C a p í t u l o 6

844 463 25
                                    

Dos semanas de entrenamiento y me sorprende darme cuenta de que, efectivamente, cada uno de los licántropos que entrenan han ido avanzando y aprendiendo de forma excelente.

Creí que sería un trabajo mucho más arduo, pero no ha sido así y el rostro de Denny, cada que ve mi cara de satisfacción, me demuestra también lo orgulloso que está de su pueblo.

No obstante, hoy será un entrenamiento distinto. Denny había aceptado darme tiempo, pero su nivel de paciencia llegó a su límite y prácticamente me obligó a designarle algunas horas de mi servicio como instructora a otros guerreros, así él comenzaba a reunirse a solas conmigo para ayudar en mi transformación.

—Y bien, ¿quiénes son? —murmuro mientras nos dirigimos una hora antes de lo normal al área de prácticas para reunirnos con mis reemplazos.

—Sus nombres son Toru, Mika y Desmond; miembros del escuadrón de expediciones. Los tres son muy buenos luchadores, expertos diría yo, por algo están en el escuadrón —dice, asintiendo en forma de saludo a cada habitante que nos cruzamos en el camino. Luego añade con sorna—: Pero no tan buenos como tú, no estés tensa, no creo que tengan intensiones de comerte, Tharlik.

Sonreiría si no fuese porque lo que me tiene tensa, en realidad, no es la idea de que estos tres machos me odien y quieran aplastarme, sino el hecho de que más tarde estaré a solas en medio del bosque con él. Y ni siquiera sé el porqué de mi tensión, no es como si le tuviese miedo o algo, no entiendo.

Estos días han sido un poco rutinarios, no he hecho más que entrenar a los miembros del pueblo, instruirme con Denny, comer y dormir en mi habitación, ayudar en lo que me pidan durante mis ratos libres, relacionarme un poco con aquellos que se acercan a hablarme y concurrir a la enfermería por órdenes de Rhiannon para revisiones semanales de mi salud.

También hemos tenido juntas con el consejo y con los licántropos del grupo de guerreros para organizar todas las medidas de defensa con las que contamos. Han sido dos semanas agitadas, yendo y viniendo todo el tiempo, pero de alguna forma estar constantemente en movimiento me ayuda a salir lentamente del letargo e inactividad en el que estuve por tantos años durante mi reclusión.

Además, esta relación amistosa o lo que sea que ha estado surgiendo las últimas semanas entre Denny y yo ha estado evolucionando. Él no sólo ha comenzado a hablarme y hacer bromas estúpidas en nuestras horas libres, sino que también pasa más tiempo conmigo, aunque a veces simplemente no estemos haciendo nada.

Incluso hace cuatro días vino a mi habitación sosteniendo en sus fuertes y varoniles manos dos bandejas de comida para cenar en mi compañía. Ni siquiera hablamos, solo comimos en silencio escuchando el bullicio de afuera.

He tenido tiempo para pensar el porqué de estos acontecimientos y mi única conclusión es que se mantiene cerca —al borde del acoso, si me preguntan— para mantenerme bien vigilada.

Porque ¿por qué no lo harían? Después de todo soy una asesina, una bruja, a los ojos de todos. Y el hecho de que de repente se me diera por hacer la buena acción del día decidiendo ayudarlos, también me haría desconfiar.

Lo más probable es que nunca confíen plenamente en mí y eso es algo que, pese a que nunca lo no voy a admitir en voz alta, genera un incómodo revoltijo en mi pecho.

Y esa es razón suficiente para tener que comenzar a poner ciertos límites, no puedo permitir que nadie vea los sentimientos que comienzo a desarrollar. Porque sí, ciertos licántropos han comenzado a agradarme y eso está completamente mal.

El dejarme sentir nubla mi juicio, genera que quiera abrirme con ellos, y si lo hago comenzaran a ser conocedores de cosas que no deben saber sobre mí. Que no quiero que sepan sobre mí.

Inquietante SerenidadWhere stories live. Discover now