CAPÍTULO 1 8

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Su mirada estaba estaba fija en un punto del suelo en el cual concentraba su total atención sin que en verdad le diera tanta importancia, ya que un millón de cosas pasaban por su cabeza en ese momento.

Todo era una confusión absoluta. Desde que había vuelto a ver a sus dos antiguos compañeros nada de lo que había hecho lo había pensado con claridad y eso lo irritaba demasiado, se suponía que él no tendría porqué estar junto a ellos ahora.

Los sentimientos que lo agobiaban no deberían estar presentes, ni mucho menos que ellos lo movieran a hacer todo eso, era algo imperdonable para él.

Y sin embargo, había tomado la maldita decisión de acceder a lo que Sakura le había pedido, y como si no tuviera suficiente de sus estúpidos impulsos sabía muy dentro de él que lo volvería hacer una y otra vez por ella, porque al ver sus ojos algo dentro de él se movía volviéndolo un tonto al pensar en esas irracionales fantasías que alguna vez de genin las consideró como un posible futuro para él.

El lazo que lo unía a ella, deseaba con todas sus fuerzas sepultarlo en lo más profundo de su ser, pero muy al contrario a eso, también lo guardaría recelosamente en un rincón de todos sus brumas mentales que lo atormentaban cada día, porque aquello era algo que él no podía llenar con amargura por más dulce que fuera la idea.

Era una sensación extraña y dolorosamente familiar cuando estaba cerca a ella, su pecho ardía en agonía sin saber exactamente el por qué.

—Sakura-chan, ¿estás segura que lo escuchaste por este lugar? Es muy alejado de donde yo lo vi por última vez, conociendo al enano seguro corrió un poco y luego se tiró al piso de cansancio.

—O tal vez se fue alejando más buscándote y perdiéndose más, ¿no crees? —su suave voz lo mandó cerca a la realidad, por el rabillo del ojo la observó detallando cada uno de sus movimientos, se sujetaba la parte delantera y trasera de su traje para evitar que este se elevara o bajara en zonas que no debería mientras que se inclinaba en los arbustos y caminaba por los alrededores.

—¡Enano vuelve a gritar, Sakura-chan y yo te estamos buscando! —el silencio se hiso presente en los tres, hasta que la chica pudo escuchar un leve sollozo. Naruto se acercó a su amiga tomándola de los hombros. —Sakura-chan ¿segura que no tienes frío? Está corriendo mucho viento.

—Deja eso para otro momento Naruto, creo que escuché a Satoru...

Él solo se limitaba a verlos en silencio, desde que era un niño supo que más cosas se veían y escuchaban cuando solo mirabas y oías al contrario de participar en la conversación.

Y ahora lo estaba viendo, comprobando así lo que siempre estuvo claro en su mente, ellos. Ellos no eran como él, eran muy distintos en todos los aspectos, incluso el color de su cabello y ojos irradiaba lo que él opacaba.

Mientras ellos podían llorar y reír libremente, él solo tragaba el más amargo lamento de lo que alguna vez tuvo y le fue arrebatado crudamente por el ser que más odió y sufrió en su vida para salvar la suya, aun cuando esta se había convertido en un verdadero infierno que lo consumía en sus llamas lentamente y solo luchaba para no salir completamente quemado cuando en cada paso él obligaba a las cenizas a volver a incendiarlo todo.

—¿Está por allá?

—Eso creo, vamos rápido, pudo haberse lastimado —una vez más ella se acercó hasta él, no había prestado atención a lo que hablaban exactamente, pero pudo intuir que la llevara una vez más ya que el lugar no estaba muy cerca de ellos.

Al sentir su cuerpo en contacto con el suyo nuevamente, esa reacción en él se presentaba como si fuera su mayor recordatorio del camino que él estaba dispuesto a seguir.

SABOR DULCE AMARGOUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum