ÉL Y YO

11

THOMAS = THEO

- Marc Glen -

—Había pensado que sería buena idea invitar a los Allen aquí, a casa.—dice mi madre, para sacar tema—Al fin de cuentas, fueron los primeros en darnos la bienvenida.

—¡Sí! Me parece una idea espléndida—Mi abuela se giro entusiasmada.

Los tres estamos en el salón. Mi madre está sentada en un sillón de tela color verde agua, leyendo o aparentando leer una revista. Bianca está a su lado en otro sillón, está bordando en una tela, y yo estoy pasando los programas de la televisión en busca de algo interesante.

—Podrían venir el sábado por la noche para cenar.—Agrega Regina, mi madre.

—Quedan unos cuantos días.—mi abuela se gira en mi dirección—Marc, tu podrías ir a su casa e invitarlos.

Yo la miro de reojo y asiento con la cabeza.

No tenía la intención de llevarles la contraria, tampoco soy quien para ello. Si ellas quieren una cena, pues tendrán su cena. A mi me da absolutamente igual si vienen o no.

Los Allen... Jessica es peculiar, habla hasta por lo codos, es una chica intensa pero aceptable. Y su padre... no lo conozco mucho, lo he visto unas cuantas veces, y hemos cruzado unos cuantos saludos de amabilidad.

—Me voy—digo mientras me levanto del sofá y me dirijo a la puerta de mi casa.

—¿Vais bien con eso?, lo del trabajo.—pregunta mi abuela Bienca, la miro y asiento con la cabeza para salir de casa.

••••

Tengo que admitir que Jessica hizo un buen trabajo a la hora de analizarme el otro día, y lo más sorprendente es que solo con mirarme en un tiempo determinado ya tiene muchas suposiciones sobre mi.

«te pierdes en tus propios pensamientos»

Esa frase es la única que me ha sorprendido de todo el estudio que hizo. Lo demás es verdad. No soy muy expresivo, tengo buena memoria, puede que mi mirada sea intimidante, también soy sarcástico. Y no olvidemos lo de guapo.

—Cerebrito, necesito ese libro—señalo el que está a su lado—dámelo.

—¿Dámelo?—enarco una ceja.

—Por favor—añadí.

—Mejor—me dedica una sonrisa de boca cerrada, volviendo a lo de antes.

—¿Cuando quieres ir a por los libros?—pregunto, dejando a un lado el trabajo de Historia.

Se tensa un poco, posiblemente recordando lo último que sucedió, pero luego veo una gran sonrisa en su cara, una sonrisa de triunfo.

—No lo sé, cuando mejor te venga a ti, últimamente suelo tener mucho tiempo libre.

—Últimamente—repetí.

—Sí—sonríe—¿Sabes? Mi mejor amiga, Alison, tiene novio, el cual le roba casi todo el tiempo de su día a día.—suspira—Entonces, ya casi no nos vemos, aunque hablamos alguna que otra vez.—su expresión cambia a una más seria.