66

1.2K 116 164
                                    

Tic tac, tic tac, tic tac

No siempre habrán días soleados en el paraíso y aquel huracán está más cerca de lo que muchos piensan.

El invierno comienza apoderarse del lugar, el frío se instala en la calidez del corazón, marchitando las flores más hermosas y las más débiles mueren con la esperanza de volver a nacer aún más hermosas.


Narra Jade

Si creen que las discusiones han termino, están equivocados. No hay día en el cual estemos discutiendo, no hay noche que llore por mis inseguridades, mi mente es tan mierda que recrea escenarios de mi pasado.

Si algo he aprendido en toda mi vida es: no hay peor enemigo que tú propia mente, conoce cada una de tus debilidades y sabe cómo atormentar con recuerdos, sueños o alucinaciones.

Intentamos dialogar, pero simplemente ambos somos lo suficientemente orgullosos para aceptar nuestras diferencias.

Las discusiones me enferman, esa tensión que hay cuando estamos juntos no me agrada en nada, está noche estaba dispuesta a dar mi brazo a torcer, no pienso terminar mi matrimonio por culpa mía o de terceras personas.

Este día decidí salir un poco más temprano del cartel, me sentía muy agotada y tenía ganas de comer una deliciosa lasaña, con una buena botella de vino.

Narra Alejandro

La observo sentarse en el borde del muelle con sus pies en el agua, el perro que nunca la deja sola cuando están juntos está acostado a su lado comiendo una barra de alguna cosa deliciosa para el canino.

He notado que las cosas no están marchando bien, su cuento de hadas se ha vuelto un cuento de terror, por fin abre los ojos y se da cuenta que no todo es color de rosa.

Camino hasta ella sentándome en el lado donde el perro no está, sin voltear a verme hace un ademán para que me vaya.

— He venido hablar contigo — le hago saber — quiero dar mi paz a cambio de la tuya — murmuró cruzando mis piernas como indio.

— No necesito tu paz, mucho menos tu presencia tan cerca de mi — recrimina con desprecio — no estoy de humor para escuchar tus burlas, idioteces o reclamos.

— ¿Problemas en el paraíso? — cuestionó con una ceja arqueada — puedes confiar en mí — suelta una risa burlona viéndome de manera sería.

— Eres la última persona en mi lista de quienes confiaría — rodea los ojos — primero muerta a volver a confiar en un infiel de mierda.

— ¿Aún no superas el pasado? — pregunto con cansancio — cada uno tiene una nueva vida, debemos aceptarlo.

— Tú ya tenías otra vida — aclara soltando un bufido — mínimo yo tuve la decencia de iniciar una nueva vida estando soltera y no casada.

— ¿Podemos dejar el odio un lado y platicar de lo bueno que vivimos? — cuestionó al ver qué hace un movimiento brusco cuando intento tomar su mano.

Narra Jade

Miró con amargura al hombre sentado a mi lado, es demasiado cínico que con el más mínimo roce me da náuseas.

— ¿Momentos buenos? — pregunto con sarcasmo — eran mierdas disfrazadas de una mentira que creaste para mí — lo miro cruzando mis brazos — ¿A caso crees que no entendí que esas veces que hablabas lindo, esos detalles eran para llevarme a la cama? — le recuerdo con amargura.

¿𝑱𝒆𝒇𝒆 𝑶 𝑬𝒔𝒑𝒐𝒔𝒐? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora