Slughorn sonrió satisfecho, asintió y le dio palabra a Rosalind.

—Es reconocible por los inconfundibles espirales y tiene un aroma diferente para cada persona que lo huela, recordándoles a lo que más los atrae.—La pelirroja suspiró y sin querer su mirada cayó en Remus, que la observaba desde su banco con una pequeña sonrisa.—Incluso si esa persona no conoce la verdadera afición a dicho objeto.

—¡Excelente! Si puedo preguntar, ¿A qué huele para ustedes, señoritas?

Lily habló primero, no le costó nada reconocer los olores que la poción desprendía.—Césped recién cortado, arándanos y madera.

—Yo huelo... Chocolate, Libro nuevo y... ¿Lavanda?

—Interesante.—Slughorn escondió su sonrisa cuando vió el ceño fruncido de la joven bruja.—Parece que tiene algunas cosas que averiguar, señorita Evans.

Rosalind pasó el resto de la clase distraída, intentado recordar si alguna vez había olido la lavanda en algo o alguien conocido.





•••




A Peter le encantaba acudir al lago negro con Rosalind, pero desde que Leila había entrado a su vida, le fascinaba ir acompañado por ambas.

Leila era el tipo de persona al que todo el mundo le caía bien, era alguien de confiar, excesivamente enérgica y su más virtuosa característica era su exagerada amabilidad.
Y aunque la personalidad de Rosalind chocara un poco con la suya, ambas parecían llevarse muy bien.

—¡Pásame los caramelos!—Aulló la rubia desde la copa del árbol.

Rosalind y Peter se miraron por un momento y levantaron la vista hacia la Hufflepuff.

—¡¿De que sabor?!

—¡Los de menta, Peter!

El chico alzó su varita, y en un intento de impresionar a ambas, elevó varios caramelos y los levitó hasta Leila. La rubia gritó un Gracias y siguió dibujando.

Leila le había prometido a Rosalind que le regalaría un dibujo del lago negro, porque, además de fascinarle dibujar era una buena práctica para el futuro.

—¿Como van?—Preguntó Rosalind en voz baja.

Peter sonrió.—Muy, muy bien. Es adorable.

—Me alegro por ti, entonces.

La pelirroja recostó su cabeza en las delgadas piernas del chico, como solía hacer siempre.

Peter se removió incómodo y volteó la mirada hacia otro lado.—¿U-um Rosie?

—¿Si?

—Tu crees...—Susurró.—¿Podrías ayudarme a invitar a salir a Leila? Es que en verdad quiero que...

Rosalind se enderezó nuevamente y esbozó una sonrisa enorme, llevándose consigo un susto de Peter.

—Oh por Merlin, había esperado este momento desde que comenzaron a pasar tiempo juntos.

Y mientras Rosalind y Peter planeaban una buena proposición para Leila, al otro lado del castillo, Lily y Remus hablaban en la torre de Astronomía.

Remus había estado esperando esa conversación desde que James le comentó lo sucedido: Lily se había dado cuenta de su condición.

—No tienes que pretender que no es nada, Lily.—Musitó cabizbajo.—No te culparía si trataras de alejarte.

—Remus Lupin, eres la persona más amable y el amigo más leal que he conocido, que te conviertas en hombre lobo una vez al mes no cambia nada.—Lily Evans tenía lágrimas contenidas en sus ojos y Remus, por alguna razón, se sintió culpable por ello.

—Lily...Tu no entiendes. No solo me convierto en una bestia una vez al mes, deseo lastimar a todo mundo. En ese momento nada me interesa.

—Remus, por Merlin, ¿Tus cicatrices..?

El chico asintió.—Me las hago yo mismo.

Lily estiró la mano hacia la cara del chico, que la miró horrorizado cuando acarició la cicatriz más grande, con una sonrisa tímida. Segundos después, atrajo con una fuerza descomunal a Remus en un abrazo.

—No me interesa, Remus.—Su voz sonó ahogada, y era bastante obvio que estaba llorando.—No me importa, te quiero aún más.—Sollozó.—Eres muy valiente.

Remus palmeó su espalda sin saber verdaderamente qué hacer, estaba bastante incómodo porque no sabía tratar con chicas en general, y mucho menos con chicas llorando.

No fue hasta que vio la figura de James acercarse que se destensó, sus hombros se relajaron y abrazó devuelta a la pelirroja.

James los observaba sonriente, orgulloso.




•••




Lo que menos se esperaba Rosalind esa noche, era que Greta abriera la puerta de su habitación inundada en lágrimas.

'Sirius me dejó.' Había dicho y se había lanzado a los brazos de sus amigas. 'Dijo que no quería una nada formal. Que así no era él.'
Y aunque la relación entre Rosalind y Greta pendía de un hilo, la pelirroja decidió por quedarse consolando a la metamorfomaga toda la noche, apenas durmiendo y escapando a las cocinas constantemente en busca de helado de menta.








• • • •

El capítulo de hoy fue puro
friendship vibes

Me encanta el recibimiento que le dan a esta historia, me hacen feliz 🥺❤️

Y una vez más (por que no me parece suficiente) muchas gracias a las personas que se dan el tiempo de votar, comentar o simplemente leer.

Me ayudan mucho a que esta historia crezca y me hacen querer escribir cada vez más.

𝐋 𝐎 𝐕 𝐄 𝐑  « Remus Lupin »Where stories live. Discover now