Capítulo 8

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Sana no quería revelarle aún a Dahyun que estaba recibiendo ayuda profesional, sobretodo después de las múltiples veces que se negó con excesiva fuerza, golpeaba su orgullo el haber cedido ante aquello y no se veía capaz de reconocerlo frente a su esposa.

Cubrió todo con una simple mentira, reuniones de trabajo, aunque Dahyun no tardó en sospechar al notar que aquellas "juntas" ocupaban el mismo horario que Mina y Tzuyu en sus visitas donde la psicóloga, aunque sus conclusiones no eran para nada similares a lo que estaba en realidad ocurriendo.

¿Entonces así se siente?

Eso pensaba Dahyun cada vez que se veía a sí misma sola en casa, con la certeza de que su esposa está junto a alguien más, no sabe con exactitud qué hacen, pero el que disfrute la compañía de un tercero ya lo hace molesto.

Ahora mismo, Sana estaba aguantando no ver su noticiero, pues Tzuyu había ganado en el juego de "piedra, papel o tijeras" y le tocaba ver caricaturas. Dahyun notó que las alacenas se estaban vaciando, tenía que hacer las compras, y necesitaba salir de ese ambiente para tomar aire.

— ¿Y Mina?

— Dijo que debió quedarse a cubrir el turno de una chica de su trabajo, se enfermó — Explicó Sana.

— Bien, voy a comprar, ¿Pueden quedarse ustedes dos solas? — Preguntó viendo los grandes y sorprendidos ojos del par.

— Claro — Respondió Sana, volviendo la vista a las caricaturas.

Dahyun no pudo evitar sonreir un poco antes de salir y verlas, tan tranquilas, tan pacíficas, nadie imaginaría los berrinches que ambas pueden hacer.

Se mantuvieron varios minutos así, Sana nunca confesaría que puso atención a lo que el programa transmitía, conforme con su sentido educativo y satisfecha de ver a Tzuyu disfrutándolo.

Pero, como toda niña de tan solo cinco años, se aburre, y se había puesto en pie para dar vueltas por la casa. Llevaba buen tiempo allí, lo consideraba su espacio, no era tímida a la hora de curiosear por el lugar en busca de descubrir algo que quizás antes no haya visto. Y así terminó en la habitación que comparten Sana y Dahyun, volteando suavemente para comprobar que la mayor seguía viendo televisión y no se distraía. Caminó hasta la foto que llamaba su atención y se la llevó corriendo a su cuarto, pero ante un aparatoso ruido, Sana volteó la vista.

— ¿Tzuyu?

Caminó a la habitación de la pequeña, se la encontró con un rostro difícil de leer, con sus manos por detrás de su espalda y podía distinguir pequeños vidrios en el suelo, peligrosos para sus descalzos pies.

— ¿Qué tienes ahí? — Dio un paso adelante, la menor retrocedió — No, ven aquí — Se repitió el acontecimiento — Te lastimarás si pisas los vidrios — Dijo seria, pero Tzuyu no cedía — ¿Me explicarás qué pasó?

— ¿Te vas a enojar?

Y Sana reaccionó, claro que conocía ese rostro, ella misma lo usó muchas veces antes y aún lo utilizaba, era miedo.

— Sólo dime qué ocurrió — Tzuyu iba a retroceder nuevamente — ¡Espera! No... vamos a la sala, Dahyun y Mina me matarán si te pasa algo

La menor se rehusó a ser cargada por Sana, y salió de la habitación sólo después de que la mayor lo hizo, aún escondiendo sus manos tras su espalda. Se sentó en el sofá, Sana apagó el televisor y se le posicionó de frente, aún en pie, pensando en cuál sería la manera ideal de dar solución al asunto, intentaba recordar lo hablado con Jihyo antes de actuar.

Primero lo primero.

— ¿E-Estás bien? — Preguntó — ¿No te lastimaste? — Tzuyu hizo una mueca, y luego con cuidado mostró sus manitos.

