Cap. 14. ¡Feliz Día del Amor y la Amistad!

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Capítulo 14

Día O8

Las cosas van mejorando. Ayer fue la primera noche que no llore... Bueno, tal vez poco, pero no como los días pasados. He decidido dejar de comer helado, una pequeña lonja se me está haciendo. Y no me molesta, pero ya no cabré en mi demás ropa.

Logan viene conmigo a correr todos los días, y así me ayuda a no llorar. A pesar de que no le he dicho que Harry me rompió el corazón y que rompí mi promesa de no volver a llorar por alguien como él, sabe que he llorado, y aunque no me dice nada, me apoya silenciosamente, haciéndome sonreír como sólo él sabe.

— ¡Dios mío! ¿Te has tragado a Selena? ¡Devuélvela ser extraño y repugnante! —se rio.

—Ja. Que risa. —Le saqué la lengua— no estoy tan gorda...sólo he comido mucho y estoy inflamada.

—Sí, claro. Y yo soy actor de Percy Jackson ¿no? —dijo Logan sarcásticamente.

—Sh...Ya empezó la película. ¿Traes las palomitas?

— ¿Aún quieres más comida? Dios mío, Selena. Si sigues así, ya no caminarás, rodarás. —Le di un puñetazo en el hombro— ¡Auch! Había olvidado que tienes la suficiente fuerza para noquear a alguien. —se sobó el hombro.

—Así es. Ahora, cállate. —lo fulmine con la mirada. Pero no pudimos aguantarnos la risa. Poco a poco, con ayuda del tonto chico que se encontraba a mi lado, podría volver a la normalidad.

Harry.

Ya ha pasado una semana entera, y me siento muy relajado. Todo ha vuelto a la normalidad, aunque extraño mucho mi casa. A pesar de que el ambiente de la playa es muy agradable, la gente está por montones en las calles, y por culpa de mi enfermedad no puedo soportar estar entre tanta gente.

Odio a mi madre. La odio por nunca estar en casa y por haberme heredado esta maldita enfermedad que me impide hacer las cosas normales que hacen los adolescentes de mi edad. La odio por decir que me ama y que lo hace para que yo tenga una vida noble y enriquecedora. ¿De qué me sirve que mis padres trabajen tan duro, siempre, si nunca estuvieron conmigo? Cuándo más los necesitaba en mi niñez nunca estuvieron.

Siempre me cuidaron chicas extrañas a las que no les podía decir madre porque sus rostros eran tan extraños para un pobre niño de 5 años que lo único que quería era tener unos padres que lo acompañarán en sus triunfos al ser de los más inteligentes de su clase. ¿De qué servía tanto dinero si no podía curarse mi estúpida enfermedad? Por esta maldita enfermedad en mi cerebro no puedo estar mucho tiempo con la sociedad, no puedo ser amigable ante los demás, no puedo hacer amigos fácilmente, no puedo ir a una escuela normal porque me asusta la gente.

Me asusta que les pueda causar algún daño irreparable como lo hice con ella...Con Lizzie.

— ¡Joven! ¡Joven, que le pasa! ¡Joven! —me decía la mucama encargada del hotel mirándome aterrorizada. Me había encogido hasta ponerme en una posición fetal en la esquina de la recámara tapándome los oídos y cerrando los ojos con tanta fuerza que se me inyectaron de sangre.

— ¿Qué hago? ¿Qué hago? ¡Dios mío! —yo no podía decir nada. La garganta se me cerraba más y más. —Las...pastillas...—dije en un hilillo de voz que más que voz sonó como algún chillido de animal. Señale el botecito de pastillas que se encontraba en la mesita de noche. Ella corrió hacia ellas y me las dio con una botella de agua.

Odio mi vida...odio todo... Me ayudo a tomarlas y poco a poco fui recuperándome. —Si te atreves a decir algo sobre lo que has visto. Tú y tu reputación están muertas. ¿Entendido? No ha pasado nada, idiota. —ella asintió asustada y salió de allí apresurada.

Y más que nada, totalmente asustada y horrorizada. Como todas las personas que me conocían. Si tan sólo pudiera morir en silencio sin que nadie llorara por mí...

Todo estaría bien. Sólo tendría que dejar de tomar mis pastillas y asunto resuelto. Todo terminaría agonizante, pero terminaría. Tan sólo deseo morir temprano, para no sufrir más. Para no seguir viviendo todo esto.

Dangerous |Harlena| »Adaptación« |Cancelada|Where stories live. Discover now