Tn: - Vamos... ha llegado la hora de martirizarte.

Divertido, se levantó y la siguió al gimnasio; tenían que trabajar. A las 18:30, y tras un intenso trabajo físico, Tn se dio cuenta de la hora.

Tn: - Por hoy basta –le comunico entregándole una botellita de agua.

Él estaba agotado. El timbre de la puerta sonó y ella fue a abrir. No se sorprendió al ver aparecer a una pelirroja muy guapa. Haciendo caso omiso a Tn, la recién llegada fue directamente al gimnasio subida en sus impresionantes tacones. Christopher, que estaba secándose el sudor del pelo, le dio la bienvenida sorprendido.

Chris: - Hola, bella, ¿cómo tu por aquí?

La pelirroja, de melena por la cintura, se acercó con paso sinuoso al sudado futbolista y, sin importarle que la joven que entraba tras ella los viera, le dio un beso en los labios y murmuro con voz ronca:

Pelirroja: - He venido a verte; hoy es día 15, ¿no lo recuerdas?

Tn, al ver el panorama, se secó las manos con rapidez y se despidió.

Tn: - Me voy, es tarde y he quedado para ir al cine. Hasta mañana a las 10.

Pero Christopher ya no la escuchaba, solo tenía ojos para aquella chica. Tn casi se atraganta al ver como sus manos se posaban en las caderas de la pelirroja. Sin decir más, huyo de allí.

Se fue directo a la puerta, no sin antes tocar con cariño la cabeza de la perra, que se había acercado a ella para despedirse; salió de la casa, se metió en su auto rojo y se marchó.

Aquella tarde paso a buscar a Israel y a Suhaila, se los llevó al cine y a comer unas hamburguesas; estar con ellos le llenaba el alma y corazón.

El sábado, cuando llego a las 10 am, Christopher, que estaba con la perra en el exterior de la casa, le abrió la reja de entrada.

Tn: - ¡Buenos días! –saludo ella con una sonrisa.

Chris: - Buongiorno, bella –respondió él mientras observaba como estacionaba.

Cuando estaciono el coche, se dirigió directamente hasta donde él estaba, lo señalo con el dedo e indico, sin perder su sonrisa:

Tn: - No vuelvas a llamarme bella en tu vida, ¿entendido? –y sin dejarlo responder, añadió: - Yo no soy una de tus tontas muñequitas sin nombre. Mi nombre es Tn o a lo sumo tocapelotas, como sueles llamarme en ocasiones, pero bella, ¡no!, ¿entendido?

Y sin decir nada más, entraron en la casa y se dirigieron al gimnasio. Christopher no se atrevió a hablar después de la reprimenda que esta le había echado nada más al verlo. Aquella mañana la notaba cansada y decidió quedarse calladito, era lo mejor. Una vez en el gimnasio, comenzaron los ejercicios de inmediato. En ocasiones resultaba muy doloroso, pero eran necesarios para su recuperación. Los dos trabajaron durante horas sin descanso, hasta que él futbolista llego al límite.

Chris: - No puedo más. Por favor, ¿podemos dejarlo por hoy?

Tn: - Ok –su gesto dolorido y la amabilidad con que se lo suplico fueron determinantes.

Tn, tras beber un trago de su botella, y con su mejor humor que cuando había llegado, comenzó a guardar sus cosas en la mochila, cuando, como siempre, sonó el móvil de él.

Tn: -Me voy, seguro que tienes cosas que hacer –dijo sin querer perder tiempo.

Él corto la llamada y acercándose a ella dijo:

Chris: - Quédate a comer.

Tn: - No, gracias.

Christopher se aproximó un poco más a ella. Ella no se movió y Christopher dio un paso más, insistiendo.

¡Ni lo sueñes! Where stories live. Discover now