Veintiocho

514 66 6
                                    

Louis:

Tenía todos mis sentimientos a flote, podía sentir como mi corazón latía rápidamente, como todo se volvía más lento y como nuestros labios se juntaban para crear una suave armonía. Esto era lo que extrañaba.

Nos separamos después de unos segundos y vi como sus ojos brillaban con la luz del arco, reflejaban todo el cariño que él tenía para darme, podía ver como si fuera un espejo de su alma diciéndome que realmente me amaba, me amaba así como yo lo hacía.

— ¿Quieres que vayamos a la casa? Tengo la sensación de que Samuel no estará presente-. Reí. Bueno, suponiendo que todo había sido plan de Samuel y de la madre de Harry, deben de haber planeado todo.

— Vamos, que creo que ya es hora de dejar aquí.

Llegamos a casa y todo se veía sereno.

— ¿Quieres que te prepare un té? Sé que estamos llenos pero un té siempre es bueno para relajar el estómago.

— El té está bien, Harry. Gracias-. Le sonreí de lejos y se fue a preparar todo.

Me quedé pensando en lo que acababa de pasar, simplemente habíamos tenido una cena romántica, pero se había sentido como una noche especial aunque nosotros no hayamos preparado nada, y el hecho de que alguien más fuera quien nos preparara todo esto, me daba a entender que las personas realmente nos veían como pareja, que veían cosas que probablemente nosotros no... solamente me hacían sentir como un adolescente enamorado que nunca se ha dado cuenta que realmente le gusta a alguien.

— Aquí tienes, Lou-. Volvió con dos tazas de té en sus manos y me entregó una.

Empezamos a beber un poco de ello y no pude evitar observar su perfil, sus labios tan rosados que parecía que se los pintaba cada día, su blanca piel y su barbilla tan definida me hacían quedarme embobado admirando su belleza, aunque Harry a veces no se sintiera la persona más hermosa del mundo, para mí era hermoso.

— ¿Harry?-. Volteó a verme y me acerqué para besarlo.

Empezamos a besarnos de forma suave, un simple roce de labios pero no pude resistirme e intensificar el beso. Sentí sus manos bajar hasta mis piernas y como las apretaba, no pude resistirme a sentarme entre sus piernas y abrazar su cuello con mis brazos.

Movió sus manos hasta el pliegue de camiseta y metió sus manos. Pude sentir el frío tacto y los escalofríos hicieron que me encendiera un poco más, quitándome el miedo del momento, me arriesgué a sentarme en sus piernas y entre el beso pude sentir el movimiento de sus labios con una pequeña sonrisa.

— Sigues siendo igual de sensible que hace muchos años, Lou-. Dijo con tono risueño al separarnos un poco del beso.

— Oh, cállate Harry.

Todo esto me hacía darme cuenta que realmente los sentimientos seguían ahí, que solamente habíamos madurado como personas, pero seguíamos siendo el mismo par de chicos enamorados, como cuando éramos jóvenes. 

De un momento a otro Harry me levantó del sofá y caminó hacia la habitación, yo seguía repartiendo besos por todo su cuello y mejillas, escuchando una suave risa provenir de él.

Me tiró a la cama y estando encima de mí, comenzó a quitarme la playera. Levanté los brazos para ayudarlo un poco e hice lo mismo con él, estando ambos sin camiseta fue cuando volvimos a besarnos de forma lenta. 

— Ha... Harry... ayuda-. Empecé a gemir bajito cuando sentí que mis pantalones apretaban cada vez más.

— Voy mi bonito, no te apresures, Lou-. Bajó sus manos y se deshizo de mis pantalones y mi ropa interior-. Dios... extrañaba tocar tu redondo trasero.

— ¡Harry!-. Grité entre gemidos al sentir un golpe en mi trasero.

Vi como Harry se deshacía de la parte inferior de su ropa y no pude evitar sonrojarme. La última vez éramos simplemente dos adolescentes calientes en plena pubertad y ahora... bueno, Harry creció.

— Dios... ¿De qué tanto me he perdido en todo este tiempo?-. Lo vi sonreír y me dio un suave beso en la mejilla.

— Todo ha cambiado, Lou. Excepto lo que sentimos el uno por el otro.

Y así fue como pasamos lo que restó de la noche entre gemidos y suspiros, entre nuevas sensaciones y viejas memorias de aquellos años en los que apenas conocíamos lo que nos gustaba uno del otro o lo que nos gustaba a nosotros.
No todo se había vuelto carnal, también habíamos compartido susurras en la noche mientras ambos nos encontrábamos cansados, cansados pero felices de poder expresar libremente aquello que nos carcomía por dentro.

Después de haber pasado el fin de semana solos (ya que por alguna "extraña" razón, Samuel había decidido pasar todo el fin de semana en casa de su abuela) Harry y yo decidimos darle una pequeña renovación a la casa y, por obvias razones, aprovechamos todo el tiempo que tuvimos solos hasta que llegó la hora en la que Anne dejaría a Samuel en casa para ir al día siguiente a la escuela.

— ¡Mamá! ¡Papá!-. Pude ver la sonrisa de Anne detrás de Samuel al escucharlo llamarme así.

— Se portó bien, fue un buen niño -. Vi la sonrisa cómplice de mi hijo cuando me abrazó.

— Yo siempre soy un buen niño con la abuela, ma -. Reí al ver su muy linda carita.

— Creo que estoy amando la tan buena manera en la que te portas con tu abuela -. Harry tomó a Sam del hombro -. Anda, que tienes cosas por arreglar que tu madre y yo compramos para ti.

— ¡Sí! Cosas nuevas-. Lo vi salir corriendo a su habitación y Harry rodó los ojos.

— Solamente por lo que hicieron es que lo consentidos, juro que nunca lo trato de esta manera, madre-. Anne sonrió al ver a su hijo salir detrás de su nieto.

— Sí no fuera porque Samuel es idéntico físicamente a ti, si creería que es un mini Harry, lo juro por Dios-. Reí ante su comentario. Sí, eso era algo que había notado en cierta forma-. Por cierto, ¿Louis?

— Dime, Anne.

— Yo espero que ya me estén teniendo en caminó a mi segundo nieto, me estoy quedando vieja como para cuidar bebés-. Y dejando mis mejillas de color por la vergüenza fue como vi salir de mi hogar a la gran señora Styles.

"No había duda que mi hijo y mi novio eran parte de la familia Styles."

¿Soy de un vientre rentado? | Larry StylinsonWhere stories live. Discover now