𝖈𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖉𝖎𝖊𝖈𝖎𝖓𝖚𝖊𝖛𝖊

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Cuando los rayos de luz tocaron las tierras de Atria, el alfa ya se encontraba preparando el desayuno, mientras Hoseok había tomado un baño largo junto con sus cachorros; al principio bañó a cada gemelito y al final terminó por meterse con Sun Hee para tallar bien su cabellito.

Al salir, el omega se vistió rápidamente, el pantalón de lana se ajustaba a su figura delgada y las botas de cuero resonaron en la madera que rechinaba del cuarto del baño. Sun Hee tuvo que vestirse casi igual, a excepción que le gustaba usar sombreros coquetos.

Al estar en la cocina, el omega se encontró viendo como Seokjin ya había preparado toda la mesa, mientras arrullaba a uno de los cachorros, mientras el otro se encontraba sentadito en una sillita especial.

La cachorra corrió y con ayuda de mamá, se sentó en su silla y Hoseok arrimó la suya para sentarse en medio de sus cachorros y estar al tanto de ambos.

Huevos fritos, carne, pan recién fresco salido del horno, cuencos de fruta y más había preparado el alfa; en una jarra enorme preparó té de hierba buena y leche tibia para su cachorra. Los platos fueron servidos y todos empezaron a comer.

El pan crujió cuando fue trozado por la mitad y Hoseok lo hundió en la yema del huevo para comerlo.

— Mmh — gimió complacido — Está muy bueno, alfa.

— Gracias — dijo sonrojándose un poco.

— ¿El pan es el de la señora Cheng?

— El mismo — afirmó mientras masticaba.

— ¿Lo ha traído Taehyung? — sonó más a una pregunta para sí mismo — Vaya y yo que creí que los primeros días después de la Gran Hibernación los pasaría de holgazán en su casa.

— Tal vez — dijo pensando — Había encargado el pan más temprano de lo normal, entonces no vi quien lo entregó; solo estaba fuera de la puerta cuando lo recibí.

— Alguien pudo haberlo robado — dijo con asombro — Bueno, claro que si es alguien que no tiene para comer no hay problema, pero, luego hay lobos abusivos — hizo un puchero molesto.

Seokjin rió y asintió de acuerdo con su omega.

Pasó todas estas semanas dormido, fortaleciendo su lazo con la Diosa Luna, al igual que su omega y los cachorros. Podía notarlo, su piel descansada y suave, los labios rojos y ojos brillantes.

Sus hijos se veían igual de descansados y alegres, los bebés ya no lloraban, incluso esperando a que sus padres terminen de comer, porque ellos aun son muy pequeños para comer comida sólida. Incluso si Seung trate de arrebatarle al alfa su comida de las manos, pero Seokjin se la llevaba toda a la boca y el bebé terminaba balbuceando y dando palmadas al pecho de su padre.

— ¿Irás al castillo hoy? — preguntó el omega.

El alfa alzó la vista y le miró a los ojos.

— Los asuntos importantes terminaron, o eso creo — dijo removiéndose en su silla.

— ¿Crees? Creí que siempre tenías que estar seguro.

Seokjin apretó sus labios y trató de mantenerse calmado, sin alterarse.

— Debo mantener a salvo al reino, lo entiendo. Pero, a ti y a mis hijos igual.

— Hola, Jinnie — dijo la omega entrando al lugar.

La madre de Seokjin entró alegre al saludarlos. El alfa le entregó el bebé que él sostenía para que se hiciera cargo.
Como omega, era muy protectora al igual que Hoseok, y, si Seokjin tenía que hacer sus deberes, era la única que ayudaba al omega en casa.

𝐋𝐄𝐀𝐕𝐄 𝐓𝐇𝐄 𝐀𝐋𝐏𝐇𝐀 ᵏᵒᵒᵏᵛWhere stories live. Discover now