☙ 𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 15 ❧

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Antes de nada:
He tardado en subir capítulo debido a un asunto personal. Que seguramente ahora alguien me diga "tampoco tardaste tanto" o "ay va, ¿Tardaste? Ni me entere", pero yo me disculpo igual, déjenme (¿
Sin más que decir porque tampoco quiero explayarme, comencemos uwu.

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— ¿A las doce? — preguntó la coneja mirando los fuegos artificiales que había conseguido su hermano de la llamada "La Super tienda" -que en realidad era una furgoneta roja que vendía artefactos hechizados, pero ese no es el punto-, mientras ambos hermanos estaban a sus lados.

— ¡No! Tienen la mecha algo larga, vosotros encendedlos a las once cincuenta y nueve.

— ¿Me estás diciendo que tenemos estar aquí antes de media noche para tu pedida de matrimonio número...? — Se quedo callado entonces. Dudaba cuántas habían sido ya —, ¿Treinta y dos?

— ¿Treinta y dos? Algo va mal porque yo tengo treinta y cuatro. — La coneja miró a su hermano algo confusa.

— Yo llevo treinta y cinco. — Se señaló a sí misma la madre de los tres que acababa de venir a hacer la compra; llevaba tres bolsas de plástica en las manos y todas llenas.

La coneja, el pez y la gata se miraron mientras Gumball se sentía a morir de vergüenza, ¿De verdad habían sido tantas? Sus mejillas estaban enrojecidas hacia ya rato; le daba vergüenza recibir tanta atención y que se hiciera tanta mención de sus alocados planes. Mientras el felino contaba por su lado todas las veces que sus escenitas se hicieron, los demás Watterson miraron al cabeza de familia, que en ese momento tenía una hamburguesa entre sus manos.

— ¿Qué? — Casi no se le entendía porque estaba con la boca llena, soltando trozos de comida y saliva mientras lo hacía.

— Richard te tengo dicho que no hables con la boca llena... — La voz de la mujer pese a sonar calmada, tenía un deje de molestia. No le gustaba nada que su marido tuviera nulos modales, puesto que temía que estos se transmitieran a sus hijos —. ¿Cuántas declaraciones de matrimonio de Gumball has contado tú? — preguntó al ver que el otro ya había masticado y tragado.

— ¿Cincuenta? — Ante la mirada atonita de la gata, el hombre se encogio de hombros —. No lo sé cariño, recuerda que nuestro hijo adora en mayúsculas montar grandes espectáculos; solo digo las veces que ha montado fuegos artificiales, quemado algo con rosas de papel higiénico, hecho explotar algo o corrido por el barrio gritando "Penny".

Antes de darse cuenta, todos en la familia menos el joven que era tema inicial, se habían puesto hablar de él y sus dichas declaraciones de amor y pedida de matrimonio. Demasiadas para ser considerado algo pasajero, pero tan infantiles y fantasiosas que a la vez, quitaba la seriedad que estos temas, debían tener.

Gumball, a medida que pasaban los minutos estaba cada vez más nervioso y avergonzado, ¿Cómo no estarlo? ¡Llevaban más de media hora así! Su cara no podía ser más roja y aunque sabía que no era posible debido al pelo azul que las cubría casi al completo, pensaba que sus orejas también lo estaban. Cada vez se sentía más avergonzado rozando lo cohibido.

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La noche se cirnio sobre la ciudad tras unas tarde que a Gumball y Hot Dog les supo a la más larga casi llegando a ser infinita. Las luces comenzaron a aparecer lentamente a medida que el cielo oscurecía. Gumball y Hot Dog Guy, que habían acordado quedar a las once en el parque para ensayar qué quería hacer el gato antes de que todo aquello comenzará, habían acabado por finalmente salir antes de tiempo de sus casas.

тнє кιѕѕ •||𝔾𝕦𝕞𝕕𝕠𝕘||•Where stories live. Discover now