Divina Obsesión (+18) Completa

Capitulo 34

Es hora de que conozcas la familia

Hace tres años.

Beetzi.

En la vida existen situaciones que te hacen crecer de la noche a la mañana. En un momento piensas que eres una chica adolescente de 15 años completamente normal cuya vida ha Sido demasiado fácil en todos los sentidos, y que incluso se podría considerar algo aburrida cuando lo pensaba mejor.

¿Y cómo no? Si a la corta edad de 6 años descubrieron que mi cerebro funcionaba mejor que el de muchos. Tenía un severo caso de memoria eidética que permitía recordar la mayoría de las cosas que veía, lo que me convirtió en una muy buena hacker que se metía en problemas de vez en cuando, pero que no era nada grave para que mi familia considere poner mis habilidades en límite. Era hermosa e inteligente, llamaba la atención a dónde quiera que fuera. Mis ojos verdes llamaba y mi inteligencia te atrapaba.

Era la princesa Guerrero.

Mi familia era maravillosa. Los portadores de mis asombrosos genes cautivadores e inteligentes eran aquellos con lo que no podía vivir si no estaban cerca de mí. Mi vida se pintaba de felicidad en el momento que mis hermanos, todos ellos, entraban a mi habitación para despertarme con almohadazos, porque siempre era la última en despertar. Y toda esa felicidad crecía cuando al bajar mi madre estaba en la cocina con platos caseros de su país que nos encantaban a todos, incluyendo a mi padre, que siempre demostraba lo mucho que amaba a su mujer.

Ellos nos enseñaron que era el amor, pero no nos enseñaron los cruel que era el mundo real. Vivíamos en una burbuja de felicidad que nos protegía de los demonios que caminaban sobre la tierra pintada de cielo, porque los humanos son así, engañosos. Piensas que todo está bien el mundo, pero siempre hay un espectro maligno disfrazado de ángel que te atrae y después de destruye por completo, mostrándote la verdad oculta entre las sonrisas de aquellos que creías buenos.

El mundo real era una mierda y lo aprendí de la peor forma cuando me enamoré del más hermoso ángel pintor. El creo un mundo mágico para mí, donde pase de ser una princesa a una reina, su reina. Puso el mundo a mis pies y me enseñó lo que era tocar el cielo. Me enamoré. Me enamoré perdidamente de él y un día le demostré que yo también lo amaba, pero no de la forma bonita que te pongan los libros, dónde tu cuerpo y alma se unen con la de él, sino más bien de una forma cruel que me demostró que mi hermoso ángel era en realidad un demonio, y que el cielo que me había hecho tocar era en realidad un infierno.

Un infierno dónde él era el diablo.

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Me despedí de mis padres con una enorme sonrisa que demostraba lo feliz que era. A ellos no le agradaba la persona que me llenaba el mundo de sonrisas, pero lo aceptaban porque así eran ellos, comprensibles si la razón era lo suficientemente buena para que giraran el rostro. Y mi felicidad era razón suficiente para eso.

Mis hermanos eran otra historia. Ellos realmente odiaban a Ferrangi con todo su ser, e incluso hace poco lo interceptaron en un restaurante donde fuimos a comer. Yo me perdí un segundo cuando me dieron unas tremendas ganas de hacer de cagar que me dejo casi convulsionando el estilo de ¿Dónde están las rubias? Fue realmente horrible y una parte de mi sabía que Barbouri tenía algo que ver.

Él era el cuatrillizo más estresante cuando de bromas se trataba.

Ninguno le ganaba y que yo estuviera muriendo el baño de un restaurante, ahogando a un par de señoras que reprendieron mi estómago podrido, el cual casi me mata a mí también por el asqueroso horror que lleno el cubículo. Fueron treinta minutos horribles para mí.

Durante esos treinta minutos mis hermanos aprovecharon para sacar a mi novio del restaurante e interrogarlo. Trataron de intimidarlo, pero Ferrangi no era una persona que bajaba la cabeza ante nadie. Él te miraba a los ojos y de hacia retroceder hasta el punto de que el cazador terminaba siendo la presa. Sin embargo, mis hermanos eran cazadores que te atrapaban en manada y cuando salí del baño con ganas de irme al médico para una desintoxicación estomacal, lo encontré con un ojo morado y un labio partido.