⚡Capitulo V⚡

17 4 12
                                    

Despierta.

¿Que paso?

Despierta.

¿Donde estoy?

Despierta.

¿Por qué todo esta negro?

Despierta.

¿Donde estan Annie y Nahomi?

Despierta.

¿Todo lo del niño fue una ilusión?

Despierta.

¿Los chicos son una ilusión tambien?

Despierta.

¿Estoy loca?

¡Despierta!

Me despierto de golpe y quedo sentada. Miro donde estoy, me veo con la misma ropa con la que fui a la práctica, tengo una vía en mi mano derecha.

Me llevo la mano izquierda a mi cabeza, me duele demasiado.

Cierro un momento los ojos, masajeando mi cien, tratando de apasiguar el dolor.

Los abro nuevamente, encontrando frente a mi cama a los chicos, el demonio y el angel caido, quisiera saber sus nombres para no decirles mas así; uno vestido de doctor y el otro nuevamente con el traje quirúrgico con sangre, los dos con gorro, guantes y tapabocas.

Nos miramos varios minutos, en los que ninguno hace algún movimiento. Me fijo si en la habitación hay alguien mas que nosotros y no, solo somos ellos y yo.

Nos seguimos mirando, yo atenta a todos sus movimientos, se que son muy impredecibles, no se sabe que puedan hacer.

El angel caido, se baja el cubre bocas y me sonríe, el otro también se lo baja pero no sonríe.

- Μαγεμένη βασίλισσα [Reina encantada] - Dice muy bajo el chico heterocromia.

Me confundo al no saber que dijo y que casi no llegaba a escuchar la mínima frase.

- Ξέρεις ότι είναι μάγισσα, απλώς δεν έχει δείξει τι είναι ακόμα, η βασίλισσα των μαγισσών, καταραμένη γυναίκα, αυτό είναι [Sabes que es una bruja, solo que aún no ha demostrado lo que es, la reina de las brujas, mujer maldita, eso es]    -Le responde el amigo un poco mas fuerte, yo escuchando perfectamente, aunque no les estoy entendiendo lo que estan diciendo.

El asiente lentamente, de acuerdo con lo que sea que le dijo su amigo.

Los miro de de forma confusa y espero el siguiente movimiento de por parte de ellos.

Ambos se giran hacía mi después de decirse unas cuantas cosas más, me miran y sonríen al mismo tiempo, uno mas que otro.

Sacan cada uno unas dagas, porqué se perfectamente que cuchillos no son, uno del bolsillo de su pantalon, y otro del de la bata de doctor.

Se colocan a cada lado de mi cama, yo no me muevo ni hablo, solo veo que hacen.

Me pasan las dagas por mis piernas, afincando la cuchilla, rompiendo mi jeans y haciendome una cortada ligera pero larga, desde el tobillo hasta mi rodilla, me muerdo los labios para no gritar por el dolor que me ocasionan.

Aunque es absurdo que no quiera gritar cuando me estan lastimando unos desconocidos que lo mas probable es que me maten.

Ellos me siguen mirando a la cara, retiran las cuchillas de mis piernas, les pasan las yemas de los dedos por la sangre, uno solo la ve en sus dedos, y el otro se lleva sus dedos a la boca y la saborea.

𝕻𝖊𝖈𝖆𝖉𝖔𝖘 𝖈𝖔𝖒𝖊𝖙𝖎𝖉𝖔𝖘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora