Llegamos a la escuela justo a tiempo cuando el timbre estaba sonando.

Di un suspiro, lo había logrado ahora debía buscar el horario de esta chica, esperaba que haya arreglado sus cuadernos ayer.

—Adiós, Aoko. —se despidió Kuroba.

No le preste atención mientras revisaba los cuadernos, al parecer si era el horario correcto, tenía cinco minutos antes de que la primera clase comenzará.

—Mierda, ¿por qué esta chica está en la clase doméstica? —murmure queriendome estrangular al ver la tercera clase. —Debe haber una forma de arreglar las cosas antes de que empiecen las clases. —me dije a misma de forma positiva, sin importar que me miraran los alumnos que llegaban.

Corrí entre las clases buscando a la dichosa chica que debe saber que sucede y cómo revertir esta cosa. Pero por más que buscaba no la encontraba, haciéndome enojar a cada segundo.

—Mierda, dónde está Koisumi. —murmuró mirando otro salón, sin éxito alguno. 

El enojo me empezó a pasar fractura, aún así seguía buscando pero ya estaba histérica caminando entre los pasillos, más la manera brusca en que abría y cerraba los salones. 

—¡¡¿¿Dónde mierda está Koisumi??!! —grité molesta ignorando por completo las miradas desconcerdas.

Seguramente por qué la chica de este cuerpo es azúcar y flores, a menos que tenga que ver con el imbécil de Kuroba.

—¿Aoko-chan estas bien? —me preguntó Hakuba-kun interponiéndose en mi camino.

—¡No me jodas, Hakuba-kun, necesito hablar con Koizumi, que quién sabe dónde se metió! —le contesté ignorando la mirada de preocupación que me daba el chico.

El torpe inglés me miró sorprendido antes de volver a preguntarme lo mismo.

—¿Eh? ¿Te sientes bien? 

Que insoportable. —pensé irritada. —¡¡Que no!! —grité fuertemente antes de alejarme de él. —Mierda... Soy Sonoko, no quiero ser una chica de alegría sin fin. —murmuré molesta siguiendo mi camino.

—Aoko-chan te gustaría… —preguntó alguien.

—¡¡NO!! ¡¡Solo quiero encontrar a Koizumi!! —volví a decir, ¿qué nadie entendía mi petición?

—Si buscas a Koizumi-kun está por allá. —me señaló un camino una alumna al azar.

Por fin alguien me escucha. —pensé feliz antes de caminar rápido ante la mirada fija que me daba un profesor, para mi desgracia la encontré con el imbécil de Kaito.

Estaba por acercarme a molestar un poco, cuando el fuerte sonido de la radio llamó mi atención o más bien perforó mis oídos.

Buenos días compañeros, lamento interrumpir lo que hacen, pero… todas las chicas que estuvieron en casa de Akako les pido que se reúnan en la sala de Ai-kun en el receso, mientras tanto sigan en su "personaje", espero y colaboren así que manténganse tranquilas, muchas gracias. —habló… ¿Sera?

Por alguna razón su voz o tal vez su tono es extraño. Ella dijo "personaje" se refiera a la ¿vida de la otra?

Cuando volví en mi Koizumi-kun corría hacia a mi, por suerte no terminé en el piso.

—Disculpa, solo quería alejarme de Kuroba. —se disculpó con una sonrisa nerviosa.

La mire extraña unos segundos antes de hablar. —¿No eres Koizumi-kun, cierto? 

Esta negó rápidamente con su cabeza. —Y tú no eres Aoko, ¿o si? 

—Na, ni cerca, Soy Sonoko. —le dije.

—Yo soy… —no logré oír debido al timbre. —¡¡La clase!! —me gritó antes de salir corriendo.

—¿Qué le pasa a esta? —me pregunté a mi misma. —Espera… es verdad la clase. —volvió a decirme antes de correr a la primera clase de Aoko-kun.

Esto será un largo día. —pensé al ver a Kuroba a mi lado.

Cuando por fin la clase terminó recogí "mis" cosas, pero de repente una bomba de agua me explotó en el rostro.

—Que mier… —susurre molesta antes de encarar a Kaito. —¡Tú pedazo de porquería andante! ¡¿Qué mierda te pasa?! ¡¿Acaso no puedes estar 5 malditos minutos tranquilo sin que hagas una maldita broma tuya?! —grité enfadada tomando las cosas.

El salón se quedó en silencio, pero no le tome importancia y salí de allí. 

—E-Espera Aoko. —escuché a Kuroba tras de mí, pero yo no quería hablar con él. Desgraciadamente me alcanzó. —Hey, ¿estás bien? ¿Paso algo con Hakuba? —me preguntó preocupado tomándome de los hombros.

—Estás demasiado cerca. —exclame apartándome bruscamente. —Maldito desgraciado, busca oficio. 

Trate de darle una patada a sus partes bajas pero éste saltó, estaba a punto de darle de lleno en la segunda patada cuando una mano bajo mi pierna.

—¡¡No hagas eso!! —me pidió… ¿Kazuha-chan? —¡Ven por aquí! —me tomó del brazo llevándome lejos de allí. 

—Hey. —la llamé pero me hizo caso omiso. —¡Hey! —volví a llamarla. —¡¡Hey!! —grité esta vez logrando que se detuviera.

—¡¡Sonoko, no grites!! —me regañó en voz baja.

—¿Eh? —solté sin querer al ver que ella sabía que soy. —No puede ser eres...

¡¿Quién eres!?Where stories live. Discover now