Todos hemos escuchado del hanahaki ¿verdad? Si esa enfermedad que hace que las personas tosan flores si tienen un amor no correspondido, pues veras Langa Hasegawa tiene algo parecido solo que es aún peor.
Langa nació con un tipo de hanahaki diferent...
La pequeña libreta paso por la mesa hasta Langa su madre le sonrió y le dio una pluma azul que hacía juego con el lindo diseño de la libreta. Un monstruo de las nieves muy caricaturesco. Tenía unas pocas hojas o al menos se veía muy delgado. Langa miró a su madre claramente confundido era muy temprano para algo tan extraño.
— es para que escribas como te sientes — explicó ella pero Langa aún parecía confundido — el doctor dijo que podría ayudarte ya que parece que reprimes tus otras emociones.
— pero no lo hago — respondió Langa sin expresión en su rostro. Su madre hizo una mueca y miró al reloj de la pared.
— ya hablaremos de eso más tarde por ahora ve por tus cosas para llevarte a la escuela —
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Un diario.
Langa jamás había llevado un diario por lo que en el coche se puso a escribir lo que había hecho esa mañana, desayunar,bañarse, cambiarse, lavarse los dientes, irse y estaba escribiendo todo lo que veía de camino.
La letra de Langa de por sí no era muy bonita en un auto en movimiento era aún peor. Se detuvieron y Langa metió la libreta en su mochila tal vez forraria la libreta con papel blanco después de la escuela. Su madre se despidió y el ruido lo envolvió al instante, el ruido de la gente, camino como lo hacía todas las mañanas miro a su alrededor buscando los patrones que siempre veía, por ejemplo la chica morena siempre esperaba a su novie para irse con elle, el chico de albino corría hasta su mejor amiga y hacían un saludo muy raro cuando por fin se tenían cerca, un grupo de chicas se ponía a hablar y uno niño de abrigo de lana corría para que nadie lo viera.
Lo mismo que ayer ¿como es que no se aburrían? Bueno lo más probable era que no se daban cuenta lo mas probable es que hasta Langa haga eso y alguien mas se pregunta porque lo hace todos los días. Pero bueno; su hora libre de ese día era en la mañana, eso explicaría porque su madre está tan relajada ésos días. Salió al patio y se sentó donde siempre abajo de un viejo árbol de sakura que no había florecido en año según el director.
Se sentó en el pasto recién cortado y dejó a su cuerpo tener el control, se acostó de forma que se viera que estaba dormido, cubrió su rostro con alguna libreta al asar. Entonces el silencio se hizo de la nada.
La primera clase ya había empezado.
Las voces se transformaron en susurros lejanos y Langa sintió que podría dormise en ese mismo momento. No había dormido ayer por estar en las nubes, se levantó como ocho veces, tomó agua, fue al baño, tomó una pastilla para el insomnio de su madre y eso lo único que hizo fue que se desmayara y despertará igual de cansado como si no hubiera dormido en toda la noche. Cerró sus ojos y abrazo su mi mochila.
— ¡BUU! — escucho al momento de sentir ser empujado un poco, se quito la libreta algo molesto — ¡sabía que eras tu! — era el pelirrojo quien lo decía.
