Forty seven

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Narrador omnisciente.

20 de Marzo de 2007.

Hyunjin llegó hasta con su madre, la cual se encontraba hablando por teléfono.

—Mira mamá, me lo regaló Felix— chilló bastante emocionado.

Su madre no le prestaba atención, al parecer era más importante la llamada, que su propio hijo.

—Mamá ¿ya lo viste?— la jaló de su pantalón.

—Un momento— le dijo a la persona de la llamada, luego de eso, tapó la bocina del teléfono. —¿Qué diablos quieres?— contestó molesta.

—Quiero enseñarte mi juguete que me regaló Felix— lo levantó hacia ella fascinado. Se trataba de un carrito.

—Oh— lo miró por un momento y seguido de eso, lo aventó. —A mí qué me importa lo que te haya regalado— escupió enfadada. —Estoy en algo mucho más importante, así que lárgate de aquí, por favor— se dio la vuelta y continuó la llamada.

Hyunjin sólo miró hacia el carrito que estaba al lado de la mesita de noche, lo recogió, lo limpio por si llegaba a tener algún rasguño, trató de sonreír y fue de nuevo hacia con Felix, el cual se encontraba en la sala.

—¿Qué te dijo? ¿Le gustó?— preguntó Felix con una gran sonrisa.

—Creo que no, lo aventó— Hyunjin hizo un leve puchero.

—Ah, bueno, tal vez el rojo no es su color favorito, tal vez sea por eso— hizo una pequeña mueca.

—Tal vez— Hyunjin se notaba algo triste.

—Yo siempre voy a estar contigo y si ellos no pueden, yo te cuidaré, jamás voy a alejarme de ti— le dio un abrazo a su mejor amigo.

—¿J-jamás t-te vas a ir?— le salieron algunas lágrimas a Hyunjin.

—Los amigos son para toda la vida, así que no llores, yo siempre estaré aquí— sonrió el pecoso.

Ambos sonrieron y se pusieron a jugar con el carrito que el chico le había dado al pequeño cumpleañero.

[.]

Ambos son amigos desde los 5 años, ya que Felix era vecino de Hyunjin y sus padres los dejaban ir a jugar. Entablaron una pequeña amistad.

A pesar que ambas familias no se llevaban muy bien, ellos eran muy buenos amigos y disfrutaban bastante cada que se veían.

Pero llegó aquel día.

Aquella mañana de Junio la cual se convirtió en una pesadilla para el pequeño Hwang.

—No, prometiste que jamás te ibas a alejar de mí— comenzaron a caer lágrimas por sus mejillas.

—No es por mí, son mis padres, yo quisiera quedarme, pero no puedo, soy un niño— habló el pecoso de manera dolida.

—¿V-vas a regresar?— preguntó esperanzado.

—Eso espero— ambos estaban afuera de la casa de Felix. Estaban tristes.

—Me vas a hacer mucha falta— bajó la mirada.

« Aléjate de mí || H. Hyunjin »Where stories live. Discover now