ÉL Y YO

8

Un ojo con una lagrima y una especie de sombra humana atrapada en la pupila. Yo me aclaro la garganta llamando su atención.

—Hola, bienvenido. Soy Jessica. ¿Como te llamas...?—y, después de escuchar lo que acababa de decir me maldije mentalmente, rápidamente intenté corregir la gran estupides que había dicho—Es... broma, obviamente sé como te llamas, lo acabas de decir, je je.

El chico me mira, enarcando una ceja, posiblemente confuso por la "broma" y con una expresión muy seria. 

—Hola—dice con simpleza.

Miro sus ojos y puedo detallar con mayor claridad su color. Una mezcla entre gris y azul. Un color muy bonito, la verdad.

—Bien, y...—Como él no dice nada más, intento proseguir con la conversación—¿De dónde eres?

—De un mundo llamado planeta tierra—dice con sarcasmo.

Bien. Con que es sarcástico, ya me cae bien.

Yo le dedico una sonrisa de lado.

—Interesante, casualmente yo también.

—Ya—vuelve a mirar mi dibujo—Se te da bien—señala el papel.

—Oh, gracias. Es un... simple boceto, me aburría.

—Creo que no es simple.—Me mira por unos segundos y se gira hacia delante.

El resto de la hora le presto atención a lo que dice la Sra. Mary mientras seguía dibujando.

—... Les recuerdo que mañana es el examen, estudien—nos recuerda la profesora.

—Excelente, maravilloso—susurre para mi misma— Otro suspenso para la lista.

Lo mejor del mundo.

—¿Otro?— de repente habla el chico de ojos... grises azulados.

¿Me había escuchado?

—Sí... bueno... Historia no es mi fuerte.

Empezamos a recoger nuestras cosas para salir de clase—o intentarlo—porque la profesora nos llama. A Marc y a mi.

—Jessi...

—Jessica, mi nombre es Jessica. Sra. Mary.

Ignora mi pedido y sigue hablando.

—Ya que eres la nueva compañera de Marco... Marc, le podrías prestar los apuntes de las clases anteriores para ponerlo al día. Y le puedes dar un tour por el instituto. Claramente, si no te importa.

Ese "Claramente, si no te importa" en realidad es "Claramente, te estoy dando una orden, no tienes opción"

Así que con todas las ganas del mundo, le sonrío con la mejor cara del mundo dedicándole una sonrisa súper falsa.

—Claro, Sra. Mary.

—Eso quería oír—responde ella, satisfecha.