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LA FIESTA

• Jessica Allen •

Habían pasado tres días desde que conocí a Thomas... y sí, todavía sigo un poco avergonzada por lo que dije.

Semidiós. Le dije semidiós, todavíala no me lo creo.

Nadie en su sano juicio le dice semidiós a un chico que acaba de conocer.

Pero de lejos se puede ver que yo no estoy ni cerca de estar en mi sano juicio.

Estaba intentado concentrarme en termina de estudiar para mi próximo examen de Historia... Pero se me hacía imposible porque hoy era viernes, y voy a ir con Alison a una fiesta y... Lo voy a admitir: No dejo de pensar en esos ojos cafés verdosos.

Un día después de haber conocido a Thomas, le conté lo que sucedió a Alison.
Se emocionó mucho porque no se creía que yo hubiera cruzado unas cuantas palabras con un chico, o con una persona que no fuera ella.

—¿En qué piensas?—me pregunto Alison un poco confusa.

—En nada, en... la fiesta, ¿no es ilegal, verdad?—lo dije en un tono muy bajo.

La rubia me miró aguantándose la risa.

—Es que no quiero ir a la cárcel por unos cuantos idiotas ¿vale?— le dije con ironía y le puse mala cara.

—Jess, no seas paranoica, solo es una fiesta de lo más normal. 

—Seguro—le respondí sarcásticamente.

••••

Son las siete y Alison se esta terminado de pinta los labios.

Habíamos quedado en su casa para vestirnos y maquillarnos. Luego vendría su novio, Paul a recogernos en su coche y llevarnos a la fiesta.

Es mi primera fiesta oficial, y digo oficial porque hace unos cuantos meses intenté ir a una... pero me agobie tanto que no fui capas de integrarme con las personas de aquel lugar.

Solo espero que esta vez no me pase lo mismo...

—Jess, no pongas esa cara porque solo será un rato, y si no te sientes a gusto Paul te llevará devuelta a casa.

—Si, ya lo sé,—suspiro—y para tu información estas viendo mi cara en su total normalidad—Le saco el dedo corazón.

Ella hace el mismo gesto, para después volverse a lo que estaba.
Me doy un repaso mirándome de arriba hacia abajo un par de veces.

A ver, supongo que estoy... bien.

—¿Segura que no quieres que te preste algo más...para la ocasión? Un vestido, una falda...—Sus ojos azules me miran con algo de complicidad y se detiene a sí misma, seguramente puse mala cara sin darme cuanta.—Mejor no, así estás bien...muy bien.—añade con una sonrisa forzada.

Le vuelvo a sacar el dedo. Literalmente me esta diciendo que voy mal vestida.

—Oh cállate, no quiero nada tuyo, tu estilo y el mío son... son particulares—la miro con los ojos entrecerrados.—¿Ya estás lista o no?—le pregunto tumbándome en su cama, mirando hacia el techo—Alison, tu novio tarda mucho ¿no? ¿No nos vamos a matar en ese coche? ¿Verdad?.

ÉL Y YO Where stories live. Discover now