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Un pequeño consejo

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Un pequeño consejo...

Cuando sientas que tu vida va en declive, de que nadie te comprende ni mucho menos sabe valorarte, habla contigo, entabla pequeñas conversaciones con la persona que eres y la persona que pretendes ser, porque nadie comprende mejor al ser humano que uno mismo, créeme, tu tienes la respuesta a tu problema más antes que la persona que te aconseja.

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De haber sabido que la idea de mi perdida afectaba a tantas personas, probablemente la idea de suicidarme nunca hubiese cruzado por mi cabeza.

Al abrir los ojos luego de dejarme llevar por los efectos del calmante sentí una mano sostener con fuerza la mía y un ligero peso en mi abdomen, Augustus estaba en vela al lado de mi cama, parecía ser que ya llegaba la noche, el tiempo no avanzaba tan rápido como en mi sueño, me recompuse dejando que la cabeza de Willow vaya a dar directo a mis muslos, ambos me miraron estupefactos, como si hubiesen visto a un fantasma.

--Porque me miran así-- Espeté para acariciar mi cabeza, mi cabello estaba bastante sucio y enmarañado, a tal punto que me dio asco de solo tocarlo --¿Pasa algo malo?-- 

--¡Luz!-- Gritaron ambos para tumbarme nuevamente en la cama con un efusivo abrazo de su parte --¡Lo siento tanto!-- Dijo Gus aferrándose con fuerza a mi cuello y sentir sus cálidas lágrimas rozar contra mi piel.

--Esto es mi culpa-- Habló Willow intentando contenerse para no llorar, pero su voz rota y sus ojos melancólicos decían lo contrario --Si tan solo te hubiese buscado antes no estarías en esta situación-- 

--Si no hubiésemos peleado esa mañana las cosas habrían sido diferentes, estaríamos los tres juntos y nada de esto hubiese pasado-- El moreno no se contuvo y empezó a decir todo lo que se guardaba.

--Chicos...-- Susurré alejándolos a la par de mis palabras viéndolos nuevamente, a Willow con su rebelde cabello y esos ojos venenosos que ahora solo deseaban deshacerse en lágrimas de dolor, luego a Gus, el pequeño terroncito que creció, su cabello ondulado y el ligero rastro de barba incipiente que empezaba a notarse --Ustedes no hicieron nada malo, no se culpen de algo en lo que no se involucraron, ¿Si?-- 

Los abracé nuevamente, esta vez fue impulso mío y no la llevadera del momento, besé con cuidado sus cabezas y parecieron calmarse con cada caricia que esparcía por sus sienes, recuperaban aire a tragos y se secaron las lágrimas, aún tenía conectado el suero y me senté al lado del monitor, ellos fueron frente a mi.

--¿Qué pasó?-- Pregunté, necesitaba respuestas.

--Bien, em-- Gus se rascó la nuca en un acto de nerviosismo --Aquel día estábamos buscándote junto con Boscha y Amity-- La sola mención de su nombre hizo que dé un pequeño brinco de mi camilla, pero tuve que abstenerme a preguntar por el estado de la peliverde --Nadie te había visto y por un momento creíamos que te quedaste en la facultad, pero cuando llamamos para recoger nuestras maletas, la tuya también estaba ahí-- 

MALDITA (Lumity)Where stories live. Discover now