11 | La verdad nos hace libres

1.5K 123 501
                                    

Sí, bueno, lo de esperar a Kiyoomi pacientemente como si fuera una anciana de 70 años lo decía en broma

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Sí, bueno, lo de esperar a Kiyoomi pacientemente como si fuera una anciana de 70 años lo decía en broma.

No lo puede creer.

Enserio que no lo puede creer.

Según Shoyo, Kiyoomi seguía en Japón. ¡¿Entonces por qué demonios no viene a buscarlo todo arrepentido, con rosas y chocolates en manos?!

¿Qué no se iba a ir con Ushijima?

Sí, bueno, los rumores, al parecer, de que iban a irse en el mismo vuelo el mismo día parece que habían sido solo eso: rumores. Y aunque Shoyo ya se lo había informado implícitamente, Atsumu intenta no volverse loco pensando en las miles de razones por las que el azabache está demorando tanto en buscarlo, largarse, o decidir, tan siquiera, qué es lo que quiere y qué quiere hacer.

Ojalá pudiera tener algún superpoder en el que a través de la mente pudiera decirle lo que quiere.

¡Y lo que quiere es que aparezca en su maldita puerta ya con un ramo de rosas enorme!

Pero no sucede.

Transcurre un día, transcurren dos. Pronto ya ha pasado semana y media. Y nada de nada.

¿Qué le está tomando tanto tiempo?

Hoy, se suponía, era él quien regresaría a los entrenamientos.

Pero, en su lugar, no ha tenido una mejor idea que pedirle unos días al entrenador para arreglar un asunto familiar, armar sus maletas y recoger los pedazos de su dignidad porque si Kiyoomi piensa que ese va a ser el final de su vida, está muy equivocado.

—Asunto familiar, mis bolas. ¿Cómo que te vas a Argentina?

—Sí, Samu. Me han dicho que las mejores empanadas las hacen ahí —Osamu gruñe del otro lado del auricular pero Atsumu sigue tan ensimismado en seguir metiendo kilos de ropa en su maleta que no le presta atención a sus regaños ni tampoco a la incesante cantidad de notificaciones que están llegando a su teléfono en este momento.

Nadie sabe dónde está Kiyoomi.

Ni sabia sabe ni una maldita noticia de él.

Pero a Atsumu ya no le importa.

O al menos ese es el pensamiento con el que ha amanecido este día, repitiendoselo a cada rato para que no se le olvide.

Todo mundo habla de Kiyoomi en redes, y de Ushijima, y un poco —mucho, en realidad— también de él. De que si uno va persiguiendo al otro, y de que si Atsumu es la cenicienta abandonada.

—Abandonada mis calzones. Vas a ver lo que se va a decir de mí, Sakusa Kiyoomi, cuando decida volver a aparecer rumbeando en tierras latinas.

Sí, bueno, había dicho que no lo iba a perseguir pero no dijo nada acerca de forzarlo a él a seguirlo. Y aunque puede que sea una niñería lo que está a punto de hacer, necesita abandonar Japón por unos malditos días si no quiere volverse completamente loco.

Tatemae 【Haikyuu-SakuAtsu】Where stories live. Discover now