Treinta.

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Harry:

Camino a casa pude notar por el rabillo de mi hijo como Louis empezaba quedarse dormido de la nada, aquello era extraño ya que a él no le gustaba mucho el tomar siestas porque decía que no podría dormir en la noche.

— ¿Lou? ¿Estás bien?-. Lo moví un poco hasta lograr hacerlo abrir los ojos.

— ¿Eh? ¿Ya llegamos?

— Sí, pero te quedaste dormido a mitad de camino-. Lo vi cerrar los ojos y me empecé a preocupar-. ¿Realmente te sientes bien? Podemos ir al doctor, cariño.

— Estoy bien, solo me he sentido cansado-. No me creí del todo sus palabras pero no armaría una pelea innecesaria, sabía que él me diría si realmente se sentía mal.

Bajamos del auto y fuimos directo a la casa, Sam nos esperaba dentro viendo la televisión y al vernos corrió a abrazar a Louis.

— Mamá, te extrañe-. No pude evitar reír de mi hijo.

— Lo ves en la escuela y en la casa todo el día, Samuel.

— Lo sé, papá. Pero siento que debo de abrazar a mamá más seguido y no sé por qué-. Enterró su cara en el estómago de Louis.

— A veces me preocupas, Samy-. Pero nunca diré que amo ver su apego hacia Louis.

Pasamos la tarde forma tranquila y en familia, para cuando dio la hora de irnos a dormir fue cuando decidí poder preguntarle sobre el nuevo profesor.

— ¿Lou?-. Lo llamé desde la habitación, ya que él se encontraba en el baño.

— ¿Si?

— ¿Ya podré saber más sobre el maestro ese?-. Salió del baño y cruzó sus brazos sobre su pecho?

— ¿Tienes celos?-. Negué.

— No, es solo curiosidad.

— Es un viejo amigo de Niall y mío, tenía tiempo intentando conseguir empleo pero no tuvo oportunidad y al parecer le dieron aquí con nosotros.

— Mmh... me parece loco que tuviese oportunidad acá en Inglaterra-. Lo acerqué a mí y abracé su cintura.

— Sí, le dije lo mismo cuando me lo comunicó-. Le di un pequeño beso y... bueno, no diré más detalles.

Louis:

A la mañana siguiente me levanté sintiéndome más cansado de lo normal, el calor y la comodidad de la cama me hacía imposible el salir de la cama.

— ¿Ma? Dice papá que es hora de que te levante o se nos hará tarde-. Samy se sentó a mi lado en la orilla de la cama-. ¿Estás bien? Puedo decirle a papá que estás enfermo.

— No te preocupes, Samy. Estoy bien, solo que me desperté más cansado de lo normal-. Sonreí un poco pero mis ojos se volvían a sentir pesados.

— Le diré a papá que no te sientes bien, eso no es normal en ti-. Y salió de la habitación dejándome medio dormido.

Para cuando volví a sentir mis ojos abrirse pude notar que era un poco más tarde y solamente pude esconder mi rostro en la almohada. Demonios, se suponía que el día de hoy me pondría de acuerdo con los alumnos para presentarles a Jacob y decirles que él sería su nuevo profesor.

"Hola, ¿Hablo con el profesor flojo Tomlinson?"-. Reí al escuchar a Niall al otro lado de la línea.

"¿Qué sucede, Ni?"-. Bostecé en la llamada. Dios mío, aún tenía sueño y había dormido prácticamente prácticamente el día.

"Oye, sé que Harry me dijo que solo te sentías cansado pero no es normal en ti dormir hasta tan tarde, amigo"

"Lo sé, Ni. No sé qué me pasa y el día de hoy me tocaba decirle a Jacob el orden de los alumnos y sus salones"

"Oh, por eso no te preocupes, la directora se encargó de todo ya que fue notificado que te encontrabas un poco enfermo"-. Lo escuché reír del otro lado de la línea.

"Genial, ahora me siento como niño pequeño al haber faltado solo por tener sueño"-. Me escondí en las sábanas. Me daba vergüenza admitir que no seguía sintiendo cansado.

"Lou, no es por preocuparte pero creo que deberías de ir al médico. Tú mismo dijiste que has tenido cambios en tu cuerpo"-. Bueno, en eso tenía razón.

"Lo pensaré, gracias Ni"-. Me di la vuelta en la cama y abracé la almohada de Harry. Tenía su olor.

"Aunque pensándolo bien, creo que deberías de ir con un ginecólogo"

"Ay no"-. Levanté mi rostro de la almohada al pensar en la pequeñísima (pero posible) probabilidad de estar embarazado... otra vez.

"Sip, pero bueno, creo tengo que ir que ya casi empiezan las clases ¡Adiós!"

"¡Niall Horan!"-. Y... colgó. Mierda. Todo menos eso.

Me levanté de la cama y me dispuse a intentar ganarle un poco al sueño que sentía e intentar ser una persona decente y hacer algunos deberes de la casa.

Mientras ordenaba un poco los cuartos (que, aunque Samy no se parecía a Harry físicamente, tenía muchas cosas en común como su locura por la limpieza) mi cabeza empezaba a realizar listas mentales sobre lo que había pasado los últimos meses... o sea dicho, lo que hicimos los últimos meses.

Bien, Louis, tuviste sexo muchas veces con Harry y algunas de ellas fueron sin protección pero tú conoces tan bien tu cuerpo que sabes tus diferencias... mierda.

Lista mental sobre posible embarazo:
• Mucho sueño.
• Cambio de piel (más brillosa y limpia)
• Comer cosas que no me gustaban

"¿En qué te metiste, Tomlinson?"

"Bien, tendré que investigar mejor o incluso, tener que decirle a Harry y a Samuel... Samy... Dios... podré estar en la vida de mi hijo, si realmente estoy esperando un bebé". No pude evitar mi vientre. Nunca fue mi deseo el abandonar a mi hijo y al que es el amor de mi vida, cada día me arrepentía de esa decisión pero tampoco podría soportar ver a Harry con otra e intentar ser la "familia feliz" cuando sabía que ninguno de los dos se amaba y solo estaban juntos por apariencia, pero tener otro bebé sería ver todo lo que me perdí con Samuel, con mi niño mayor.

Dejé de lado aquellos pensamientos para concentrarme en la limpieza del hogar, pero me sentía con los pensamientos extraños, muchas imágenes venían a mi mente y muchos bellos recuerdos.

"Espero realmente estar esperando un bebé porque la ilusión ya está en mí."

¿Soy de un vientre rentado? | Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora