Capitulo 33

264 16 1
                                    

Igual soy una asesina

BEETZI

Dolor.

Dolor era algo que solo era capaz de experimentar en ciertas partes de mi cuerpo. Las torturas que me infringieron hace tres años habían dañado gran parte de mi sensibilidad, algo que yo consideraba asombroso porque con siete hermanos mayores, dónde las peleas no se hacían esperar, era en definitiva un punto a favor, ya que cuando peleaba con ellos tenía más posibilidades de salir triunfadora, porque al fin y al cabo, yo no sentiría del todo los golpes.

Sin embargo, el día de hoy, podría decir que mi cuerpo entero me dolía. No sé si la bala que entró en mi pecho arreglo algo, pero lo cierto es que ahora sentía hasta que los vellos de mis brazos dolían. Cada parte de mi ser ardía y aunque no iba a morir porque dónde está alojada la bala no hay órganos vitales, además de que salió, consideraba que había tocado el infierno con los dedos, porque en el cielo no podía doler tanto. Me negaba a pensar eso.

Aprieto la mano de Mattias mientras veo como Adam habla desesperado por teléfono. La situación en cierta parte era algo graciosa, porque tenía a dos hombres de un metro noventa, con pinta de malotes, pertenecientes a una banda (al menos Mattias), vueltos locos buscando doctores de confianza que no terminaran asesinándonos a todos, completamente nerviosas y en el caso de Mattias, casi llorando junto a mí.

La vista que tengo es realmente dulce y casi me hace olvidar que tengo un hueco un poco más abajo de la clavícula. Ay, ahora que lo recuerdo. Me duele el pecho.

Aprieto la mano de Mattias con más fuerza y muerdo mi labio para no gemir de dolor.

Tan bien que la estaba pasando y viene un imbécil a dispararme en medio de una calle, convirtiendo la noche en una de mierda. Primero porque cuatro de mis escoltas resultaron vilmente asesinados por una bala en la cabeza. Una parte de mi me dice que al menos tuvieron una partida rápida sin sufrimiento, pero la otra... Esa me está calcinando el alma con la culpa que cargo en mis hombros, pensando en las familias que mi hermano tendrá que llamar para informarles que sus padres o esposos estaban muertos, todo porque mi pasado no me dejaba respirar tranquila y ser feliz sin impedimentos.

¿Tan difícil era?

Me costó tres años seguir adelante verdaderamente. Me costó tres años dejar de fingir que había superado al hombre de mi vida. Me costó tres años ser capaz de darle un respiro a mi corazón para que fuera capaz de latir por otra persona. No lo había planeado, e incluso me había medio negado a eso, pero en las últimas semanas me había dado por vencida, incluso sabiendo... Incluso sabiendo que Ferrangi estaba vivo, porque lo sabía y eso es algo que tiene mi cerebro en una enorme lucha por seguir como estoy o derrumbarme, porque... El me abandonó.

Fueron tres años, 1.095 días que él tuvo para enviarme un mensaje diciéndome que estaba vivo. O saludarme mientras pasaba en autobús, o aunque sea aparecer en la ventana de mi habitación dejando una flor blanca tipo película. Yo que sé, pudo haber hecho tantas cosas, pero en cambio decidió ocultarse y hacer solo él sabe qué, en vez de volver a mí e incluso fue tan imbécil de aparecer cuando ya mi corazón no latía por el... Y peor, se atrevió a tratar de asesinar a Adam. Eso era algo que todavía me tenía como en el limbo.

Aunque, pensándolo bien, eso no era lo peor de todo.

Lo peor es que incluso con todo lo malo, con todas las acciones que deberían hacerme odiarlo, no era capaz de eso, pero si romperme, destruirme cada noche mientras escondida en el baño lloro como nunca lo he hecho, lloro como no lloré su muerte, sintiéndome un pedazo de mierda que ni las moscas quieren pisar, porque... Se supone que él me amaba, se supone que yo era su reina y me abandonó tan fácil. Me dejó tirada incluso cuando yo di todo de mí, absolutamente todo. Dejé mi esencia para amarlo sin temor y él simplemente... Me dejó.

Divina Obsesión (+18) CompletaWhere stories live. Discover now