— Me enterré un vidrio y me duele

— O-Oh — Sana se acercó con cuidado a revisar — Espera aquí — Fue a su habitación y volvió — Lo sacaré con esta pinza — Tzuyu escondió sus manos nuevamente — Vamos, rápido

— Va a doler

— Te dolerá más si lo dejas así

La pequeña cedió y Sana pudo hacer según lo comentado, sabía que seguía escondiendo algo tras su espalda, pero trató de simplemente enfocarse en curar la herida primeramente, ya habría tiempo para más. Luego de una bandita, todo parecía mejor.

Ahora venía lo difícil.

— ¿Me explicarás ahora qué pasó? — Tzuyu negó y Sana bufó — ¡¿Por qué no me lo dices?! — La menor se encogió ante el repentino grito — No, no... — Sana buscó calmarse otra vez — Tzuyu, si hiciste algo mal, no te voy a... no sé qué pasa por tu mente, pero no haré eso

— ¿No vas a regañarme? — Sana presionó sus labios, buscando una buena respuesta.

— N-No puedo asegurar eso, pero no te gritaré otra vez, tampoco te voy a lastimar — Luego de segundos de silencio, Tzuyu suspiró y mostró lo que estaba ocultando.

— T-Tomé esto, me tropecé y se me cayó

Sana se acercó a revisarlo mejor, sus ojos se ensancharon de inmediato al reconocer lo que era. Los vidrios eran del cristal que protegía la foto, el marco de madera estaba quebrado y probablemente no lo notó en el suelo de la habitación de Tzuyu, pero la foto, afortunadamente, estaba intacta.

Qué se supone que hiciera ahora.

— Em, hum... ¿Por qué lo tomaste?

Tzuyu se fue corriendo a su habitación, Sana quiso seguirla para evitar que pisara los rastros de vidrios que seguían en el suelo, pero la pequeña volvió más rápido y parecía sana y salva.

Mostró su cuaderno de dibujo, su lugar para desahogarse, hogar de los retratos de su difunto padre y donde evidencia situaciones vividas que aún no logra olvidar, Sana pudo reconocer a Chaeyoung en una de sus páginas la primera vez que vio el cuaderno, sobretodo por el contexto que relató la niña respecto al dibujo. Pero no todo allí es triste, pues las ilustraciones junto a Mina abundan desde que volvió a su vida, Dahyun también ocupaba algunas páginas, además de una mujer con reiterado seño fruncido (Irreconocible para Sana).

Tzuyu buscó una página en específico, era lo común, Mina y ella de la mano, pero había una tercera persona sin rostro sujetandola también.

— Te quería dibujar sonriendo — Sana no supo qué contestar — Nunca sonríes

— Sí sonrio

— No lo haces

— Sí lo hago

— No

— Sí

— No

— Sí

— No

— S-, ok, basta — Sana notó que estaba cayendo en lo de siempre — Sabes que no puedes tomar cosas sin permiso, te pude habe prestado la foto igualmente

— ¿En serio?

— Sí — Tzuyu se quedó viendola — ¿Qué?

— Mamá dice que sonríes lindo — Sana se sonrojó — Pero nunca te he visto

— Bueno, eso no cambiará hoy — Bromeó, notando el seño fruncido de la menor — ¿Qué es este dibujo?

— Mi familia

— ¿Y Dahyun? — Tzuyu mostró otra página donde estaba sólo ella junto a la nombrada.

— ¿Puedo seguir dibujando? — Sana suspiró.

— Bien, pero quédate aquí, iré a limpiar tu desastre

Tzuyu no contestó y simplemente esperó a que Sana volviera a entregarle sus lápices de colores.

Mientras limpiaba pensaba en lo ocurrido, se sintió orgullosa de haber logrado manejar la situación, se lo contaría a Jihyo en su próxima visita para recibir alguna retroalimentación para mejorar.

Luego se centró en lo hablado con Tzuyu, ¿La menor la veia como parte de su familia? Era abrumante el parecido que tenía con el mismo dibujo que la menor había hecho antes, sólo que su puesto era utilizado por Bambam. Y el otro punto, ¿Mina pensaba que su sonrisa era linda?

Quizás debía hacer caso a Tzuyu y sonreir más.

Hurts: It still hurts! - Saida/2naWhere stories live. Discover now