la piscina; edser

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contexto: eda y serkan han discutido y tienen que resolver la ley del hielo que se ha creado entre ellos.

POR CIERTO QUE SON NOVIOS HANKER IS REAL WE WON BABYSSSS

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Llevaban un par de días sin hablar y Eda no aguantaba más. Habían discutido en la oficina porque un cliente se había sobrepasado con ella y Serkan le había pegado un puñetazo.

Era un hombre joven que les había ofrecido un buen trabajo, pero quería que fuera Eda la que se encargara de todo y no por su profesionalidad, sino por su físico. "Tiene que ser una delicia verla en acción" dijo, textualmente. Serkan, que ya llevaba un rato cansándose de las miradas que le estaba dando a su novia, se hartó con ese comentario y se levantó de su silla. Le rompió la nariz y le echó, con la vena del cuello a punto de explotar y Ferit y Engin reteniéndole.

Eda se había cruzado de brazos y le había dicho que le debía una disculpa a todos los trabajadores por el comportamiento que acababa de tener y que debía empezar a permitirla a ella que se defendiera. Serkan se había negado a las dos cosas. A la primera porque no consideraba que hubiera hecho nada malo y a la segunda porque no se veía capaz de evitar volver a repetir el golpe a quien sea que la tratara así de nuevo.

Se pusieron a discutir y Eda llevaba durmiendo en el sofá dos noches. Sabía que Serkan lo había hecho por ella, para protegerla y dejar claro al hombre que no tenía derecho a dirigirse así hacia ninguna mujer. Lo sabía y no podía reprochárselo, pero no le gustaba que no la dejara a ella resolver sus propios problemas.
Sin embargo, había sido ya suficiente. 48 horas sin hablar habían sido suficientes.

Le echaba mucho de menos. Sus besos por la mañana, sus abrazos por la espalda mientras se lavaban los dientes, sus guiños mientras trabajaban cada uno a un lado de la mesa, sus canciones en el coche, sus risas en la cena.
Echaba de menos que la mirara, que le dijera que la amaba.
Le echaba de menos a él.

Así que suspiró y se despidió de Leyla, de Engin y de Ferit, que estaba en la sala de reuniones, para dirigirse a su piso. Serkan se había ido por la mañana para seguir trabajando desde allí y Eda quería aprovechar la intimidad de su hogar para arreglar la situación.

Cuando abrió la puerta, se sorprendió de no encontrarle en el salón. Sirius estaba junto al ventanal, jugando con una pequeña pelota y sacó la lengua, corriendo hacia ella, al oírla llegar. Eda se agachó, besándole la cabeza y acariciándole tras las orejas.

–¿Dónde está Serkan, Sirius? –Le preguntó, en un susurró. El perro solo la lamió la mejilla, haciéndola reír y volvió a jugar.

Eda dejó el bolso y la chaqueta sobre el sofá y subió las escaleras, empezando a escuchar la playlist que Serkan se ponía siempre que se iba a bañar. Paseó la mirada por el lugar y le encontró de espaldas, con un bañador, acercándose a la piscina.

Hacía entorno a un mes que Serkan había diseño una piscina interior para el piso superior y hacía dos semanas que habían acabado de construirla. Serkan amaba la piscina de casa de su madre (y sabía que Eda también) y pensó que sería una buenísima idea tener ellos una propia.

Eda todavía no había tenido tiempo de probarla y ahora estaba deseando hacerlo, viendo el cuerpo de su novio frente a ella.

Serkan, que no se había percatado de su presencia, se lanzó al agua y buceó unos segundos antes de sacar la cabeza y sacudirla hacia los lados.

Eda se había quedado con la garganta seca, admirándole, y había dado unos pasos instintivos hacia adelante. Tragó saliva y carraspeó, llamando su atención.
Serkan la miró y abrió los ojos, sorprendido.

Los deseos de las estrellas | one shots edser y hankerWhere stories live. Discover now