03 | Detesto en mí, la pregunta incontestable desde aquí

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—¿Lo intentamos?

—¿Quieres que te ahorque de nuevo?

Esas tenían que ser las conversaciones más largas que haya tenido jamás con Kiyoomi en todo el tiempo que llevan de conocerse.

Y en serio está siendo muy optimista al respecto porque desde que se presentaron formalmente uno delante del otro, la primera gran impresión de grandiosa no tuvo absolutamente nada.

Es decir, Kiyoomi tenía el sentido del humor de una cuchara por lo que ni siquiera el primer chiste que Atsumu le había soltado, para romper un poco el hielo e intentar tener una primera conversación decente con él, había funcionado.

Aun así, a pesar de que él odiaba a las personas calladas —pues le parecían que se atribuían un misterio absurdo por razones aún más absurdas—, la primera impresión que tuvo de Sakusa fue que simplemente se trataba de un tipo que no hablaba mucho.

Y personas como él existían en todos lados, sí.

Tobio, por ejemplo, era un poco parecido a él. Un poco solamente. Ambos eran callados del mismo modo que ambos podían hacer el mismo tipo de mueca disgustada y severa cuando algo no salía como lo planeaban. La seriedad y el silencio que los acompañaba podría incluso sacar de quicio a cualquiera pero Tobio era un idiota buen niño obediente y Sakusa...Bueno, era solo Sakusa.

Quizá la diferencia entre ambos era que Kiyoomi parecía ser un iceberg en todo el sentido de la palabra. Podía escuchar críticas y comentarios malintencionados sobre su pésimo humor y aun así le importaría una mierda. Con Tobio, sin embargo, parecía ser el tipo de niño llorón que así de rápido como podía aprender un nuevo truco en el vóley, también podía ser aplastado por sus propios miedos e inseguridades.

Parecía que le afectaba demasiado lo que pensaran de él o al menos esa impresión le dio tras enterarse de su mala racha cuando estuvo en Kitagawa Daichi. El título "Rey de la cancha", parecía, al día de hoy, hacerlo temblar un poquito a pesar de que ya era un mastodonte.

Qué frágil, pensó la primera vez que escuchó sobre ello. Un caradura y a simple vista presumido rematador siendo afectado por las opiniones que los demás tenían de él.

Todo eso cambió, sin embargo, cuando se unió a Karasuno.

—Todos ustedes, principalmente tu, Shoyo-kun, le enseñaron a Tobio a hacer lo que quisiera. Ustedes lo despertaron. Ustedes lo volvieron un monstruo —recuerda haberle dicho a su rematador en su primer partido debut. Ganaron, desde luego, y es que ¿Cómo no podrían hacerlo estando él como setter?

Es decir, Tobio podía tener el talento nato pero él sobresalía en otro tipo de cosas que Kageyama no.

Y, sin embargo, al final del partido, no se sintió como una victoria realmente. Al menos no para él. Darse cuenta de que Shoyo y Tobio se persiguieron con la mirada durante todo el partido por un sentimiento que iba va más allá de solo analizar a su contrincante, le hizo querer devolver el desayuno.

¿Por qué? Si Tobio era un cabezota y joven inexperto...¿Por qué Shoyo lo había elegido a él?

Alguien tan tieso y sin gracia a lado de él no debería ser nada y, aun así, Shoyo no le quitó la vista de los ojos ni cuando se perdió entre los pasillos del camerino.

—Ese día los desgraciados se manosearon en los baños —volviendo al presente, Kiyoomi solo puede mirarlo de soslayo con una mueca de asco mientras termina su bebida energizante en un sobre. Incluso el último sorbo le da arcadas de tan solo escuchar a Atsumu, no solo ensombrecer su mirada, sino también dando información que desde luego no le pidió—. ¿Cómo es posible que ellos hayan deshonrado más lugares públicos que yo? La única vez que hice algo como eso en público fue cuando me hice una paja en el baño de un supermercado y...

Tatemae 【Haikyuu-SakuAtsu】Where stories live. Discover now