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Narra Jade

— ¿Por qué mierda piden que venga un sábado a la oficina? — gruño sentándome a lado de Rafael.

— ¿Estás cruda? — pregunta divertido — esas gafas están fenomenales — le saco el dedo corazón masajeando mi sien.

— ¿Dónde está Raymond? — gruño molesta al no ver el culpable que esté un sábado a medio en la oficina.

— Ya viene, tranquila — extiende una botella de agua con dos aspirinas — toma.

— Gracias — murmuró tragando las pastillas — joder — susurro.

Las puertas de la oficina de Raymond se abren dejando paso a Raymond bebiendo una botella de agua, se sienta frente a mi tranquilamente, a través de mis gafas de sol lo asesino con la mirada.

— Bien, esto es una reunión privada — comienza hablar Rafael — ¿Recuerdas las charlas que tuvimos respecto a la imágen de Ray? — me pregunta y yo asiento.

— ¿Por fin dejara de ser un grano en el culo? — pregunto con sarcasmo ganando una mirada asesina de mi "adorado jefe".

— Vete a la mierda — gruñe

— Estuve hablando con Raymond, tomamos una decisión — suelto un suspiro.

— ¿Ahora a quien debo depositarle una suma de dinero para que no abra la boca? — ambos niegan.

— No estamos hablando de eso, Rafael quiere que me case — responde incómodo.

— ¿Ya tienen a la presa? — pregunto divertida — ¿Ahora qué es, una bailarina, modelo, prostituta? — Rafael me codea.

— Nada de eso — responde Rafael — ellas pueden vender la noticia por unos cuantos dólares, no podemos arriesgarnos a eso — me quito las gafas de sol para ver el rostro de Rafael.

— No entiendo — respondo confundida.

— Necesitamos buscar alguien de confianza — responde Raymond soltando un suspiro — alguien leal.

— Ya sabemos que estás por divorciarte, eres el mejor partido para Raymond — arqueo una ceja interrogante.

— ¿Es broma cierto? — pregunto nerviosa — no me jodan y ya digan el plan.

— Ese es el plan Jade — siento un escalofrío al escuchar a Raymond llamarme por mi nombre — muchas veces las personas dudaron si había algo entre nosotros.

— No quiero — me niego — acabo de salir de un infierno, no pienso entrar a otro — me levanto — busquen a otra pendeja.

— Jade — Rafael me hace sentarme de nuevo — tú eres la única opción, se mirarían perfectos, solo imagina esto — hace ademanes — no solo serías su mánager, también su esposa.

— Créeme loca, yo tampoco estoy muy de acuerdo — habla Raymond viendo a Rafael — pero — se queda en silencio — corro el riesgo de perder muchos contratos por mis escándalos.

— Te lo dije — reprocho viendo a Raymond — te advertí que está estupidez traería consecuencias — suspiro viendo el contrato sobre la mesa ratona.

— ¿Qué quieres para aceptar el contrato? — pregunta Rafael — dime lo que desees y lo obtendrás, recuerda que hay personas que dependen de Raymond, tu empleo, el mío y el de tus amigas están en una línea muy delgada.

— Solo denme veinticuatro horas pasará pensarlo — Rafael mira su reloj — el día lunes a primera hora tendrán mi respuesta — asienten.

— Toma el tiempo que necesites, solo no tardes mucho — pide Rafael — no queremos ser la comidilla de la farándula.

— Tranquilos — me levanto recogiendo el contrato — nos vemos el lunes — camino a la salida.

•°•°•°•°•°•°•

— ¿Qué tú, qué? — pregunta Valery en shock — joder, dime qué es una broma.

— No es una puta broma — gruño dejando el contrato en la mesa ratona — quiero morir — dramatizo dejándome caer encima del sofá.

— Cariño, sabes que es tu decisión hacerlo o no — habla Tasha bebiendo un poco de vino.

— ¿Cómo pueden estar normales luego de una noche desastrosa? — pregunto al verlas tan frescas y tranquilas.

— La experiencia cariño — responde Joy tranquilamente — regresando al tema, ¿qué piensas hacer? —

— No sé — respondo sincera — sus empleos están en mis manos — confieso viendo a mis amigas — no quiero que se queden sin trabajar por mi culpa.

— Nosotras podemos trabajar con otras disqueras — responde Dea tranquilamente — no podemos obligarte a qué tomes una decisión por presión.

— ¿Hay cosas buenas de este contrato? — pregunta Marivi — ¿Hay sexo de por medio? — cuestiona leyendo el contrato — ¿Es para toda la vida el matrimonio? — pregunta en un hilo de voz.

— Lastimosamente — responde Tasha — es un gran sacrificio.

— Es obvio que será para siempre el matrimonio, si llegan al divorcio Yankee quedaría aún peor bajo los medios.

— Lo harían ver cómo un imbécil que no sabe mantener un matrimonio por sus inmadurez — suelto un suspiro — joder.

— Escucha muñeca — Clairet se levanta del sofá — podemos sacar provecho de está mierda — la vemos interrogante.

— Explica mejor — pide Joy — estar cruda no es lo mejor de mi día.

— Si Jade se casa, podrá demostrarle a Alejandro que puede estar con alguien mucho mejor, Yankee es alguien poderoso — sonríe con malicia — ambos estarán en todas partes, sus nombres estarán en todo internet, podrás tomar venganza de tu ex cariño — me mira.

— Esperen — miró con pánico a todas — el contrato de la agencia — me levanto con pánico buscando mi portátil, tecleo entre los archivos buscando el contrato que el cartel firmo hace tres meses con la agencia de seguridad donde Alex trabaja.

— Deja de asustar idiota — gruñe Valery — ¿Qué sucede? — regreso con el portátil en mis manos.

— En la lista de los guardias que serán el anillo de seguridad de Raymond por cinco años está el nombre de Alejandro— muestro la pantalla señalando el nombre completo de mi ex.

— Carajo — murmuran — estás salada amiga — habla Clairet.

— Tomando el plan de Clairet, si Alejandro estará cerca de ustedes, pueden fingir ser una gran pareja — habla Valery — ya sabes, besos, caricias, demostrando que puedes conseguir alguien mejor en cuestión de tiempo.

— ¿Cuándo se integra el equipo de seguridad? — pregunta Dea bebiendo de su zumo en caja.

— Dos semanas — respondo al ver la fecha — es suficiente el tiempo para hablar con Raymond.

— Venga mami, que esperas firma ese contrato luego de tu divorcio — alenta Marivi — celebraré llevándolas a mi tienda de juguetes favorita — se para con una sonrisa.

— ¿Alguien quiere ir de compras? — pregunto con una sonrisa.

— ¿Cambio de look? — pregunta Joy coqueta.

— Así es — asiento levantando me del sofá — vamos de compras — dejo mi portátil tomando mi móvil y las llaves del auto.

— Con gusto iremos a gastar tu dinero — habla Dea con una sonrisa —

— Prometo pagar todo lo que ustedes quieran — todas celebran saliendo de la casa.

¿𝑱𝒆𝒇𝒆 𝑶 𝑬𝒔𝒑𝒐𝒔𝒐? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora