Juego

2.3K 254 37
                                    

   Todo había transcurrido con normalidad, Donna se había retirado con Bela, en todo ese rato no había pronunciado palabra hasta que la escuché hablar con esta, al parecer con ella era menos tímida, estaba pensativa, tenía muchas preguntas que hacerle a mi señora, pero no sabía si le iban a molestar. Ahora estaba a solas de nuevo en su habitación, el silencio era algo incómodo, Alcina sólo estaba escribiendo, muy concentrada en lo que sea que hacía, me tomé la libertad de ponerme en pie y recorrer la habitación, mirando por la ventana, no aguanté la curiosidad y pregunté, "Ama… ¿Cómo es que tu hermana hace hablar a esa muñeca?Inmediatamente dejó de mirar el papel y fijó su mirada en mí con una dulce sonrisa, "Oh cierto eso para una mortal es algo inexplicable, a ver…  Donna tiene cierto poder que permite darle vida a sus muñecas y prefiere comunicarse por medio de Angie, aunque casi que es otro ser, la verdad no las entiendo muy bien, otra cosa cariño, no te acerques mucho, Donna suele liberar un tipo de "polen" para que entiendas esto produce alucinaciones y muy reales, así es como nadie logra salir de su hacienda con vida ", hubiera deseado no saber, ahora tenía un terror inmenso hacia Donna, ¿qué clase de alucinaciones provoca?, joder, cada cosa que descubro es peor que la anterior. 

Deje de darle vueltas cuando Alcina se levantó, dejando su trabajo, acto seguido se dirigió hacia mí con rudeza, "Bien hora de jugar mi mascota", de pronto tenía su mano en mi cuello presionando suavemente pero con autoridad, con la fuerza me levantó y sólo sentí el rebote de mi cuerpo con el suave colchón, "Esta noche quiero divertirme un poco más, date la vuelta", la escuché decir, acate su orden, ahora sin poder mirarla, recostada sobre mi abdomen,  podía sentir mi trasero elevarse por sus manos, pude escuchar como se deshacía de sus guantes, después sentí un escalofrío por toda mi espalda, su dedo hacia camino de mi nuca hasta mi cintura, deteniéndose ahí, bajando despacio a mi trasero, de pronto sentí una fuerte palmada en mi glúteo, me retorcí de dolor, ardía, "mierda" expresé, al parecer le había gustado tanto mi reacción que río y como si hubiera sido un tipo de permiso, sentí uno tras otro, esta mujer era una sádica, el dolor se desvanecía rápido en este punto, en vez de quejarme de dolor, sólo podía sentir como mi cuerpo se calentaba cada vez más, joder no se que me pasaba, pero me estaban volviendo loca o algo así, una tortura que tardo algunos minutos, cada palmada más fuerte, otras más suaves, pero lograban su cometido, después paro  por unos segundos, su reparación ya no era tranquila, podía escuchar como también se estaba volviendo loca, escuché un cajón abrirse, "Si te duele mucho sólo me dices y me detendré, no quiero dejarte muchas marcas", "¿Marcas?" dije con voz entrecortada, aún sin recuperarme, después de mi pregunta sólo pude sentir un dolor agudo, y un tipo de látigo con varias cuerdas en mi espalda, grité, dolía más que su mano, pero no se detuvo, siguió latigando mi trasero, de nuevo una y otra vez, me retorcía con cada golpe, ¿qué clase de placer era este? " intenté voltearme, pero mis brazos no aguantaron más y me desplomé, jadeando fuerte, quería pasar mi mano por las heridas evidentes que ahora tenía, pero no hizo falta, Alcina había entendido que era suficiente y pasó su mano suavemente por toda la zona, así mismo diciendo, "Ya ya está, lo hiciste muy bien". 

Este era el tipo de juego que quería hacer conmigo, no podía moverme, pero el calor seguía, tanto que mi respiración todavía no se controlaba, por el dolor o por el éxtasis, pero no, yo no quería sólo palmadas o latigazos, quería aún más, así que me incorporé, intenté sentarme pero era imposible, dolía demasiado, mi Ama, ahora estaba feliz sentada en su silla, "Puede ser que me haya pasado un poco, una disculpa", mencionó acomodándose su cabello, baje de la gran cama y fui gateando hacia ella como si de una gata se tratase, esto obviamente no había terminado, sin importarme una mierda, agarré su vestido y lo subí con ayuda ambas manos, dando a luz a su entrepierna descubierta, no llevaba nada, "Me imagino que es algo que deseas mucho, me tomé la libertad de dejártelo fácil", en ese momento sus piernas se abrieron aún más, "Tendrás que esforzarte",  claro que lo haría, maldita sea nunca había pensando en sexo, pero ahora estaba ahí deseándole, no me entretuve más y empecé a recorrer sus muslos con besos, delicados, lentos, respirando cerca, era mi turno de vengarme y no lo iba desperdiciar, pare para mirarla, estaba agitada, con sus ojos cerrados, tirando su cabeza hacía atrás, sonreí, era una majestuosa imagen, no aguante más y empecé mi trabajo, me apoye con mi mano, ahora mi lengua totalmente adentro jugaba con su clitoris, succionando con urgencia, podía escuchar su respiración agitarse aún más, su pecho subiendo rápidamente, desesperación, la palabra perfecta, ni yo misma tenía control, aumente la velocidad de mis movimientos con la lengua, arriba hacia abajo, tenía básicamente toda mi cara ahí, a este punto no me importaba, succione, una vez más, recorría haciendo círculos con la lengua, una vez más su sabor era embriagante, sus fluidos por todo el resto de mi rostro, mire hacia arriba una vez más, su expresión era jodidamente un arte, intentando no gemir, mordiéndose el labio, eso no me servía, quería escucharla, así como me escuchó a mi, añadí tres dedos, seguía jugando con su clitoris con mi lengua, mientras hacía movimientos con mis dedos dentro, al fin pude escuchar un gemido ahogado, no pare, me había perdido, sólo pensaba en su placer, así que aumente la velocidad de mis movimientos, "T….te voy a dar un premio después" la oír decir con voz entrecortada, jadeando, al final pude sentir como su orgasmo llegaba, sus músculos contrayéndose, era fascinante lo había logrado, ahora estaba totalmente débil, intentando controlar su respiración agitada, esto no se me va olvidar en la vida.   

Me apartó con su mano, logré quitarle el control y estaba orgullosa de eso, aunque el dolor de mis glúteos y espalda se volvieron presentes, me mire al espejo y podía ver las marcas rojas, al menos había valido la pena, volví mi mirada hacia mi ama, ya un poco recuperada, me señaló ir hacia ella, me tomó del rostro, para posar sus labios sobre los míos, una vez más, no con urgencia, si no dulcemente, no me podía quejar, todo esto me estaba encantando, después del beso, me alzó para llevarme a su cama, me recostó sobre un almohadón, "Ahora duerme", "¿No te quieres quedar conmigo?", "Oh cariño, estaré aquí no te preocupes", su respuesta reconfortante me hizo caer en un sueño profundo

Mi Dama de Fuego Where stories live. Discover now