Capítulo 6.

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*Juan e Isabel en la foto*

2 de julio de 2018
Málaga.

JUAN

2 de julio de 1973: el año en el que me uní al amor de mi vida. Cuarenta y cinco años de casados que no se cumplen todos los días.

Este año quería que Isabel tuviera un regalo especial.

Desde que nos conocimos con quince años, he tratado de hacerla lo más feliz que me ha sido posible. Pero nuestra situación económica ha ido siempre marcada por la estrechez.

Cuando nos casamos con veintitrés años, lo hicimos con una boda austera y a la que solo asitieron los familiares más cercanos. No teníamos dinero para comprar una casa así que fue mi madre la que nos compró, como regalo de bodas, el antiguo cuarto de las herramientas de su casa. De la casa de mi infancia.

Y así fuimos sobreviviendo.

Yo encontré trabajo gracias a mi primo Facundo en la fábrica del pueblo y poco a poco pudimos ir saliendo adelante. Isabel se quedó embarazada pronto. Apenas llevábamos un año casados cuando dimos la bienvenida al pequeño Miguel. Nuestro primer hijo.

Vivir con mis padres a unos metros de distancia no fue fácil. Mis padres eran muy conservadores. Y querían que siguieramos sus costumbres y tradiciones. En cambio, Isabel y yo queríamos crear las nuestras. Fueron muchas las peleas que teníamos por aquel entonces por el tema. Ella quería irse. Venir a vivir a Málaga capital, donde estaba su familia y amigas. Pero yo no ganaba lo suficiente en la fábrica y apenas teníamos ahorros después de comprar todo lo necesario para el niño.

Siempre soñé con darle un buen futuro a Isabel. Y trabajé muy duro para ello.

Años después me contrataron en una fábrica cerca del centro de Málaga y vimos el cielo abierto. Nos mudamos a un pequeño apartamento justo meses antes de que naciera Lucía, la niña de mis ojos.

Todo se complicó un poco más, pero entre Isabel y yo pudimos sacarlo todo adelante.

Ahora, cuarenta y cinco años después de comenzar nuestra aventura, con nuestros dos hijos casados y siendo autosuficientes económicamente y teniendo la tranquilidad que nos da una buena jubilación, es hora de darle a Isabel la vida que se merece. Empezando por un regalo que lleva queriendo toda la vida: un crucero por las islas griegas.

Ayer lo dejó todo preparado para que hoy no tuvieramos apenas nada que hacer. Está emocionadísima con este crucero. Lleva desde las nueve de la mañana dando vueltas por la casa colocándolo todo.

Me levanto de la cama, entro al baño para enjuagarme la cara como cada mañana y voy a la cocina a darle un beso a mi mujer.

– Buenos días cariño, ¿estás nerviosa?- Le pregunto mientras me siento en una de las sillas.

– Estoy eufórica Juan.- Sonríe de oreja a oreja.- Creo que nunca en mi vida he tenido tantísimas ganas de irme de casa.- Suelta una carcajada que me hace sonreír. Cuarenta y cinco años y sigo enamorado perdidamente de esta mujer.

– Vas a sacarle brillo a la encimera mujer.- Digo viendo con la intensidad con la que frota.- Relájate. Todo saldrá maravilloso. Además están todas las excursiones contratadas para que no tengamos que hacer nada más que disfrutar.- Por fin deja el trapo y me mira sonriendo.

Muerte en el mar [Pausada temporalmente ]Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