¡Aquí vamos de nuevo!

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Cuando Candy llegó a la oficina, donde había 15 escritorios en total, estaba vacía, entonces pensó en voz alta: ¿Dónde estarán todos?¿Se habrán puesto de acuerdo para llegar tarde?¿O para faltar? ¡Ja, ja!, por mi que todos falten.

Que comodo se siente que la oficina este vacía, que así fuera todos los días.

- Ay, se siente tan cómodo estar sola.
(Relajada).

En eso viene llegando Mara una compañera que no le agradaba a Candy por su forma de ser, presumida, creída, arrogante y antipática, y que aparte hablaba mucho, así que cuando Candy la vio venir pensó: ¡Ay no, ahí viene la Perico de Mara! ¿Ahora que me va a presumir? (Y rueda los ojos) ¿Me saludara primero o yo tendré que forzarme a hacerlo?

- Calmate Candy, se amable y escuchala atentamente, y si no te saluda, tú saludala. (Se dice a si misma)

Mara entra en la oficina y ve a Candy, pero como siempre no la saluda, haciendo el ambiente incómodo, así que Candy toma la iniciativa y la saluda: ¡Hola, Mara! ¿Sabes porqué nadie ha llegado a la oficina?

Mara: ¿No te enteraste? en el grupo de empleados de whatsapp dijeron que hoy la hora de entrada era a las 8:30 am.

Candy pensó: O sea que podía haber llegado más tarde y ahorrarme esta conversación.

Candy: No, yo no estoy en ese grupo.

Mara: ¡Pues deberías! Porque todos en la oficina están en ese grupo, tú eres la única apartada que no está.

Candy se ríe como si le hubiera dado gracia lo que dijo Mara, para no empezar a llevarse mal con ella.

Candy: Pues sí, pero no, porque whatsapp gasta mucha memoria.
Y, ¿cómo te fue el fin de semana?

Mara: ¡Ay super bien amiga!

Candy pensó: ¡Jaja! ¿Amiga? ¡Ya quisieras!

Mara: Mi novio me invito a Miami.

Candy: ¿A Miami?(Con cara de asombro y gusto).

Mara: ¡Sí! Ya sabes, él es rico, y como tiene mucho dinero siempre me invita a diferentes lugares, me consiente mucho y es tan romántico, es un amor la verdad.

- ¡Ay, perdón! No me acordaba que tú no tienes novio, debes de sentirte muy celosa de las personas que estan en una relación, y más como la mía que es tan bonita.

Candy pensó: ¡Aquí vamos de nuevo!

Candy: ¿Cómo crees? Yo me siento muy contenta cuando escucho que existen hombres así de detallistas, y que una pareja es felíz estando juntos. ¿Y cuando piensan casarse?

Mara: Pues, mi amorcito no me ha propuesto matrimonio, pero como me quiere mucho, no creo que tarde mucho para que lo haga.

Candy: Pues amar y querer no es igual. ¿Cuánto llevan de novios?

Mara: 3 años con 2 meses.

Candy: ¿Más de 3 años y no te ha pedido que te cases con él? ¿No crees que éso esta raro?

Mara: ¿Raro? ¿Ay, tú crees?(Preocupada).

Candy asiente con la cabeza.

Mara: Creo que tienes razón, ¡pero voy a hablar seriamente con él, esto no se puede quedar así, ya paso mucho tiempo!

Candy: Sí, habla con él, de seguro cuando le digas te va a proponer matrimonio.

Mara: ¡Ay, sí!, ya me imagino nuestra boda en las Bahamas, con cientos de invitados, con mi vestido blanco con la cola super larga, con muchas piedras brillantes, y las invitaciones...

- Lastima que no voy a poder invitarte amiga.

Candy piensa: ¡Ay, como si quisiera ir!

Candy: ¿Porqué?, ¿por que va a ser en las Bahamas y esta muy caro el pasaje de avión para viajar allá?

Mara: ¡No!, porque solo vamos a invitar a conocidos y familiares más cercanos, y claro a gente de clase social muy elevada, a la altura de mí y de mi amorcito.

