Te necesito

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La pizza llegó a tiempo, cenaron y platicaron de muchas cosas, Yelaím y Brandon descubrieron que tenían muchas cosas en común, que los acercaba de una forma muy íntima.

—Voy a hacer una llamada, necesito avisar a mi madre que estoy contigo, dijo Yelaím mientras Brandon recogía los platos, caminando hasta la pequeña sala, sacó su celular y llamo a su madre mientras observaba a su oso tan domésticado.

Disha Wordik respondió casi de inmediato, —Hijo ¿dónde estás?

Yelaím suspiró rogando por qué no lo abandone la paciencia, —estoy en casa de Brandon, la pausa que siguió fue incomoda.

—¿En casa del oso?, su madre definitivamente no sonaba feliz.

—Si mamá, probablemente llegue un poco tarde.

Disha quería ordenarle a su hijo que regresara, que no permaneciera cerca del gran oso, pero también empezaba a odiar en la persona en la que se estaba convirtiendo, ella no era así. Dejando salir una fuerte exhalación Disha por fin habló, —solo por favor avísame si llegas tarde o si decides no llegar a dormir.

Yelaím quería gritar de felicidad, quería abrazar a su madre y felicitarla por ese enorme paso que estaba dando y que sabía era muy difícil para ella.

Pero se contuvo y solo agradeció eso sí muy feliz. Al regresar a la cocina vio a Brandon de pie lavando el último vaso.

—¿Todo bien?, pregunto Brandon sin siquiera voltear a ver a Yelaím quien se situó a su lado y tomo una tolla para empezar a secar los platos.

—Todo bien, la sonrisa del joven era hermosa, tan radiante y sus ojos chispeantes y parlanchines, que hablaban de una felicidad inmensa.

—¿Tomas café?, Preguntó Brandon sintiéndose torpe e incómodo.

Yelaím asintió, —Dime donde tienes las cosas y tú solo pon la cafetera, y ahora lo hago, solo dime como te gusta.

Brandon miro intensamente a Yelaím que tragó en seco al encontrarse con esa mirada.

Me gusta sin prisas, tibio, que yo pueda saborearlo a mi antojo.

El fuerte cuerpo de Brandon ya había arrinconado a Yelaím que ahora se recargaba en la repisa de la cocina.

—Con el lobo solo estuve una vez, nunca tuve una relación seria y nunca la desee hasta que te conocí.

La callosa mano de Brandon recorría la mandíbula de Yelaím sintiendo la incipiente barba de este.

Los gruesos dedos del oso repasaron con delicadeza aquellos suaves labios, mientras el pecho de Yelaím subía y bajaba de forma irregular.

—Te quiero a ti Yelaím, te quiero como nunca he querido a alguien, quiero saber todo de ti y juro que si alguien te llega a dañar, más le vale que esté preparado para soportar lo que tengo en mente.

Yelaím se sentía valioso, miraba aquel rostro rojo y más rojo que lo miraba intenso, aquellas pupilas que casi eran negras por lo dilatadas que estaban. En un acto de inusual atrevimiento Yelaím chupo aquellos dedos pero su mirada nunca se apartó de Brandon.

La mano de Brandon se aferraba con fuerza a la cintura de Yelaím acercado la cadera de este y frotándose.

Yelaím se relamió los labios sintiéndose muy nervioso, —Brandon espera, yo no tengo mucha experiencia y eso si le pues llamar a un par de mamadas experiencia.

Brandon sonrió de lado como si fuera un niño travieso, —Yo tengo experiencia por los dos. Las hábiles manos de Brandon no pararon hasta aflojar el cinturón de Yelaím y soltar el botón de los jeans, a pesar de toda su experiencia sexual, sentía un hambre de poseer a Yelaím que se veía delicioso y asustado pero del tipo de terror, sino de no saber que sigue o más bien saberlo y ansiar que suceda.

En las garras del amor, Libro 1 saga cambiaformas enamoradosWhere stories live. Discover now