Los deseos de las estrellas | one shots edser y hanker

confesiones; hanker

nuevo fic hanker 👻
llevaba mucho tiempo pensando en esta idea porque me parece algo muy adorable sooo espero que os guste ✨

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Hande nunca había oído a nadie hablar de ella de la manera en la que Kerem lo hacía. Por eso, al principio, la costó acostumbrarse a ese hombre tan asombroso que solo tenía palabras bonitas para dirigirla. Se sonrojaba constantemente, apartada la mirada, se escondía. Porque no sabía cómo reaccionar. No sabía si debía contestarle de la misma forma o hacer algo para agradecérselo.

No obstante, con el paso del tiempo, fue entendiendo que Kerem lo hacía porque lo sentía así, no porque quisiera o esperara algo a cambio. Él estaba acostumbrado a mostrarse tal cual era, a hablar abiertamente de lo que pensaba y de lo que sentía. Y nunca la había pedido ni la había exigido nada por ello.

Kerem siempre la había dado su espacio y la había demostrado que entendía que no todo tenía que ser obligatoriamente recíproco y que si, en algún momento, ella se sentía incómoda, él pararía y daría un paso hacia atrás.

Y fue así como, poco a poco, fue enamorándose de él. Y como, a diario, siempre que él la miraba, y ella veía en sus ojos todas las emociones del mundo, se enamoraba más y más y más, aunque pareciera imposible.

Llevaban ya varios meses juntos, pero Kerem no paraba de repetirla lo guapa que era, el talento que tenía, lo mucho que la quería. Y Hande ya no se sonrojaba tanto, ya no apartaba la mirada y ya no se escondía. De hecho, no se cansaba de escucharlo.

Sin embargo, ese día, estaba más sensible que de costumbre. Las hormonas, por el periodo, la estaban matando y tenía ganas de llorar a todas horas. Había llamado a su hermana para estar con ella y Mavi porque Kerem se había ido temprano y le echaba mucho de menos y no quería estar sola.

–¡Hande Erçel! Levántate de la cama ahora mismo. Deja de moquear sobre la sudadera de tu novio enrollada entre las sábanas y vístete. ¡Nos vamos!

Hande refunfuñó, dándole la espalda a su hermana, pero Gamze se sentó sobre ella y la sacudió, consiguiendo que se quejara más.

–¡Gamzeeeeeee! No me molestes así. Que estoy con la regla y estoy triste.

–¡Por eso mismo tienes que vestirte! –Exclamó, levantándose y buscando en su armario un conjunto deportivo que la tiró a la cabeza.

–¿Se puede saber qué te pasa?

–Kerem y Caner han ido a hacer ejercicio juntos. ¿Entiendes lo que eso significa?

Hande se irguió, frotándose un ojo, algo adormilada, y miró a su hermana, confusa.

–¡Tu hombre y el mío! ¡Juntos! ¡Haciendo deporte! ¡Sudados! ¡Marcando músculos! ¡Venga ya, Hande Erçel! ¡Espabila! Que sabes perfectamente de lo que te estoy hablando.

Hande se echó a reír, dejando la sudadera de Kerem que tenía como una bolita y que había estado abrazando y se puso la que su hermana la había lanzado, que también era de Kerem.

–¿Por qué se te escucha tan necesitada por ver a tu marido semidesnudo? Si le ves completamente desnudo cada noche. Quiero decir, con eso de que estáis buscando otro bebé, follaréis incluso más que antes.

Su hermana se ruborizó, pero no mostró más reacciones de vergüenza.

–No tires esto contra mí como si a ti no te interesara absolutamente nada.

Hande se encogió de hombros, sin poder negarlo. Estaba sensible y triste, pero nunca diría que no a ver a su novio haciendo ejercicio.

Gamze la explicó, mientras ella se cambiaba del todo de ropa, que había dejado a Mavi con su padre y que sabía dónde habían ido los chicos porque Caner le había dejado una nota por la mañana con unas flores y unos corazones mal dibujados.