Etherias Natsu Dragneel: El Nuevo Emperador

Capitulo 10

-dialogo normal

-susurro

-pensamiento

-dialogo de lacrima

-ataque mágico

CAMBIO DE ESCENA/FLASHBACKS

*sonido*

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-¡Se prendió esta mierda! –pensó Dimaria con mucha gracia al ver la cara que los nuevos e inesperados visitantes pusieron al sentir el abrumador poder de Irene.

-Un minuto, ¿Cómo es que llegaste antes que nosotros, Titania? –pregunto el pelinegro habiéndose olvidado del susto por tremendo poder.

-Gajeel-san, no creo que ella sea Erza-san. Sus olores si se parecen, pero no es ella, en definitiva –dijo la loli.

-¿Estas segura de eso, Wendy? –pregunto el gato negro.

-Es verdad que se parecen, pero esta mujer se ve más madura... y con mucha más pechonalidad –dijo/pensó para si la peliazul mayor con algo de vergüenza.

-Moo~ ¿podrías presentarnos a tus amigos, Dragoncito-kun? –dijo la MILF para abrazar muy sugestivamente al pelirosa.

-Irene, ¿podrías dejar de hacer eso? Es algo incómodo.

-Irene, creo que estas avergonzando un poco a Natsu en frente de sus amigos –dijo la rubia.

-Ara~ ¿estoy oliendo celos, Dimaria?

-¿Qué? No. Solo digo... míralos, parecen un tanto fuera de sus casillas –señalando al grupo de extranjeros-. En especial esa pequeña peliazul. Creo que es la más incómoda.

Y efectivamente, la pequeña Wendy estaba bastante roja de la vergüenza por ver a su figura de hermano mayor siendo abrazado muy cariñosamente por la mujer probablemente más voluptuosa que ha visto en su vida.

Por no mencionar que el grupo estaba conmocionado por el inmenso poder mágico que desprendían la rubia y la pelirroja.

-GI HI. Siempre supe que a Salamander le gustaban las desarrolladas, pero no pensé que se conseguiría una extranjera –dijo el de los piercings tratando de aliviar la tensión.

Claro que aquel comentario le hizo merecedor de un zape por parte de Levy.

-¿Qué? No es lo que parece. Irene, ¿podrías comportarte?

-Pero me gusta estar así contigo, ¿a ti no? –pregunto la pelirroja con un tono inocente.

-¿Y si te lo ordeno?

-Entonces no me quedaría otra opción.

-Entonces es una orden.

-Entendido, alteza –dijo la dragona recobrando la compostura.

-¿No crees que te pasaste? –le pregunto la rubia.

-Solo quería ponerte un poco celosa. Después de todo tu y Brandish tienen bastante competencia con la albina y la rubia.

-¿¡Eso que tiene que ver!?

-Nada... solo que ustedes dos ya tiene la bendición del emperador para darle sobrinos.

-Enserio que tu...

-Chicas, ¿podrían dejar de susurrar a mis espaldas? Aun las puedo escuchar –dijo el Dragneel algo incómodo por lo que escucho.