Capítulo 17: Confianza

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La cara de Ezequiel fue un poema cuando Melisa le contó el plan que había ejecutado sin consultarle.

―Mel, dime que es una broma, ¡cómo se te ocurre!

―Dale las gracias a mis dotes interpretativas. Nora se creyó todo. Me extraña que aún no te haya llamado o escrito para hablar contigo. ¡Tienes que estar atento a tu teléfono porque cuando menos lo esperemos te contactará! Estoy convencida al cien por cien de que vendrá corriendo a contarte que tu novia tiene un amante.

―Pues no me ha dicho nada. Quizás sea el karma por no consultarme.

―Más bien estará reflexionando sobre cómo decírtelo.

De pronto el sonido del teléfono de Ezequiel les interrumpió. Sin embargo, lejos de tratarse de Nora, quien llamaba era Paulina.

―Dime, Pau ―respondió tras descolgar la llamada―. No, no estoy en casa, he quedado con Mel a dar una vuelta. ¿Pero ocurre algo? ¿Con ella también?

Antes de finalizar la llamada le indicó donde se encontraban.

―Quiere hablar contigo y conmigo ―le explicó a su amiga―. Viene en un rato, le he dicho que la esperábamos aquí.

―Ah, pues aprovecharé para contarle el nuevo plan.

―El plan que has hecho sin consultarnos ―añadió su amigo señalándola con el índice.

―Eso son cosas sin importancia ―dijo haciendo un gesto con la mano.

―De eso nada. ¿Qué le digo ahora cuando me llame para contármelo? ¿Y si lo hubiera hecho antes de enterarme? Mel, la próxima vez no improvises sin avisar, por favor.

Paulina se presentó poco después a paso apresurado, poniendo mala cara ante Melisa.

―A la cola de los reproches ―señaló Ezequiel.

―Cuando diga lo que me ha pasado, verás que en esa cola estoy primera.

Paulina se sentó junto a Ezequiel y se cruzó de brazos ante la atenta mirada de Melisa.

―Podrías avisar, tía. ¡No sabes en el apuro que me has metido!

―¿Y ahora qué he hecho yo?

―Pues decirle a Nora que le estoy poniendo los cuernos a este.

―Espera, espera, ¿qué? ―Melisa miró sorprendida a su interlocutora―. ¿Qué ha ido a hablarte a ti y no a Ezequiel?

La joven les explicó lo que había sucedido desde que Nora le escribiera un mensaje mientras ambos la observaban con atención. Sin embargo, decidió obviar por el momento su decisión respecto a la apuesta.

―Debiste avisarme, así hubiera estado preparada. No sabes cómo me sentí al ver a la pobre preocupada...

―Lo siento, yo solo quería acelerar las cosas. Pero tampoco quiero que estéis mal conmigo ―dijo disculpándose.

―Bueno, ya sabes para otra vez que debes de controlar tus impulsos y contarnos cuando tengas un plan. Te recuerdo que yo soy quien está haciendo la apuesta y Pau es cómplice. Tú lo mucho que has hecho ha sido darle largas a Elías cuando te ha intentado sonsacar.

―Sí, tienes razón. Supongo que por eso lo hice, creí que ayudaría. Mi intención era que ella viniera a ti a contarte todo con pelos y señales, que se aprovechara del momento, pero está visto que Nora no es así. Y viéndolo de ese modo, me alegro. O sea, me alegro porque dice mucho de ella.

―Sí, yo también, la verdad. Pero también dice mucho de lo que siente por mí.

―La verdad es que yo creo que esa chica lo hubiera hecho por cualquier persona aunque no sintiera nada ―intervino Paulina―. Se le ve buena chica.

―Pues sí ―afirmó Melisa―. ¿Qué harás ahora, Ezequiel?

―No sé, tengo que pensarlo bien ―fue su única respuesta por el momento.

Con el paso de los días había tomado una decisión. Estuvo trazando un plan para poderlo unir a la locura creada por su amiga. La idea era esperar una semana aproximadamente y hablar con ella, decirle que Paulina había cortado con él. No solo lo hacía por el juego de la apuesta, no quería tenerla preocupada por el falso engaño hacia él ni tampoco que mantuviera la creencia de una Paulina que jugaba a dos bandas. Aun así, para ello, sabía que tenía que volver a mentir.

Aquel pensamiento también le llevó a otro. Si tenía que seguir mintiendo tanto, al menos aumentaría el número de verdades entre tanta mentira. Empezaría por cosas simples, como pedirse un batido de fresa cuando quedasen a tomar algo en una cafetería. Recordaba el primer día cuando quedaron y cómo había, en el último momento, cambiado de idea en su petición, cuando era algo absurdo. Pero no solo diría verdad en cosas simples, contaría todo sobre él con total naturalidad, dejando como mentira únicamente a la apuesta y la falsa relación que había tenido con su compañera de la clase contraria.

Un día, con intenciones de acabar con aquella tanda de mentiras atrasadas, sustituyéndolas por una algo más grande pero que finalizaría una gran tanda de ellas, decidió hablarle de su aquella falsa ruptura. Tuvo que fingir ante ella su consternación y tristeza pero al mismo tiempo sin dejar de recalcar su alegría por mantener aquella supuesta amistad preciada con su antigua novia. A partir de aquel momento también habían comenzado a verse más.

―¿Cómo lo llevas? ―Le preguntó Nora una tarde mientras daban un paseo.

―Bien, de vez en cuando hablo con ella y estoy cómodo haciéndolo ―volvió a echar una pequeña mentira en el gran saco que cargaba a sus espaldas―. Han pasado varias semanas y cada vez me siento mejor. Supongo que es verdad eso de que el tiempo lo cura todo.

―No te tienes porqué hacer el fuerte si no estás bien ―objetó la chica parándose en seco―. Es normal en estas situaciones...

―Nora, no te preocupes. Creo que hemos adquirido suficiente confianza para no mentirte en estas cosas ―dijo mientras pensaba en lo contradictorio que sonaban sus palabras.

―Vale, vale, te creo―. La chica miró su reloj y después a Ezequiel―. Oye, me quedaría más rato hablando, pero hay mucho que estudiar.

―Sí, si yo también te iba a decir lo mismo―. Tras un momento de silencio, volvió a hablar―. Oye, esto... ―titubeó―. Gracias por estar ahí, eres una buena amiga.

Antes de marcharse, y justo tras decir aquellas palabras, el joven se despidió dándole un beso en la mejilla.

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¡Hola! Ya estoy de vuelta con un nuevo capítulo.

La cosa empieza a tomar otro color, aunque con mentiras de por medio aún.

Ahora que se va afianzando la relación de Nora y Ezequiel, ¿qué creéis que pasará?

Eze le ha dado un beso en la mejilla,  ¿os lo esperabais? ¡Espero vuestros comentarios!

Me gustaría leer vuestras teorías. Muy pronto van a pasar cosas pero no puedo desvelar nada.

¡Nos leemos en el próximo capítulo! 

Un enredo de apuestasWhere stories live. Discover now