Dolls Game (+18) I COMPLETA I

Capítulo 15- Mentiras

JODIE

Los mensajes de Tanner llegan sin cesar a mi teléfono. Él por fin se ha recuperado de su resfriado y ha vuelto a la universidad pero le he echado todo el empeño posible al arte de ignorar para no cruzármelo en los pasillos. Pensar en él me recuerda a lo idiota que fui al creer que él era un chico dulce, que actuaba con el corazón y no con la polla. Pero así soy yo, confiada e ingenua, fácil de engañar.

Me gusta Tanner, es algo que no puedo negar. Me encanta pasar tiempo con él, me hace reír y sonreír con tan solo hablar. Es de esas personas que no te cansas de escuchar y sabe romper el silencio incómodo sin problema. Pero los mensajes que me mostró Fynn eran claros, él solo quería llegar a una cosa. Probablemente lo hubiese hecho, era algo que yo quería pero no de la misma forma que él. Planeaba que ese paso nos llevara a un siguiente nivel, pero en cambio, él seguramente tenía planeado desecharme.

Así como no he hablado con Tanner, tampoco lo he hecho con Fynn, el chico que apenas conocí hace unos días y con el cual me acosté solo por puro despecho. No puedo explicar lo que me pasó esa noche en su departamento, estaba cegada por la ira y el dolor, tanto que actué sin pensar. Lo besé, le quité la ropa, le imploré que me tocara. Él no se opuso, se encargó de darme una noche placentera, digna de la palabra. No lo iba a negar, el sexo fue increíble. Fynn es rudo, duro, sabe perfectamente lo que hace y consiguió que me olvidara de lo que pasaba.

Después de eso me llevó a casa, apenas cruzamos palabras. Si bien me sentí satisfecha, luego me invadió un poco la vergüenza. Es la segunda persona con la que me acosté en mi vida, había superado por mucho a la primera. Pero ahora no sé cómo manejar las cosas con él.

Después de la conversación con mis primos sobre el asunto de la placa y la camioneta con pintura que Park descubrió, voy hacia mi auto con un mal sabor de boca. Me siento nerviosa y lo seguiré estando hasta llegar al fondo de todas estas cosas extrañas que están pasando. Cartas, amenazas, notas, muñecas, videos, todos anónimos que podrían tratarse de la misma persona. O bien podría tratarse de varias personas ya que los que nos arrojaron la pintura eran un grupo de cinco, por lo que llego a recordar.

Le pedí a mi hermano que me llevara al centro automovilístico donde finalmente rendiría mi prueba de conducir. Ya había aprobado el examen teórico con calificación casi perfecta, solo me quedaba el práctico, donde una persona se encargaría de evaluar mis habilidades al volante. Por suerte eso no es problema para mi, papá me enseñó, además de que Park es experto en la materia. Así que cuando llegué al lugar, esperé mi turno pacientemente hasta que finalmente me llamaron. Di varias vueltas, recorrí algunos kilómetros, me detuve en semáforos y miré de reojo al hombre cuarentón que tomaba notas en su libreta.

Una vez de vuelta en el centro, esperé un rato a obtener los resultados con los nervios en todo mi cuerpo. Podía rendir el examen en algún otro momento en caso de fallar, pera ya no quería estar sin licencia, podían suceder situaciones en las que necesitara de mi auto como cuando tuve que ir por Fynn y Tanner al bar como emergencia, e ir ilegalmente recorriendo la ciudad era algo que no me gustaba. Por eso sonreí enormemente cuando efectivamente había pasado con éxito y lo había logrado.

Mi hermano me esperó todo momento y me felicitó cuando volví a él con los nuevos papeles en mis manos. Fuimos a comer algo para festejar y contarles a mis padres por videollamada, pero cuando intentamos contactarlos, nos quedamos con la sorpresa del contestador. Comparto una mirada con Park y sé que pensamos lo mismo. Estamos preocupados y confundidos. ¿Desde cuándo trabajan tanto para descuidar nuestras llamadas? Digo, mamá suele pasarse horas en su consultorio, claramente sus clientes la adoran y ocupan tiempo. Es una psicóloga bastante conocida y querida en el entorno. En cambio papá se dedica, junto al tío, todo el día a sus negocios, cosa que también lo mantiene ocupado.