Prólogo

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La casa es adornada sólo por el ténue sonido de la televisión, están pasando las noticias, y Sana nunca se perdería el noticiero. ¿Por qué? La razón es simple, el apartado dónde comunican las desgracias del país, hallazgos de cuerpos encontrados sin vida, rastreos y avances en descubrir quiénes están detrás de los muchos delitos que ocurren en el lugar o en otros lugares del mundo, todo eso le interesa.

Es la única conexión que tiene con ellos.

Dahyun suspira mientras camina sin rumbo por la casa, quiere hablar, pero Sana se lo tiene estrictamente prohibido cada vez que pasan el noticiero. Entiende la razón, a ella le gustaría hablar del pasado también, para sanar, pero su ahora esposa simplemente explota en cólera cada vez que menciona el tema.

Y Dahyun ya no quiere gritos innecesario.

La programación acaba y Sana se endereza, conforme de no notar algo extraño acerca de su antiguo clan, su antigua familia, porque si los medios no los han cubierto, es que todo debe estar bien. Dahyun al fin toma la posibilidad de vacilante sentarse a su lado, Sana sigue perdida en sus pensamientos, la menor ahora está molesta. La mujer de pálida piel suspira mientras deja salir su rostro descontento, quiere tocar el hombro de Sana para llamar su atención, pero tiene miedo a una reacción hostil.

— ¿No recuerdas qué día es hoy? — El silencio e indiferencia de Sana le responden por sí mismos — ¿Nada?

— Es miércoles

Y la razón por la que ellas están temprano por la mañana juntas, en un día de semana, es que hace cuatro meses Sana fue promovida por sus habilidades en el trabajo, lo que se tradujo en un merecido aumento de sueldo y menos días de oficina. Sana sabe que merecía esa promoción hace mucho antes, pero ahora duda si el estar en casa le agrada demasiado, cuando las discusiones o pugnas como esta están siempre presentes.

Dahyun dejó salir una breve risa sarcástica.

— Nos casamos hace un año, ¿En serio te da igual? — Sana suspiró — Parecías más emocionada cuando me lo propusiste

— ¿Se supone que recuerde con emoción un día en el que lloraste durante todo el proceso?

La boda, evidentemente, no fue nada común y la realidad golpeó a Dahyun de manera muy violenta. No, no fue una ceremonia, no hubo fiesta, ¿Cómo podrían hacerlo? No tenían amigos. Simplemente firmar un papel en una oficina estatal, Dahyun no pudo evitar llorar cuando se dio cuenta lo patética que era su vida. Y en lo inmadura que insistía en ser.

Estaba convencida de que, si se presentaba la oportunidad, esta vez no lo dudaría. No cometería el mismo error que con Momo. Aunque se había prometido lo mismo con Chaeyoung. Pero mientras la posibilidad no llegara, la responsabilidad se sentía sobre sus hombros y debería hacer algo.

Revisó una caja que guardan en el closet compartido que tienen, revisando nuevamente sus expedientes médicos hechos por Jeongyeon. No era intención de ellas tomarlos, ellos simplemente estaban ahí cuando Sana robó la camioneta de la neuróloga.

Dahyun quiere gritar por ayuda, pero Sana le ha dejado en claro que eso nunca pasará.

Porque para sanar, se debe hablar, incluso de esas cosas que tanto queremos evitar.

Y Sana sabe que no puede hablar.

Hurts: It still hurts! - Saida/2naWhere stories live. Discover now