Capítulo 6

333 79 52
                                    

La felicidad que sintió Jake en ese instante era infinita, podía tocar a su padre, podía sentirlo, ¡Era Él!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La felicidad que sintió Jake en ese instante era infinita, podía tocar a su padre, podía sentirlo, ¡Era Él!

—¿Cómo es posible? —preguntó viendo maravillado al mayor delante de él.

Aún a pesar de su aspecto descuidado, y aquella barba larga, podía ver a su querido padre. Esta sería una noticia inigualable, aquella que tanto esperaban él, su hermana y su madre.

—Lo siento tanto hijo —dijo el señor Shim.

—No tienes que sentirlo padre, no fue tu culpa —contestó Jake volviendo a abrazarlo.

Era un cálido y hermoso ambiente, pero no duro mucho. Fue destruido gracias al aullido que se escuchó muy cerca de la gran torre.

—Tenemos que salir de aquí —aseguró su padre.

Jake sólo decidió asentir.

Fue cuestión de segundos cuando ambos comenzaron a correr rumbo abajo de la torre, si querían seguir con vida, lo primero que tenían que hacer era salir de aquel matadero.

Al parecer el señor Jerry tenía todo pensado, pero ahora debía de incluir a su hijo en la escapatoria. Mientras tanto por la mente de Jake, no dejaba de pensar en el cómo puede estar corriendo justo ahora con su padre luego de casi tres años sin verlo. Era asombroso.

Llegaron a la planta baja de la torre, estaban a nada de salir de ese lugar, pero no todo es tan fácil y sencillo.

Había varios lobos rodeando y caminando por todo el patio central, olfateando por si un desconocido habitaba en algún rincón. Los nervios de Jake aumentaron, era obvio que iban a ser descubiertos, y posiblemente devorados. Sin darse cuenta, sujetaba el cuchillo que había guardado en una de sus botas, estaba preparado para luchar, más no para morir.

—No es necesario —dijo su padre al ver su intención.

—Pero padre, ellos...

—Sólo voltéate hijo.

Con cierto temor Jake obedeció.

En cuestión de segundos, escuchó gruñidos cerca de ellos, era evidente que no había otra salida.

—Padre —fue interrumpido rápidamente.

—No me mires Jake —respondió Jerry con mucho esfuerzo.

El ambiente se volvió un poco húmedo y caluroso, de tal manera que Jake comenzaba a sentir la necesidad de quitarse la ropa. Pero era muy vergonzoso al estar frente a su progenitor, así que decidió aguantar aquel infierno que comenzaba a surgir en él.

Por otro lado, aquel par de lobos que habían olfateado olores sumamente diferentes a su manada ignoraron aquello luego de volver a sentir el olor característico de perro mojado.

Un olor que no pasó desapercibido para Jake, quien no podía más con su temperatura.

—Padre, ¿ya puedo girar? —preguntó con mucho cansancio.

𝐁𝐥𝐨𝐨𝐝𝐢𝐞𝐬𝐭 ;; 𝐞𝐧𝐡𝐲𝐩𝐞𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora