o ses türkiye; hanker

3.8K 135 13
                                    

Empecé a escribir esto en noviembre y lo he terminado la noche del 2 de enero, en fin, así soy.

Es un relato peakymiyy para superar las penas del bölüm :)

– – – –

– – – –

Kerem Bürsin siempre había creído en el amor. En un amor puro y abrasador que te alienta cada día y te hace ser mejor. En un amor eterno e indestructible que te acompaña incluso cuando solo eres un poco más que polvo y sombras en la tierra.

Pero, a pesar de creer en ello, estaba convencido de que no lo había sentido nunca y parecía que no lo iba a sentir
jamás.

Hasta que apareció Hande Erçel en su vida.
Y entonces,
más que nunca,
tenía sentido creer en las casualidades del destino.

Porque ella había traído a su vida el soplo de brisa que necesitaba.
Había traído un nuevo concepto de felicidad.

Y Kerem se había ido dando cuenta con el paso de los meses que daría cualquier cosa por ver una sonrisa en esos labios todos los días por el resto de su existencia.
Que daría
absolutamente cualquier cosa
por ver a Hande
radiante
y libre
y eterna.

Estaba aprendiendo lo que era sentir un amor así.
Un amor que le consumía, que le convertía en fuego la sangre, que le atraía hacia ella como un imán.
Un amor como el que veía en su familia.
Un amor con el que había soñado desde niño.
Un amor que acabaría por ser la cadena perpetua que elegiría
para siempre.

Hande le robaba el aire con cada mirada y Kerem tenía que tirar de todo su autocontrol para no lanzarse a su boca cada vez que tenía la oportunidad.

Podía sentir el pulso en los oídos y un calor imparable por sus venas mientras la miraba,
tan hermosa,
tan pura,
tan perfecta,
en este mundo de desastres que él conocía.

Hande era una flor perviviendo en un desierto.
Ese trébol de cuatro hojas que solo encuentras una vez en la vida y al que te mantienes pidiendo deseos hasta el final.
Ese diente de león que soplas aún cuando ya no tiene hojas.
Esa segunda estrella a la derecha y todo recto hacia el amanecer.
Ese país de los sueños que creas y del que no quieres escapar.

Hande era todo lo que Kerem estaba buscando y no lo sabía. Pero desde que la había descubierto, no pretendía desaparecer de su lado, no pretendía perder a un hada como ella.

Un hada como era Eda. Una estrella fugaz como era Eda.
Eda Yıldız, tan parecida a Hande que Kerem todavía se asombraba al verla actuar. Un personaje que estaba empezando a entrelazarse con la persona real, hasta el punto de que nadie sabía dónde empezaba Eda y dónde terminaba Hande; hasta el punto de que Kerem se había preguntado si por Eda se había enamorado de Hande o por Hande se había enamorado de Eda.

Lo cual daba relativamente igual cuando el resultado era el mismo: Kerem Bürsin había caído en la trampa del mayor pecado y de la mayor virtud del ser humano, algo tan simple y complicado como el amor.

Y mientras veía como Serkan Bolat luchaba contra sus demonios y se hundía en la tristeza por no tener a su alma gemela, Kerem entendió que él debía actuar si quería ser feliz. Debía confesar sus sentimientos, debía tener el valor y despojarse del miedo que Serkan mostraba. Si algo había entendido trabajando en un personaje así era que no había tiempo que perder.

—¿Qué debería hacer, Hector? —Preguntó un día a su perro, mientras se preparaba para ir al set.

Solo obtuvo un ladrido como respuesta que le hizo reír. Dejó un beso en su cabeza como despedida y fue hasta el coche, dándose cuenta de que era más pronto que de costumbre.

Los deseos de las estrellas | one shots edser y hankerWhere stories live. Discover now