- Pues yo no. Ni siquiera lo había pensado hasta ahora. ¿Tú tienes una?- preguntó ahora mirándole.

ChangBin se veía tan sereno, tan... tan, era simplemente indescriptible, la manera en que veía con tanto detalle aquél estrellado e inmenso cielo, le tenía tan embelesado.

Ni siquiera todas las estrellas que pudieran existir, podrían compararse al brillo que en sus ojos crecía cada vez que lo miraba.

- No, tampoco tengo una. Podríamos elegir una. Hmmm, ésa. La que está entre las dos más brillantes y aquellas pequeñas cuatro. ¿La ves?- dijo señalando algún punto en el cielo.

SeungMin no podía verla, estaba demasiado ocupado viendo como bajo la luz de la luna ChangBin le parecía más hermoso, haciendo que se enamorara aún más de él.

Si es que se podía.

- ¿La ves?- preguntó bajito dirigiendo su mirada al más alto.

Quizá fueron segundos, minutos, o quién sabe cuánto tiempo el que estuvieron tan sólo sostuviendose la mirada, ChangBin nuevamente juró haberse perdido en aquellos cálidos y abrazadores ojos verdes, parecía transportarle a otro lugar, uno en donde sólo eran ellos dos, en dónde podían mirarse el uno al otro bajo ninguna otra compañía más que la de las estrellas.

SeungMin fue quién primero desvío su mirada, viendo al lugar que ChangBin había señalado hacia un momento.

Siendo ahora el mayor quién se dedicaba a admirar su belleza surreal.

-Bin... Creo que hay un problema.-

-¿Uh?- murmuró atontado.

-Ésa de ahí, no es una estrella es un satélite.- dijo SeungMin comenzando a reír, sin poder evitarlo. ¿Era tan gracioso? Realmente no, sin embargo parecía tener la necesidad de expresar la inmensa felicidad que le invadía por completo.

- Uh, no es cierto. ¡¿Cómo puedes saber éso?!- preguntó saliendo de la que parecía una ensoñación.

- Bueno... dudo que a ésa estrella se le esté acabando la batería o algo...- respondió sonriéndole sincero mientras ambos veían nuevamente aquél destello que efectivamente titilaba.

- Oh...- pronunció ChangBin haciendo un puchero.

Estuvo por decir algún reclamo hacia el menor, sin embargo, el verlo aún riendo con suavidad, le detuvo en su lugar. ¿Podía existir alguien tan perfecto?

SeungMin parecía no ser más que algún producto de sus sueños.

Su risa parecía llegar hasta un punto tan profundo en su ser, su confortable compañía le tenía anestesiado. Su corazón había comenzado a latir con intensidad al tan sólo escucharle reír, con sólo verlo. Con sólo saber que SeungMin estaba ahí a su lado, podía sentir como los vellos de su piel se erizaban.

Y sus ojos brillaron al igual que las estrellas, con la intensidad de mil galaxias y con la dulzura que sólo él podía causarle.


















🌙






















-¡Tú, no me toques! ¡Dile que se aleje al menos 10 metros de mi Por favor!- Exclamó el rubio al sentir como el "Señor Lim" había rosado su hombro mientras se dirigían hacia otra habitación.

-Beom, ya lo escuchaste, puedes dejarnos solos. Y... ¿Podrías decirle que venga en lo que pueda?- ordenó sentándose junto al menor quién aún se encontraba totalmente alerta a cualquier cosa.

- Bien, enseguida.- asintió dejando el lugar.

-¿Uh? ¿Traer a quién? Creí que hablaríamos "a solas".- dijo Felix mirando paranóicamente hacia los lados, para terminar su vista sobre él hombre frente a él.

- No te preocupes, estarás feliz de verle también.- dijo con total seguridad mientras sonreía en grande.

-...- Felix optó por no responder a ello, después de todo la sonrisa del mayor le ponía los pelos de punto.

- ¿Me llamaste...?- preguntó el nuevo individuo quedando estático en su lugar al ver a la otra persona en la sala con detenimiento.

Felix se iba a disecar si continuaba llorando.

¡O podría hacer como Alicia e inundar completamente aquél lugar!

Pero de todos modos, nunca creía haber llorando tanto en su vida.

"𝙇𝙞𝙣𝙙𝙖𝙨 𝙋𝙞𝙚𝙧𝙣𝙖𝙨 𝙢𝙞𝙣𝙞𝙚"  ˢᵉᵘⁿᵍᴮⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora