Capitulo 89: Insegura.

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— ¿Y? —pregunté mientras le miraba, cuando ya había dejado de agarrarme el brazo.

— No pasa nada entre ella y yo. —contestó seriamente. Parecía como si estuviera enojado

Solté una risa irónica y rodé los ojos mientras me paraba frente suyo y seguía con la vista clavada en sus ojos. Esos malditos ojos que tanto me gustaban y ahora parecía como si fueran pertenecientes de la felicidad de otra persona. No podía ver el brillo que tenían cuando estaba conmigo, parecían oscuros y como si tuviera fuego saliendo de estos.

— Seguro, ¿entonces como quieres que me tome las cosas? ¡Te gusto el beso! —recriminé mientras le señalaba con el único brazo que tenía en buen estado.

Se quedó callado por unos segundos y bajo la cabeza. Seguramente estaba pensando alguna respuesta que fuera inteligente. Luego de unos segundos la levantó y me miró fijamente.

— Fue solo un beso.

Juro que vi ese maldito brillo en sus ojos, del que anteriormente estaba pensando.

— ¿Te gustaría que me besara con Jaime, te dijera que me gusto y luego «Fue solo un beso»? —le imité y mis ojos se humedecieron.

No respondió, se cruzó de brazos y pasó una mano por su cabello. Estaba nervioso, muy nervioso. Y no se imaginan yo, me estaba poniendo los pelos de punta y mis ojos en cualquier momento iban a llover, pero eso no estaba permitido. Era una regla de la cual nunca tendría que romper.
         Ninguno habló por unos segundos. Hasta que Luna caminó cerca de nosotros con los ojos rojos, mientras lloraba —también juro que eso lo hizo a propósito—, y Carl fijo la vista en ella, mientras en su rostro tenía preocupación.

— Claro, ahora se hace la damisela en peligro, pasa justo por donde estamos nosotros. Te la crees y vas a ir a buscarla. ¡No eres su príncipe azul! Eres el mío, Carl.  —intenté que mi voz no suene reprimida porque en cualquier momento iba a caer.

Él fijo mi vista rápidamente en mí, y sus orejas estaban rojas. Estaba enojado.
Conocía cada rostro, cada lunar, cada pequeño detalle que él tenía. Sabía todas las emociones y reacciones que tenía. Lo conocía demasiado bien, y también sentía que lo estaba perdiendo cada vez más. Si no es que ya lo perdí.
         Bajé la vista mientras me mordí el labio más fuerte reprimiendo todas las lágrimas que amenazaban por salir de mis ojos. Me estaba matando por dentro que él se ponga así.

— ¡Estás imaginándote cosas! No está pasando nada entre nosotros. ¡Tenes unos malditos serios problemas de celos! —gritó y me sobresalté levantando la vista hacia él.

— ¿Celosa yo? —Reclamé seriamente— Si, un poco. ¡Pero vos das muchas oportunidades para estarlo! —grité también mientras una lágrima se escapó, pero le ignoré.

Ninguna lágrima más iba a salir.

— ¡No quiero estar con una chica que sea tan insegura! –contraatacó y pude visualizar que a lo lejos estaban Jaime y Luna.

— ¿Insegura? Puedo ser muchas cosas, pero yo no soy así. ¡Vos me volviste así! —grité nuevamente y ambos recién nombrados me escucharon.

Tomé a Carl del brazo y lo arrastré hacia donde estaban ellos. Luna ya no estaba llorando, vieron. Seguramente ella quería que Grimes vaya tras de sí pero no resultó. Los cuatro estábamos discutiendo entre nosotros. Y no tenía más ganas de nada. Quería que las cosas quedaran en claro.
         Así que sin más, empujé a Carl junto a Luna y tomé a Jaime del brazo poniéndolo a mi lado. Él pensó que era parte del plan, pero estaba harta y exploté. No iba a retenerlo más.

— _____ —dijo Carl entrecerrando los ojos mientras negaba con la cabeza.

 Ignoré a su llamado y luego fije la vista en los dos, mientras se pasaba entre los ojos de Luna y luego de él. Jaime se cruzó de brazos y se preparó para escucharme. Ambos restantes se miraron entre ellos, y tragaron saliva nerviosos. Carraspeé la garganta, y ahora yo tenía toda su atención.
          Tenía que enfrentarlos tarde o temprano, no iba a tener que quedarme de esta manera mucho tiempo, y tampoco quiero tener peleas con Carl, porque las odio. Aunque no hayamos tenido demasiadas. Pero con Luna comenzaron y seguramente no terminaran. Por eso, quiero dejar las cosas en claro. 

— Yo digo que están juntos, pero a lo mejor no.  Necesito, necesito sacarme esta duda. Necesito saber la verdad. Si ustedes quieren estar juntos, espero que tengan los cojones para decirme la verdad. Pero espero que sea así ¿quieren estar juntos?

Lo dije. Estaba muy desesperada, mi voz salió quebrada, rota. Ya no aguantaba mucho más y todo lo que tenía para decir salió a la luz. Jaime me miró impresionado y se quedó en la misma posición esperando a la respuesta de ambos. Las lágrimas habían desaparecido, como dije antes no iba  a llorar y menos por un capricho de celos o algo relacionado con el amor. Nunca había tenido estos problemas, y quizás fuera mejor dejarlo de lado y estar sola como fue toda mi vida, pero yo me sentía bien con Carl. Pero ya nada era igual.
         Ellos dos  se estaban mirando entre sí, como minutos o segundos atrás lo estaban haciendo. Solté un gruñido. No los soportaba. ¡¿No tenían los malditos cojones para salir de frente y poder responder la pregunta que acabo de hacerles!? No era tan difícil, solamente tenían dos opciones. Sus miradas iban y venían a sus dos ojos sin poder mirarnos a nosotros. ¿Nos tenían miedo? No podía creerlo, ninguno hablaba.

— Si, o no.

Volví hablar seriamente rompiendo el silencio que se había formado, la voz salió dura, fría. Si ellos no respondían en estos momentos, juro que me iba a volver loca y nada iba a terminar bien. No me interesaba la respuesta, por más fea que fuera, la necesitaba de una buena vez.

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20/03/15

La pequeña Dixon. ~Chandler Riggs.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora