CAPÍTULO 1 5

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Los tres se quedaron por unos segundos sin procesar por completo en que situación se encontraban. 

Sakura solo miró el rostro de Naruto como tratando de recordar que era lo que había dicho exactamente, con los nervios que había sentido de que Sasuke la atrapara solo atinó a retroceder lo más rápido que podía y al chocar contra algo juró que por una milésima de segundo se le detuvo el corazón al pensar que ya había caído en uno de los genjutsus del Uchiha.

Naruto por su parte solo miraba el rostro perplejo de su amiga, no podía distinguir con claridad todas sus facciones ni el color de su rostro, pero cuando estuvo corriendo peor que un caballo entre el bosque buscando al pequeño niño, pudo ver como una figura femenina retrocedía torpemente de una sombra de lo que parecía ser un hombre, por lo que por pura curiosidad se acercó y en ese momento un frágil cuerpo golpeó el suyo.

Cuando divisó los mechones rosados supo de quién se trataba y en ese momento sintió un profundo alivio de encontrarla sana y salva, pero ahora un terror descomunal se le instaló en el pecho, había perdido al enano...

Sasuke había detenido su paso en el mismo segundo que percibió como un chakra familiar se acercaba hasta detrás de Sakura, no tenía porqué temer, era él. Sin embargo, no le agradó en lo más mínimo el hecho de que sus dos antiguos compañeros estuvieran tan cerca y Sakura no hiciera un ademán por apartarse si quiera un solo centímetro.

—Naruto —lo llamó y el rubio al parecer por primera vez se dio cuenta de la tercera persona que estaba en el mismo lugar que él y la pelirosa.

—¡Sasuke! —al verlo notó algo inusual en él, ¿por qué andaba con el torso desnudo a mitad de la noche? Negó torpemente con la cabeza, era lo de menos, por fin una vez más lo tenían frente a ellos. Abrió la boca al momento que comprendió que la que lo había encontrado antes era su amiga, ¿pero cómo lo hiso?, bajó la vista para verla —Oye Sakura-chan... ¿¡Qué haces con la ropa de Sasuke!? —desvió su pregunta rápidamente al momento que pudo ver como la chica traía puesto la prenda gris del pelinegro en la parte de arriba de su cuerpo que lograba taparle hasta más arriba de las rodillas.

Sasuke frunció el ceño al ver claramente como el Uzumaki examinaba de cuerpo completo a la pelirosa demorándose más de lo debido en sus piernas, gruñó disgustado, ¿por qué Sakura no lo golpeaba como cuando eran genin?

—Ah yo... —reaccionó por fin al grito de su amigo y no supo que contestar para que él no malinterpretase la situación con lo pervertido que era, y en esos momentos a pesar de no poder verlo con claridad distinguió la expresión en su rostro, sin duda Jiraiya-sama no solo le había enseñado algunos jutsu —¡No es lo que crees Naruto! —se cruzó de brazos mirándolo acusatoriamente.

Sasuke los miraba analizando cada palabra que salía de sus bocas, si Sakura no se lo quería decir directamente, él no tendría más opción que sacar sus propias conclusiones con lo que escuchaba. 

—¡El pervertido de Sasuke te hiso algo Sakura-chan! —afirmó viendo de mala manera al pelinegro que le devolvió la misma mirada.

—¡Sasuke-kun no me hiso nada Naruto, él único pervertido aquí eres tú! —defendió la pelirosa al Uchiha, lo que a él solo le causó más dudas por todo lo que decía ella, primero parecía querer darle una explicación a Naruto y ahora le decía en la cara que era un pervertido. Él sabía que lo era, pero no pudo evitar pensar en que tal vez Sakura se basaba en alguna experiencia que tuvo con él para gritar aquello.

—¡Me ofendes Sakura-chan, yo soy un ángel! —hiso un gesto con las manos e imaginó como una aureola le salía de la cabeza y le rodeaba la misma, por lo que solo se ganó un golpe de su compañera para que saliera de su ensoñación —Eso duele Sakura-chan... 

—¡Idiota! Seguro dejaste a Satoru solo, hay que ir con él ahora mismo, le puede pasar algo —le reclamó y el rostro del Uzumaki adquirió una palidez preocupante —¿Está en la tienda, no Naruto? 

Él se quedó callado, ojalá el enano estuviese allí, llevaba minutos buscándolo por el bosque y no encontraba ni sus rastros, jamás imaginó que con esas piernas tan pequeñas ese niño pudiera correr tanto.

—¿Satoru? —se preguntó así mismo el pelinegro al ver la escena que por un momento se le hiso tan familiar y... cómoda extrañamente

—¡No, Sakura-chan! Verás, esto... jeje, se me fue corriendo y ahora no lo encuentro —se alejó de su compañera lentamente, evitando así que las posibilidades que le vuelva a acertar un golpe incrementen.

—¡¿Qué has dicho?! —quería estrangular a su amigo, cómo se le ocurría dejar así como así a un niño de cinco años en un bosque como ese y con lo quisquilloso y miedoso que era no se imaginaba de como estaría en esos momentos. Se acercó a grandes zancadas a Naruto, pero este como si hubiese visto el mismísimo diablo corrió como pudo hasta esconderse detrás del pelinegro que los vio interrogantemente.

¿Cómo habían llegado a esa situación? ¿Quién demonios era Satoru? ¿Por qué sus dos compañeros parecían mucho más cercanos que antes? ¿Y por qué diablos estaba haciendo de escudo a Naruto de Sakura?

Sea como sea no entendía nada y con molestia se quitó al Uzumaki de encima y aprovechó que tenía delante suyo a la pelirosa para tomarla de las muñecas y así evitar que se fuera con Naruto.

—Sakura —ambos se miraron por un prolongado tiempo a los ojos

—¡Oye ustedes por qué se miran de esa manera, están muy cerca! —una vez más el rubio se acercó hasta ellos mirándolos con un signo de interrogación en su cara, en especial a su amigo. 

SABOR DULCE AMARGOWhere stories live. Discover now