☙ 𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 10 ❧

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El ambiente echaba humo aquel jueves, y en algunos alumnos como Sarah G. Latto, aquello era literal debido a que era, una chica helado. Aquel día, era como si el verano se hubiera saltado toda la primavera y lo que quedaba de invierno, pero este encima, era un verano implacable.

Gumball sentía que se iba a derretir, tal como le había sucedido a su compañera antes mencionada nada más entró al instituto.

— Carmen, disculpa, pero... ¿Puedes mover un poco la cámara a la izquierda? — pidió la propia Sarah a Carmen, quien se estiro en su asiento para hacer lo pedido, sonriendo aunque esta no pudiera verla debido a que la lente apuntaba a la pizarra, no a ella.

Para que no se derritiera y pudieran asegurarse de que no hacía pellas, los profesores permitieron a la rubia estar en la cámara frigorífica -el paraíso para la chica helado, sobre todo con aquel clima fuera- y, que usara el teléfono en videollamada a su propio ordenador, para atender en clases.

La gente a su alrededor se turnaba para mover aquel portátil puesto en un asiento en primera fila, aunque la rubia intentaba no pedirlo para no molestar a nadie. Todos copiaban lo escrito en la pizarra por igual al fin y al cabo, y la señorita Simian, no iba despacio ni aunque tuviera a una alumna en una cámara frigorífica 

Y la causante de ese clima, Penny, estaba en última fila, apretando con tanta fuerza el lápiz que era raro que no se rompiera. Estaba tensa; no tenía teléfono -y aún teniéndolo, era imposible que funcionara-, no iba a poder estar en los ensayos, estaba castigada sin salir y encima, Gumball aún no había hablado con ella puesto que llegó justo a tiempo.

— Esto es muy importante, es para examen. — avisó la profesora con su típico tono monótono. Un gran suspiro a modo de queja por parte de todos en general se hizo presente, haciendo que la mujer de vestido morado apagado frunciera el ceño, caminando hasta posicionarse en frente de la pizarra —. ¡Otra queja más y os voy a castigar! ¡A todos!

El ordenador de la helado, que se había quedado colgado, volvió a reconectar la llamada, escuchándose un "demonios" que se supone, se escucharía junto a todas las demás quejas si no fuera por la mala señal.

— ¡Sarah, castigada después de clase! — El largo dedo de uñas negras de la mona señaló a la directamente a la cámara del portátil. Un suspiro. 

Genial, ahora no podría seguir a Gumball ni a Darwin, menos intentar hablar con ellos, ¿Cómo va a casarse con ellos y verlos pelearse por ella si está castigada? O eso pensaba ella, estando en su mundo para no deprimirse... No mucho.

El gato negó con la cabeza al escuchar un "hii" salir de los altavoces del portátil. Sabía qué significaba. La apodada por él, pirada obsesiva, de seguro estaba imaginándose a su hermano y él peleando por su amor, pese a lo poco, muy poco que habían interactuado.

Aunque ella le siguiera todas partes.

Un momento...

☪• • • • •

❝¿Siquiera tienes claro lo que sientes?❞ La voz de la coneja resonaba en su cabeza, impidiendo que se concentrara todo lo que debería, porque a decir verdad, ni él mismo lo tenía claro.

Suspiró con pesadez. 

Si tan solo hubiera sido todo como planeo... Pero sus nervios no se lo habían permitido, ni antes ni ahora, para su desgracia. 

Sabía que antes, no se percataba de su presencia y ahora, lo veía en todas partes.

— Hot Dog Guy.

Sabía que esos ojos le robaban el aliento.

— Hot Dog Guy.

Sabía que aquella vez en los pasillos, le pareció que estaban solos, en un cosmos improvisado, apunto de...

тнє кιѕѕ •||𝔾𝕦𝕞𝕕𝕠𝕘||•Where stories live. Discover now