En las garras del amor, Libro 1 saga cambiaformas enamorados

Una nueva oportunidad

Yelaím empezaba a sentirse cómodo en el campus y en el pueblo en general.

Le gustaba el lugar donde ahora vivía, lleno de nuevos amigos o de gente que al menos no le prestaba mayor importancia de la debida.

Sus ojos siempre causaban sensación y para su asombro era una sensación buena, muy diferente a la que le dieron en su antiguo lugar.

Para ser una ciudad pequeña, su nueva manada era bastante progresista y con una economía en crecimiento.

El alfa Khalé le agradaba al igual que la madre de este.

La rubia leona de nombre Betty, que atendía un pequeño restaurante a pesar de ser muy coqueta era muy amable y hacía reír mucho a Yelaím y a Ginebra, en general el lugar le gustaba bastante.

También la pequeña y muy diversa manada estaba en la mira mundial porque albergaba a dos de los más influyentes personajes, el alfa Khalé con su apoyo a las legislaciones y quien era el alfa más joven que lideraba una manada y que mantenía la paz en la misma, albergando a migrantes que a diario se sumaban a la población y a los Dunhill, que eran una familia con bastante poder, aunque ahora Yelaím sabía que no solo eran los Dunhill o los Renning los que aportaban fuerza a la economía de la manada, sino que había otra pareja pero ellos era muy discretos y no era común que aparecieran en el ojo público y a Yelaím le encantaba saber ese tipo de chismecitos.

Recientemente en la televisión este personaje, Altaír Dunhill apareció en la revista de fama mundial como el soltero más cotizado y hermoso, al verlo Yelaím casi babeo, el tipo era de porte aristócrata, pero había algo salvaje e irreverente en él, lo cual lo hacía bastante atractivo, además de que era común verlo rodeado de tipas muy hermosas, las cuales después salían en alguna revista de chismes hablando pestes del pobre tipo.

También se publicaron imágenes de un evento importante que casi paralizó a la pequeña ciudad por la llegada de personalidades de fama internacional, ese día la comunidad tuvo una de sus mejores derramas económicas y muchas personalidades fijaron sus ojos en la creciente manada, viéndola con beneplácito.

Hermosas cambiaformas con pinta de modelo rodeaban al bello león mientras que empresarios hablaban con el alfa Khalé mostrando interés para futuras inversiones gracias a las nuevas legislaciones que este apoyaba.

También vio entre las imágenes al malhumorado oso que iba vestido en un muy formal raje de tres piezas, se veía desgraciadamente hermoso para consternación de Yelaím quien al descubrir el curso de sus pensamientos tiro lejos la revista como si esta le quemara los dedos, para su alivio la puerta sonó, hasta donde el recordaba no esperaba a nadie as que al abrir su cara se ilumino al ver a su muy hiperactiva amiga rebotando de un pie a otro.

—Bambi vamos al nuevo restaurante, están contratando estudiantes para empleos de medio tiempo como limpieza, atención de mostrador, cajeros, meseros.

Ginebra sonaba tan entusiasmada que contagió a un muy pacifico Yelaím y la idea no era nada mala pues el también necesitaba el dinero, la pequeña chica lo empujaba dentro y lo guiaba hasta su mullido sofá, —mira, la chica le extendió dos afiches con los anuncios.

Yelaím no había visto el nuevo restaurante más que en las revistas, y esos afiches impresos no mostraban la suntuosidad del local.

—¿Cuándo quieres ir a ver el empleo?, Yelaím se levantaba para servirle algo de beber a su amiga que lo siguió hasta la cocina.

—Bueno pensaba ahora, tengo varias solicitudes vacías para darte por si te animas, murmuró Ginebra, Yelaím dejó el vaso con jugo de piña en la repisa.

—Solo tendrás que esperarme, dijo el chico señalándose el mismo, —debo darme un baño y vestir algo más formal.

Yelaím se dirigía a su recámara y maliciosa Ginebra le grito, —vístete para matar, a todos les gusta tu mirada.

Yelaím sonrió feliz, era feliz ahora y el psicólogo le decía que sus heridas emocionales sanarían y el aprendería de esa experiencia haciéndose más fuerte y más sabio. Y eso haría Yelaím, caminar y aprender, el tiempo de llorar había pasado ahora pintaba una hermosa temporada para crecer como ser humano y madurar. Así que estaba listo para avanzar y hacer de si un hombre sino fuerte, sabio y la sabiduría era una mezcla de conocimientos y experiencias que se habían probado en la vida.