Historia

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Sin darme cuenta del cambio, ahora estaba en su cama junto a ella, aún rendida, bajo la sábana delgada que cubría mi cuerpo desnudo, ¿en qué momento me había quitado hasta la ropa interior? En fin no le di importancia, ya estaba acostumbrada, volví a mirarla se veía muy feliz, en el mismo estado en el que me encontraba, quise abrazarla y así lo hice, aunque básicamente era apegarme a su pecho, su cuerpo frío pero con la mezcla de mi temperatura parecía agradarle, se que podía escuchar mi ritmo cardíaco subir, pero no me importaba, ¿para qué esconder algo que se me nota desde aquí a China?, se que simplemente no lo mencionaba porque no es algo que debiera pasar, se mi lugar, mucho no podría hacer, me di vuelta mirando al techo, mirando mi mano concretamente, después junto su mano con la mía haciéndose notar la gran diferencia de tamaño, para romper el silencio, "Aún recuerdo cuando tenía un tamaño normal como el tuyo", caí en cuanta era mi oportunidad para hablar de su pasado, "Me habías dicho que como los demás eran experimentos, lo que te hayan hecho te hizo así o siempre has sido así?", "Oh no, claro que no, antes era una duquesa, aunque igual un poco más alta que tú, hasta que vino Madre Miranda y me salvó", "¿Te salvó?", pregunté con incredulidad, "Tenía una enfermedad, iba a morir, pero ella implantó en mí esa cosa, un hongo o lo que fuera, lo único que recuerdo es que dolía como infierno y al día siguiente mi cuerpo mutado era de casi tres metros", ni siquiera me pude imaginar la escena, difícil de creer si lo contara a alguien de afuera, pero yo misma lo estaba viendo con mis ojos, su piel pálida, sus garras que se extienden a su gusto, en todo ese tiempo había visto cosas que en la vida hubiera creído, "Así que por eso ingieres sangre y carne humana, para mantenerte viva ¿verdad?" ate los cabos sueltos demasiado rápido, "Vaya que eres lista querida, si así es", tocando mi nariz, ahora sabía más de su historia y me hacía sentir feliz, ¿me tenía confianza? Claro que sí, ¿para qué me lo diría si no le importara?  Sonreí, segundos después lo único que quería era besarla de nuevo, así que me acerque a su rostro lentamente, miré como entre cerraba su mirada y la besé, de pronto sentía su lengua y una cosa llevó a la otra, el control no era mi fuerte definitivamente, igual no podía hacer mucho, su fuerza era mucho mayor, estando debajo de ella, con su mirada de fuego, tenía su mano en mi cuello no presionando fuerte, pero si lo suficiente para que mi respiración se agitara un poco, "Eres una traviesa, pero esta noche no te saldrás con la tuya querida", diciendo esto soltó el agarre y se incorporó a mi lado de nuevo, había perdido, por esta vez, pero era tan injusto, aún caliente, era un maldito castigo. 

"Tengo mucha sed", la escuché decir, me senté para buscar su vino pero la copa estaba vacía, sabía lo que significaba perfectamente, de todos modos no era tan doloroso para mí, "Puedes beber de mi sangre si así lo desea ama", dije apartando mi cabello del cuello, "No me podría negar mascota, gracias eres muy atenta", diciendo esto se acercó, su mordida suave para no lastimarme mucho  y así empezó a succionar, en cuanto más bebía mi vista se tornaba borrosa, estaba a punto de desmayarme así que paró, "Creo que me excedí de nuevo, lo siento, pero eres…", la interrumpí para terminar su frase, "Un bocadillo delicioso", "No, eres mi comida, tu papel nunca ha sido terminar como mi cena, no pienses así de mí ", dijo muy segura de sus palabras, lo cual me tranquilizó, pero ahora estaba rendida lo único que pude decir antes de caer dormida fue un "Te creo y por eso… " no terminé la frase, todo se volvió oscuro. 

Un nuevo día, me levanté, estando sola en la habitación, tomé mi ropa, me vestí para dirigirme a lo que era mi habitación, tomé una ducha y me cambié, una sirvienta entró para tomar mi ropa sucia, sin siquiera hablarme o mirarme, saliendo rápidamente, como era de costumbre, todavía sentía pena por ellas, pero era algo inevitable, cada día que pasaba ignoraba el hecho, ¿estaba perdiendo empatía? Ahora que lo pensaba mejor siempre estuve pensando sobre mi supervivencia, bueno normal en una situación así cualquiera se podría de primero, aunque no sabía del todo qué pasaría en el futuro, las palabras dichas en la noche me fueron reconfortantes. Salí para dirigirme a la biblioteca, para investigar más sobre el hongo mutante, algo tenía que haber ahí, sorpresa el lugar estaba vacío, Daniela no estaba que suerte, empecé a mirar los estantes, buscando entre libros, la mayoría literatura clásica, cultura general, pero nada extraño, esperaba encontrar algún tipo de cuaderno con notas, me había rendido, supongo que esa información la tiene Madre Miranda, revise el último cajón y lo encontré, un cuaderno viejo que parecían notas escritas por la misma Lady Dimitrescu, habían fotos bastantes viejas y borrosas, pero estaba segura que eran tres mujeres en camas, las notas decían algo como que las moscas habían consumido sus cuerpos, "que desagradable" dije, al parecer el hongo hizo que nacieran un tipo de moscas mutantes y que a los días de esto tomaran la forma de las tres chicas, "Bela, Cassandra y Daniela", no son sus hijas biológicas… también fueron parte de un experimento, por eso se desvanecen en moscas y las bajas temperaturas las matan, por eso no pueden salir del castillo, encontré oro definitivamente, las adoptó como sus hijas y las ha cuidado todo este tiempo, no le diré nada sobre lo que encontré, así que mejor será ponerlo de nuevo en su lugar. 

Cuando estaba cerrando el cajón, las moscas aparecieron de golpe formando a Cassandra y Daniela, "Te dije que estaba aquí", "Lo siento no quiero molestar", dispuesta a salir de ahí rápido, pero como siempre Cassandra me lo impedía, "No, no, ahora que bebí de tu sangre ya sé porqué madre la tiene tan bien cuidada", dirigiéndose a su hermana, "¿No es rancia?", "Para nada, dulcemente deliciosa" dijo acercándose aún más, ¿ahora como me escapaba de ambas?, "No es por eso que sigo aquí", dije enojada, estaba cansada de su jaloneo, "Tonta, sólo eres una cosecha, no eres la primera ni la última, pronto serás vino para nosotras", expresó con rabia, "Creo que esta enamorada de mi madre mira su reacción", dijo Daniela entre risas, me sonroje, "No es cierto, para nada" expresé sin titubeos, "Espero que no, porque sería para mí un gusto destruirte", diciendo esto Cassandra desapareció y al segundo Daniela, también dejándome avergonzada en el sitio, me afectó sus palabras ciertamente, pero llorar por intrigas era algo que no iba aceptar

Mi Dama de Fuego Where stories live. Discover now