Candy piensa: ¡Ja! ¿Qué le pasa a esta loca, quién se cree? Aún si me invitara a su boda no iría, ¡que flojera!.

Candy: Okey, pero primero que te proponga matrimonio, ¿sí?

En eso empiezan a llegar más empleados, entre ellos Gil que está enamorado de Candy, el cual Candy no soporta porque es muy obvio.

Gil siempre se le queda viendo como embobado, y si a ella se le cae algo, él corre para recogerlo y dárselo. Actúa como si fuera un niño enamorado de su maestra.

Sin embargo a él le gusta realmente, y aparte es un chico con muchas cualidades y muy atractivo. Gil es un chico de 21 años muy trabajador, honesto, sincero, muy social, muy querido por todos en la oficina, tierno, tímido con las chicas, inocente, agradable y un poco despistado, pero cuando se trata de Candy se esfuerza por ser su mejor versión, se vuelve más maduro y masculino y trata de actuar cool. (O al menos eso piensa él). Su personalidad es INFP, por lo cual idealiza mucho a Candy, al grado de pensar que ella es perfecta.

Pero Candy trata de actuar fría con él para no darle esperanzas, porque cualquier acto amable de ella hacía él,
causa que él se ilusione con que quizás tenga alguna oportunidad con ella en el futuro.

Mara: ¡Allá viene tu enamorado Candy!

Candy: ¡Cállate! ¿Cuál enamorado?

Mara: ¡Gilberto!, ya ves que lo traes
loquito. Yo te recomiendo que le hagas caso, para que no te vayas a quedar solterona.

Candy piensa: Prefiero quedarme soltera a andar con ese urgido.

Candy: ¿Solterona? No creo, hay mas hombres en la tierra aparte de él, no te preocupes.

Mara: La que debería preocuparse es otra, corazón. Además el viene de muy buena familia y está guapísimo.

Candy: ¿Y qué? Yo tengo 23 años, estoy   muy joven, ¿Y qué tiene que venga de buena familia y que sea guapo, sí a mi no me gusta? Como dije, hay muchos hombres allá afuera en el mundo mucho mejores que él, y sé que algún día encontraré a mi tipo ideal, además yo en este momento no quiero tener novio ni me quiero casar.

Mara: Bueno, ¡allá tú amiga! ¡Ay viene! ¡Te dejo para que hables con él! ¡Chau!

Candy: ¡No! ¡No te vayas! No me dejes sola con él...

Mara: Bye...

Mientras tanto Gil se dirige hacía el escritorio de Candy, y ella piensa: ¡Ay, no! ¿Ahora qué hago? Viene para acá ese menso. ¡Seguramente me va hablar!

Gil pensó: Ahí esta mi futura novia, que aún no sabe que va a ser mi novia, mi Candy, ¡ayyyy! Hoy se ve tan hermosa, la voy a saludar.

Y sí, como ella pensó, Gil la saludó, le dijo: ¡Hola, Candy! ¿Cómo estuvo tu fin de semana?

Candy trató de ser lo más cortante que se pudiera.

Candy: Hola, bien gracias.

Gil: ¡Que bueno, a mí también! (Y se queda parado frente a ella sin saber que más decir).

Candy piensa: ¡Que incómodo está esto!, ¡Ya vete porfavor!, ¡desaparece de mi vista! ¡Chu, chu!

- ¿Se va a quedar ahí parado sin decir nada? ¿Qué quiere?

Candy le dice: ¿Se te ofrece algo?

Gil sale de su trance y le responde: Ah... ¡no! Es todo, ya me voy, que tengas buen día.

Candy: Gracias, tú también.

Gil piensa: ¡Me dijo que yo también tenga un buen día! ¡Que linda!

Se sienta como siempre en su escritorio y se le queda viendo como de costumbre.

Candy piensa: Que bueno que ya se fue. ¡Ay, que tierno, vino a saludarme!, seguro el tontito se quedó callado porque no se le ocurrió nada más que decirme. Como sea, a trabajar se ha dicho.









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