Capítulo 14.

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4 de julio de 2018
Día 2 de navegación.

ÓSCAR

El día de hoy ha sido honestamente terrible.

Me he levantado con un dolor de cabeza espantoso y nada más abrí los ojos pude comprobar que Lola no estaba en la cama. Se había marchado sin decirme nada. Llamadme loco, pero no me parece el mejor comienzo de relación del mundo.

A la hora de comer, Megan se ha sentado con Pol, otro de los camareros del barco, y con su grupillo. Que no pasa nada, si no fuera porque no se ha dignado a decirme ni hola. No sé qué ha podido pasarla.

Es cierto que esta mañana hemos tenido un pequeño encontronazo. Nada grave, un simple malentendido; Ella no entiende que yo sienta que Lola es la mujer de mi vida, y se empeña en hacerme "entrar en razón" diciéndome que no puedo sentirme así por una chica a la que acabo de conocer. Yo me he puesto un poco a la defensiva y ella se ha ido del buffet dejándome con las palabras en la boca.

Aún así, a media mañana me he acercado a ella y me he disculpado por alterarme con ella, explicándole que he dormido poco y que eso podía ser la razón por la que se me ha ido la olla. Más allá de eso, no hemos vuelto a hablar en todo el día.

No le voy a dar más importancia al tema. Al final, Megan es una compañera de trabajo y sólo tenemos que llevarnos de forma cordial. Supongo que no tenemos por qué ser amigos si ella no quiere.

El resto del día ha ido tranquilo. Lo mismo de siempre: copas, cócteles y preguntas sobre el funcionamiento del grifo de la cerveza.

Lola ha aparecido una vez, a media tarde, para charlar un rato conmigo y para decirme que nos viéramos esta noche, sobre las dos, cuando cierre el bar y me cambie de ropa. Yo, evidentemente, le he dicho que sí sin pensármelo dos veces. Me muero por pasar tiempo con ella para conocerla mejor. Así que aquí estoy, esperando a que den las dos para poder largarme con mi chica.

Miro el reloj: la una y cuarto. Empiezo a limpiarlo todo para no tener que hacerlo mañana cuando aparece un grupo de chicos y chicas aparentemente de mi edad. Parecen achispados por el alcohol. Genial, pienso.

– ¡Buenas noches!- Dice uno de ellos, el más alto.- ¿Aún podemos tomarnos otra no?- Asiento todo lo amablemente que puedo.- Perfecto chaval, pues yo quiero un cubata, ¿vosotros?

– Yo quiero un gintonic, porfi.- Dice la chica rubia mientras se sienta en una de las hamacas.

– ¡Yo otro Pedrito!- Grita la morena que está sentándose en otra tumbona.

– Pues un gintonic para Ruth, otro para Marga... ¿Y tú Nieves? ¿Quieres uno también?- Pregunta Pedro a la chica que está sentada en el taburete de la barra guardando silencio.

– Yo quiero una botella de agua, por favor.- Dice amablemente.

– ¡Mira que eres aguafiestas!- Grita la chica rubia desde la tumbona.

– ¿Y tú Juanca? ¿Otro cubata?- El chico, que está acariciando melosamente a Nieves, me mira y asiente sin decir una palabra.- Pues listo, ¿lo tienes?- Asiento varias veces y me pongo con los pedidos. Coloco un posavasos por cada bebida y las voy dejando en la barra en orden. Primero los dos rones, y luego las dos ginebras. Le entrego la botella de agua a la chica de la barra y le doy un vaso pequeño. Me sonríe y le devuelvo la sonrisa.- ¡Muchas gracias chavalín!- Dice Pedro cogiendo los dos vasos de ginebra y acercándoselos a las chicas.- Toma Juanca, dale duro.- Le alcanza la bebida y le da un golpe en el hombro antes de marcharse con las dos muchachas.

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⏰ Última actualización: Aug 22, 2021 ⏰

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Muerte en el mar [Pausada temporalmente ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora