora, háblame de tú.

La mujer sonrió, puso dos tazas sobre una mesita y añadió:

Nonna: - ¡Perfecto, Christopher! En ese caso te tuteare si tú me llamas nonna. Y ahora siéntate y tomate un café; ¿solo o con leche?

Chris: - Solo, por favor.

Mientras la mujer calentaba el café, Christopher sonrió al ver a los niños asomándose por la ventana. Los saludos y ellos le respondieron con sonrisas. Una vez que la mujer dejo los dos cafés sobre la mesa, se sentó frente a él.

Nonna: - Espero que tu pierna este mejor.

Chris: - Oh, sí señora... lo está, gracias.

Nonna: - Ahora que te tengo frente a mí, quiero darte las gracias por lo mucho que nos estas ayudando todo este tiempo. Desde que tus ingresos llegan a nuestra institución, hemos podido comprar varias camas nuevas para los niños, ropa, libros, cuentos y, sobre todo, comenzar a arreglar la casa. Como veras, esta vieja como yo, y necesita una buena reparación. Le dije a Tn que te lo agradeciera; lo hizo, ¿verdad?

Conmovido por la sinceridad que veía en la mujer asintió y, sin sacarla de su error, murmuro:

Chris: - Si, Tn me lo dijo.

Nonna: - Oh, Tn... que personita más encantadora. Desde que llego a esta casito no ha dejado de apoyarnos en todo lo que ha podido y hasta que llegaron tus ingresos ella, junto a otras chicas que vienen a echarnos una mano, han pagado los libros de los muchachos para que vayan al colegio. Y quiero que sepas que cuando me comento que había hablado contigo y que tú, amablemente, le habías prometido que colaborarías con nosotros durante unos meses, me quede sin palabras. Ayudas de este tipo, así porque sí, no se reciben todos los días y... ¡Oh, Dios! Tengo que decirte, muchacho, que nos ha llegado en el mejor momento. Este año mis niños van a tener unas bonitas Navidades y, por supuesto, un regalo para cada uno.

Perturbado por lo que escuchaba, fue incapaz de contradecirla. Se sentía como un miserable por no aclarar aquello mientras aquella amable y entrañable mujer le estaba abriendo su corazón. De pronto, la puerta de la amplia cocina se abrió y una cara conocida para el futbolista apareció. Allí estaba la pequeña morenita de ojos impactantes del hospital. Al verlo, su cara de sorpresa se ilumino; se acercó a él y le dijo, mientras le entregaba una hoja:

Suhaila: - He hecho un dibujo. Toma, te lo regalo.

Nonna: - Suhaila, no molestes, tesoro.

Christopher le indio que no lo estaba molestando y la niña le tomo la mano, se la apretó del mismo modo que cuando se habían visto en el hospital y, sin más, decidió sentarse en su regazo. Rápidamente, Christopher la acomodo en la pierna sana para que la lesionada no sufriera ningún golpe y ella dijo señalando con su dedito:

Suhaila: - Esto es un árbol de Navidad con bolas verdes; ¿te gusta el verde?

Chris: - Si, es un color muy bonito.

¡Ni lo sueñes! Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang