Treinta y cinco

484 58 10
                                    

Harry:

- Yo... esto... vaya.

Eso había sido mi reacción al escuchar a Louis hablar sobre su vida antes de volver a Londres, su vida junto a aquel hombre que tanto había visto a su alrededor.

- ¿No estás enojado conmigo?-. Louis se había vuelto pequeño en el momento en que terminó de contar su historia. A pesar de que yo había vivido algo parecido a lo que él vivió, me sorprendía un poco.

- ¿Enojado? ¿Por qué tendría que estar enojado contigo?-. Tomé sus manos y les di un suave beso-. Es tu vida, Lou. Yo hice algo parecido, estaba casado con alguien más e incluso te conté que había intentado tener un hijo con esa persona, no encuentro nada malo en que casi te hayas casado con alguien más. Me duele el haber escuchado que ocultaste algo así durante tanto tiempo, ¿Por qué?

- Por miedo. No conocía a nadie cuando recién había llegado y él había sido amable conmigo, solamente me había sorprendido que durase tanto la relación-. Bajó la mirada. Se notaba que estaba arrepentido de aquello.

- ¿Lo llegaste a amar?-. Sus ojos se clavaron en los míos y aunque él me dijera otra cosa, estos reflejaban lo que su alma quería decir-. Lo hiciste.

- Sí, lo amé. Pero lo amé porque estuvo para mí en todo momento, cuando estaba lejos y me sentía inútil, cuando Niall hacía su vida sin mí, dolía.

- Lou... ¿Alguna vez fuiste a un psicólogo?-. Nos encontrábamos sentados en la cama, cada uno con las piernas en forma de indio, él se encontraba recostado en algunas almohadas por su espalda. 

- Sí, cuando estuve estudiando tuve que ir a uno por sentirme mal con todo lo que hacía-. Empezó a rascar sus manos por culpa de los nervios, signo que ya conocía.

- ¿Qué te dijo Lou?-. Volví a tomar sus manos, dando suaves masajes en donde rascó.

- Que tenía depresión post-parto-. Vi sus lágrimas caer por sus ojos y no pude evitar abrazarlo-. Dijo que el haberme alejado de mi hijo de la forma en la que lo hice fue lo que me afectó, sentirme insuficiente para ti y para nuestra familia había dejado secuelas en mí.

- Nunca fuiste insuficiente, Lou. Siempre has dado lo mejor de ti en cada aspecto de tu vida, en cada paso que das es uno mejor que el anterior-. Limpié sus lágrimas con mis pulgares y lo besé, lo besé como aquella vez en que expresé mis sentimientos hacia él.

Al día siguiente había decidido ir a visitar la escuela para hablar con el hombre que había cuidado a Louis durante todos esos años en que peor se sentía.

- Profesor, ¿Puedo hablar con usted?-. Habías llegado justo a tiempo para el inicio del receso escolar y por sorpresas de la vida, vi a Samuel salir de su salón de clases.

El rostro de sorpresa del pobre hombre había sido una poesía, más aún porque Louis me había comentado que Samuel siempre lo veía mal, porque por alguna extraña razón a mi hijo no le caía para nada bien aquel profesor.

- Señor Styles, ¿Qué puedo hacer por usted?-. Sonreí. 

- Puedes llamarme Harry, no vengo a quitarte mucho de tu tiempo, solamente vengo a agradecerte-. Su cabeza se movió hacia un lado, como un perrito asustado. 

- ¿Agradecerme? No entiendo, disculpe. ¿Por qué tendría que agradecerme? 

- Por Louis, él... me contó lo que fue usted en su vida de estudiante y aunque es extraño que escuche esto venir de mí conociendo lo que pasa actualmente... solo quería agradecerle que pudo ayudar a Louis en su peor momento, Louis es una persona amorosa y cariñosa y saber que estaba lejos y solo, parte mi corazón-. Lo vi asentir y apretar su boca. 

- No negaré sus palabras, Louis es la mejor persona que he conocido en mi vida y no solo era yo queriendo ayudarlo, muchos más estuvimos para ayudarlo en sus peores momentos, es alguien al que le tenemos aprecio-. Sonreí. 

- Gracias, profesor Moon.

- Puede llamarme Jacob, creo que ya conoce una parte importante de mi vida como para llamarme por mi nombre, Harry.

Salí del salón de clases con mis manos metidas en mi pantalón, simplemente admirando a todos los niños correr de un lado al otro, pero mi vista estaba en la búsqueda de cierto par de ojos azules brillosos. Desde la noche anterior que me había contado todo lo que vivió, Louis parecía tener miedo de verme a la cara, pero lo que menos deseaba era que me temiera, no iba a juzgarlo por algo así, fue su vida y él tenía el derecho de vivirla. Yo también había hecho mi vida, había intentado hacerla con la persona con la que me había casado y con mi hijo, no lo había logrado y ahora tenía a alguien que realmente amaba conmigo y que esperaba un hijo.

- Buenos días, ¿Me permite hablar un minuto con el profesor Tomlinson?-. La mirada de las profesoras y de Niall cayeron en mí, todos sabían quién era y por ello es que nadie preguntó por qué quería hablar con él.

- ¿Qué pasa, Harry?-. Nos alejamos un poco de la vista de todos -principalmente de la de Niall- para poder platicar a gusto. No pude evitar besarlo-. ¡Hey! Sigo en el trabajo, ¿Sabías?

- Lo sé, solamente quería venir a verlos a Sam y a ti-. Sonrió y me sonrojé. Bueno, la mirada que me estaba dando me daba a entender que no me creía absolutamente nada.

- Espero que no le hayas hecho nada a Jacob, Harry. Después hablamos cuando estemos en la casa, ¿Si?-. Asentí y besé su mejilla.

- Te amo. 

- Yo también te amo.

Salí de la escuela con más energía de la que había llegado y podía jurar que mi rostro se encontraba rojo de la vergüenza por lo que Louis había comentado, pero antes de irme fui a ver a Samuel, el cual se encontraba junto a Emma.

- ¿Sam?-. Al escucharme hablar simplemente volteó y me abrazó.

- Te quiero, pá.

- ¿Todo bien, Samy?

- Sí, solo quería decirte que te amo.

¿Soy de un vientre rentado? | Larry StylinsonOnde histórias criam vida. Descubra agora