SABOR DULCE AMARGO

CAPÍTULO 0 8

Escuchó esa grave voz, en un descuido su pie resbaló y de un momento a otro sintió como su cuerpo se sumergía por completo en la fría agua del lago.

—¡Cof, cof! —salió rápidamente a la superficie tosiendo al haber tragado una gran cantidad de agua al tener la boca abierta por el asombro, recordó ver por una milésima segundo su rostro antes de caer al agua.

Tomó la punta de la roca en la que antes estaba parada para salir del lago, pero antes que pudiera siquiera hacer el intento por trepar una mano sujetó la suya.

Un escalofrío recorrió todo su cuerpo.

—Torpe —levantó la vista y en efecto, era él, no se había equivocado.

—Sasuke-kun... —no podía creerlo, era imposible que él estuviera allí, no había manera —¡Naruto...! —gritó molesta, si su amigo le estaba jugando una broma, esta era muy pesada y se las iba a cobrar, además —¡Te lo advertí...! —ya una vez intentó espiarla cuando se bañaba, no iba a permitir que el Uzumaki saliera tan triunfal como la anterior vez, ahora sí la conocería enojada.

Sasuke sintió un fuerte tirón en su mano que lo jalaba hacia abajo, rápidamente activó su sharingan logrando así esquivar el puño de la pelirosa que iba directamente a su rostro. Aunque no se salvó de también caer al agua aplastando en el proceso a la chica que lo vio sorprendida.

—¿En qué estabas pensando? —preguntó molesto viendo fijamente a la pelirosa, estaban muy cerca, casi podía sentir rozar sus cuerpos —Sakura —lo llamó aun enojado por lo que ella había echo.

No recibió respuesta, Sakura parecía hipnotizada al ver el rostro de Sasuke. 

Frunció el ceño, qué tanto ella le miraba.

—¿Eres el real? —aun sin creérselo levantó su dedo índice y tocó una mejilla del Uchiha pensando que así esa ilusión se desvanecería.

Una ceja se movió involuntariamente, ¿por qué no sería él?

—¿Quién más tiene el sharingan que te conozca, Sakura? —de un rápido movimiento tomó la mano de la chica que lo estaba tocando y la alejó.

—Lo-lo siento, creí que eras Naruto y pues... —se sentía nerviosa, el chico había apartado su dedo que lo tocaba para comprobar si era real, pero ahora él no soltaba su mano. Además de estar a centímetros sus cuerpos mojados de tocarse.

—¿Acostumbras bañarte con Naruto? —su pregunta la descolocó, y más por su tono de voz, sonaba a un reclamo.

—¿Qué? —lo miró extrañada, ¿por qué haría eso?

—Que si acostumbras bañarte con Naruto —apretó su mano esperando una respuesta

—¡No! —se quedaron mirando fijamente unos minutos, él parecía buscar algo en su mirada que ella no entendía qué era , pero saber que él la estaba mirando y estaban tan cerca que si alguno de los dos se movía solo un poco sus cuerpos quedarían totalmente juntos.

Sus mejillas se tiñeron de un rojo vivo, al bajar su mirada notó como las ropas que traía el chico se pegaban muy bien a su cuerpo dejando a la vista...

Sacudió la cabeza sintiendo como enrojecía más si era posible, ¿en qué estaba pensando?

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—¡Naruto deja de roncar! —se quejó un niño lanzándole la mochila más cerca que tenía a la cara del rubio que se levantó asustado por el golpe.

—¡Qué pasó, yo los salvo enano, Sakura-chan! —hiso algunas poses de combate sentado

—¡No dejas dormir! —escuchó el reclamo del niño que intentaba dormir a su lado en la tienda de campaña de su amiga —Mejor era dormir con Sakura, ella no roncaba y me abrazaba... —

—Enano... ¡Me despertaste! —gritó obteniendo por respuesta una vez más un mochilaso por parte del pequeño

—¿Aun no regresa Sakura? —preguntó molesto Satoru mirando mal a Naruto, desde que el rubio había comenzado a dormir en el sitio de Sakura, junto a él, lo había despertado con todos los ruidos que hacía al roncar, además que en más de una ocasión se movió entre sueños y lo golpeó e incluso llegó a aplastarlo.

—¿Qué? ¿Quién? —se rascó la nuca, aun no había despertado del todo.

—Sa-ku-ra —deletreó molesto

—¡Ah! ¡Sakura-chan! ¿Pasó mucho tiempo? —el niño asintió, no había pasado tanto pero ya deseaba que el Uzumaki se fuera a dormir a su tienda para que Sakura durmiera con él y lo dejara descansar en paz.

—Hum... que extraño, ¿le habrá pasado algo? —le preguntó al niño que volvía a recostarse por el sueño

—Yo que sé.

—La iré a buscar, quédate aquí Satoru —gateando fue hasta la salida de la tienda y antes de salir —Enano, ten —le aventó un kunai que el niño a penas pudo atrapar asustado

—¿Y esto para qué es? 

—Estamos en medio del bosque, no creo que me demore mucho, pero si un animal salvaje se te acerca ya tienes con que defenderte —le guiñó un ojo saliendo de la tienda

—¡Un momento! ¡Espera Naruto! —como si el sueño ya no fuera lo más importante, Satoru saltó de su bolsa de dormir y  corrió hasta afuera tomando de una pierna al rubio que ya estaba a un segundo de echarse a correr hacia donde había ido la pelirosa momentos atrás.

—¿Ahora qué enano? Iré a traer a Sakura-chan —intentó soltarse del agarre del niño

—¡Idiota no me vas a dejar aquí solo! Mejor... —giró su vista hacia otro lado —vamos los dos... 

—Miedosito —se burló Naruto ganándose una mirada asesina del niño

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