Cap. 17

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MARATÓN 2/2

— ¿Qué te pasa, idiota? ¿Quién te da el derecho de asustar a la pobre chica? ¿No tienes ni una pizca de vergüenza? —le gritaba a el chico de cabello negro alborotado que se encontraba sentado en su cama, mirándome perplejo e impresionado.

Le había gritado, e insultado. En el mismo día que regresé— No tienes el derecho de tratar mal a la pobre chica, es nueva, no sabe el idioma y es muy frágil. ¿Cómo puedes asustarla? Es cómo asustar a un pobre cachorro indefenso. ¿No tienes corazón, acaso? —suspiré agobiada, me tenía harta. — Sólo no te acerques a ella, no la mires mal ni la hagas menos. Haz todo lo que quieras conmigo, insúltame, grítame y hazte el macho, pero a ella no le hagas nada. ¿Entendido? No dejaré que la asustes.

No dejé que hablara, así que salí de ahí a grandes zancadas, con la rabia saliéndome hasta por los ojos y con los dientes apretados.

— ¿Q…qué ha pasado allá arriba, Selena? —dijo la Sra. Roberts mirándome asustada.

—Nada, es sólo que…me he sacado un poco de mis casillas ¿Vale? Todo está bien. —pero no lo estaba. Y se notaba en mis ojos, en mi cuerpo. Y todos los que estaban ahí lo podían notar, hasta el Sr. Styles que estaba sentado en la sala leyendo su periódico. Vaya, los dos jefes se encontraban en casa temprano por primera vez— ¿Qué hora es, Sra. Roberts? —le susurré.

—Pasadas las ocho. —musitó a mi oído.

—Bien, es mi hora de salida. —Me acerqué un poco al Sr. Styles e hice una reverencia— Buenas noches, Sr. Styles. Me marcho.

Él asintió sonriendo y salí de allí, despavorida, subiéndome a mi bici y musitando maldiciones hacia Harry.

‘‘Bien, Selena., si quieres jugar rudo, jugaremos rudo’’ susurró Harry, mientras veía a la chica yéndose con su bicicleta.

— ¿Entonces le dijiste todo eso? —pronunció Logan mientras yo asentía, apenada— ¡Wow! ¡La Selena que yo conozco ha vuelto! —sonrió victorioso.

— ¿Por qué sonríes? Es una pesadilla —recargué mi rostro entre mis manos mientras el cabelló me caía cubriéndome mi cara.

— ¿Qué? Claro que no, ¡Es genial! Le dijiste lo correcto, Selena.

—No, Logan. —Lo miré angustiada— No sé qué clase de idioteces me hará ese imbécil. Me odiará más y créeme que consigue lo que quiera, excepto despedirme.

—Ahí está, Selena. ¿Qué problema puede haber, si no te puede despedir? Las demás cosas son niñerías inmaduras de él. Puedes aguantar. Al fin y al cabo, eres Selena. Gomez. Eres más fuerte que nadie. —me sonrió

—Vale, tal vez, sólo tal vez, contenga mis ganas de golpearlo hasta desfigurarle el rostro. —me imaginé rompiéndole los dientes a Harry.

 Se vale fantasear, aunque las fantasías sean sádicas.

—Si fuera yo, le rompería toda su carita de niño bueno con tal solo verlo. — respondió Logan, alzando el pecho.

— ¿En serio, Logan? ¿En serio? —dije sarcásticamente mientras levantaba su pequeño brazo delgado sin nada de musculatura.

— ¡Hey, suelta! —respondió zafándose y acariciando su brazo—pronto iré al gimnasio.

—Eso dijiste hace dos años, Logan, era uno de tus propósitos del año… 2012 —él me miró amenazante, pero nos echamos a reír. —maldita película, es tremendamente aburrida. —apagué la televisión.

— ¡Hey! ¿Por qué la apagas? En esa película sale mi novia Megan Fox. Está súper…buenísima. —se pasó la lengua por el labio superior.

—Tonto. —Le di un pequeño golpecito en la cabeza— ya es tarde, es mejor que me vaya, mamá estará preocupada. No le he avisado.

—Agh, está bien. Nos vemos mañana. —lo abracé y salí de la casa de Logan.

‘—Mami ¿qué pasa? ¿Qué está pasando? ¿A dónde vamos? —todo estaba oscuro y tropezaba constantemente con mis enredados pies.

—Sólo iremos a un lugar, un pequeño ratito. ¿Sí? —siguió corriendo mientras me tomaba de la mano. La ciudad cada vez se alejaba más, los edificios, el ruido de los autos, la gente iba disminuyendo cada vez más.

¿A dónde nos dirigíamos? Sólo podía ver que nos acercábamos a una carretera desierta. ¿A dónde vamos, mami? ¿Qué ocurre? ¿Por qué corremos? Ya no podía más, estaba agotada, mis piecitos no soportaban ni un poco más. Entonces nos detuvimos. Lo único que podía divisar era un callejón oscuro, iluminado por una lámpara parpadeante. Nos acercamos al basurero que se encontraba allí.

—Todo estará bien ¿Sí, Selena? —me dijo mamá, quise mirarla. ¿Por qué no podía alcanzar a ver su rostro? Quería mirarla, ver su expresión, sus ojos. La belleza de mamá. ¿Por qué no podía ver su rostro? Sólo veía su sombra oscura— Todo estará bien, Selena.

— ¿Qué pasa, mami? —oía a mamá desesperada. Mi vestido azul con lunares blanco se había ensuciado de polvo al correr demasiado.

—Quédate aquí, cariño. Todo va a estar bien ¿ok? Sólo quédate aquí. Volveré.

 — ¿A dónde vas, mami?

—Necesito ir a un lugar. Por lo mientras, no te muevas de aquí. ¿De acuerdo, cariño? Sólo me iré un momento. Te amo, Selena. —besó mi mejilla. Su dulce voz me calmaba. Sólo tendría que quedarme un rato y mamá regresaría, no había nada de qué preocuparse— Volveré, te lo prometo.

La silueta de mi madre corría deprisa lejos por la calle, perdiéndose en la oscuridad.

Volveré, te lo prometo…

Desperté sudada. Maldito sueño. ¿Por qué siempre aparecía? ¿Por qué…? Miré la alarma, se me hacía tarde.

— ¿Selena. Gomez? —oí una voz decir mi nombre fuera mientras yo le ayudaba a Uriah a preparar el desayuno de Harry.

La Sra. Roberts me miró sorprendida, al igual que las demás chicas en la cocina.

— ¿Me…me ha hablado la Sra. Styles? —la Sra. Roberts asintió asustada.

— ¿¡Selena Gomez!? —gritó. Su grito era agudo y espeluznante. Corrí hasta donde la voz. La señora se encontraba en medio de las escaleras, mirándome despectivamente, mientras detrás de ella, su hijo mayor, sonreía maliciosamente. —Srita Selena, usted está despedida.

Dangerous |Harlena| »Adaptación« |Cancelada|Where stories live. Discover now