Capítulo 11.

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3 de julio de 2018
Día de navegación.

LIDIA

Me levanto con la espalda hecha un nudo. A pesar de tener cama de sobra, he acabado acurrucada en una esquina. Estiro el brazo y cojo el teléfono para leer algunas noticias. El corazón se me desboca cuando veo que tengo un mensaje de Megan.

"Hola Lidia, soy Megan. Hoy no voy a poder verte. Espero que lo entiendas. Un beso."

Me quedo mirando la pantalla confundida. Habíamos quedado en vernos después de desayunar, cuando ella tenía un ratito entre que terminaba de comer y empezaba el turno. ¿Y ahora dice que no puede? De eso nada. Sé lo que está pasando aquí. Megan quiere echarse atrás por miedo a lo que pueda pasar. ¿Pensará que voy a vengarme y a jugar con ella o algo? No entiendo nada.

Me incorporo de un salto y me doy una ducha rápida. Si Mahoma no va a la montaña, la montaña irá a Mahoma.

Megan es la primera chica que me gusta lo suficiente como para que me de absolutamente igual lo que diga la gente, y yo no soy así de desquitada, así que no pienso permitir que sus paranoias nos arruinen el viaje.

Me pongo el vestido de playa encima del bikini y me calzo las chanclas. He tardado menos de diez minutos en estar lista, si esto no son ganas que baje Dios y lo vea.

Me dirijo hecha una flecha al comedor. Quizá puedo llegar de las primeras y pillarla saliendo de él. Por lo visto, el staff del barco también desayuna en nuestro buffet, solo que a horas más tempranas.

Me sorprendo cuando llego y veo que hay cola para entrar en la sala. Megan y el resto del equipo deben haber salido ya.

A la mierda el desayuno.

Me monto en el ascensor y subo hecha una furia hasta la piscina. Como después de haberme saltado la comida más importante del día, y la que más me gusta, Megan no quiera hablar conmigo....

Se abren las puertas y echo un vistazo rápido a mi alrededor. No hay nadie en la piscina, quitando a Óscar y a otro camarero que parece tener la misma edad que él. Empiezo a ponerme nerviosa porque su turno está a punto de comenzar pero no la veo por ningún lado. Voy a acercarme a Óscar cuando alguien me llama a mi espalda.

– ¿Lidia?- Es ella. Me doy la vuelta y me acerco a ella que me mira confundida.- Deberías estar desayunando.

– Exacto.- Digo.- Debería. Pero alguien ha decidido mandarme un mensaje esta mañana lo suficientemente preocupante como para que decida saltarme la comida que más me gusta del día ¿sabes? Y claro, yo que no soy de quedarme callada, pues aquí estoy.- Megan me mira atónita.- Megan, ¿quieres explicarme qué te pasa? Porque no entiendo como ayer estabas tan feliz comiéndome la boca y ahora hoy no me quieres ni ver.

– Lidia yo...- Empieza a decir.

– Tú qué.

– Me siento demasiado culpable por lo que te hice.- Consigue decir tras una pausa.- No me lo perdono, y menos ahora que te conozco algo y sé lo buenísima persona que eres. Me pesa mucho la culpabilidad a pesar de que ya me has dicho varias veces que tú no piensas que yo tenga culpa.- Pongo los brazos en jarras y la observo. Cómo puede parecer tan resuelta y luego ser tan frágil.

Muerte en el mar [Pausada temporalmente ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora