⚡Capítulo XIV⚡

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Cinco días han pasado.

Cinco días que han sido mi paraíso.

Mis días se resumen en salir, turistear, ir a la playa muchas veces en tan poco tiempo, y comer mucho.

La primera reacción de Annie a la playa, fue memorable y asombrosa. Al inicio no dejaba de tocar la arena así estuviera caliente, al ver el mar se le salieron unas cuantas lágrimas de alegría; las olas fueron un problema al inicio, le tenía pánico pero con el tiempo se relajó, tanto que parecía una sirena sin querer salir del mar, aunque varias veces las olas la revolcaron estaba muy feliz.

Nahomi y yo estamos agradecidas por ser parte de este momento tan lindo.

Aún nos faltan muchos lugares a donde llevarla.

Y, pareciendo extraño no he tenido ningún tipo de comunicación de parte de inferno, ni una mínima señal del, estoy perfecta pero sé que esto no termina así.

Hemos pasado muy buenos días y seguirá así.

Nos dirigimos en carro hacia una playa un poco lejana pero vale totalmente la pena.

Vamos cantando a todo pulmón, disfrutando del sol y de la brisa.

Respiro profundamente adentrándose en mí el olor a mar, no estando tan tranquila como quisiera.

Después de las palabras que tuve con mi abuela el día que llegue, no me he animado a ver la. Sus palabras tuvieron repercusión en mí y eso me preocupa. Siempre escuche de parte de mi papa decir que mi abuela era una bruja en su totalidad, aunque lo decía riendo sé que lo decía en serio, no dudo que mi abuela trabaje con cosas no adecuadas, siempre creí que por eso se había quedado ciega.

A la mente se me viene un recuerdo que a papa no le gustaba traerme a donde ella luego de la última vez que todo se salió de control.

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-¡Corre! – Me grita mientras trato de correr a su velocidad.

Todos corrimos con entusiasmo, gritando y riendo tratando de no ser atrapados.

En un intento de no dejarme atrapar doy un mal movimiento, ocasionando que cayera al piso golpeándome la cara, raspándome las rodillas y clavándome las piedritas en las manos.

Él es el primero en acercarse a mi preocupado, me ayudo a levantarme y sacudirme todo sucio de encima.

-¿Todo bien? – Me examina por todos lados tratando de encontrar algún golpe.

- Me duele las manos y las rodillas.

-¿Y la cara? – No entiendo su pregunta del todo.

- No tengo nada en la cara.

- Vamos a tu casa, te tienen que limpiar las rodillas.

Me coge de la mano y me jala caminando en dirección a la casa de mi abuela. Veo en el cielo como pasa un buitre negro por encima de nosotros, lo noto excesivamente grande fuera de lo normal por lo que me le quedo viendo hasta que desaparece de mi vista.

-¿Cuándo te iras?- Pregunto mientras caminábamos.

- Hoy por la noche – Suspira y me coge de la mano más fuerte – Papa dice que tiene problemas que resolver conmigo, quisiera quedarme más tiempo, compartir contigo.

Lo detengo de caminar para verlo a los ojos. Sus ojos son una maravilla de otro mundo, los colores tan fuertes hacen que sean más hermosos, el brillo que siempre tenían y que se intensificaban al estar feliz le daba un toque totalmente asombroso, aunque a él no le guste para nada sus ojos a mí me encanta.

𝕻𝖊𝖈𝖆𝖉𝖔𝖘 𝖈𝖔𝖒𝖊𝖙𝖎𝖉𝖔𝖘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora